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Las ramas crujían bajo el fuego, lanzando chispas que se perdían en la oscuridad. Era lo único que nos proporcionaba un poco de luz ahí dentro.

Estaba tan cerca de la chimenea que el calor me acariciaba la cara, notando mis mejillas calientes. Mi cuerpo poco a poco fue recuperando la calidez bajo la gruesa manta que habíamos encontrado en uno de los armarios, aunque seguía teniendo los pies húmedos por la nieve que se había colado en mis botas.

William entró en la cabaña abandonada con ramas que había encontrado en el bosque. Con cuidado, las colocó junto a las demás para alimentar el fuego. Se expulsó las manos de tierra con el pantalón antes de sentarse a mi lado, haciendo que el sofá desgastado se hundiera un poco.

Permanecimos en silencio, absortos en la danza hipnótica de las llamas y la lluvia de chispas que desprendía. Podría pasarme horas admirando la fogata y escuchando su sonido relajante, pero tenía tantas dudas que necesitaba aclararlas cuanto antes.

—¿Por qué no me dijiste que eras tú? —pregunté, con los ojos fijos en las llamas.

Exhaló aire por la nariz.

—Tenía que hacerlo en un lugar seguro. Un bar no era el sitio más adecuado para confesar que era la misma persona que se coló en tu casa con un pasamontañas y una pistola. Podías haber reaccionado de cualquier forma.

En parte tenía razón, pero estaba cansada de que me ocultaran la verdad, o que esperaran a que la descubriera cuando a ellos les apetecía.

Giré la cabeza para mirarlo.

—Me dijiste que me habían arrebatado mis recuerdos, que estuvieron jugando conmigo. ¿Te referías a este pueblo?

Sus ojos, tan azules como los míos, me miraron fijamente.

—Más bien a las personas que lo controlan. No todos saben lo que sucede, pero los que lo saben, han hecho lo posible para mantenerlo en secreto.

Su voz era baja, como si temiera que alguien más pudiera oírlo a través de esas paredes de madera. Pero ahí no había nadie más, estábamos solos.

—¿Te refieres al inspector Foster y a la policía?

—Sí, Foster es uno de los implicados —respondió—. Aunque tengo entendido que no todos los agentes están al tanto de esto.

Solo esperaba de corazón que Landon y Lexi no fueran uno de ellos. Aunque ya no los consideraba mis amigos, no hubiese soportado más mentiras.

—¿Y por qué ocultan la verdad? ¿Por qué no han revelado la verdadera causa de la muerte de Christian Sanders?

—Trabajan para un grupo de personas muy poderosas, los mismos que te arrebataron algunos recuerdos. Este grupo... no son solo gente de alto rango en la policía como Foster; son personas que tienen influencia en muchos niveles, incluso más allá de este pueblo.

Mi corazón empezó a latir más deprisa.

—Cuando dices que me arrebataron los recuerdos, ¿a qué te refieres? ¿Cómo es posible hacer algo así?

—Digamos que hay personas con... —Buscó la palabra—: habilidades especiales que pueden hacerlo.

Fruncí el ceño.

—¿Como la hipnosis?

—Sí, algo así.

—Entonces, ¿todo esto es parte de una conspiración o algo así?

Asintió con la cabeza.

Respiré hondo, sintiendo que el calor del fuego ya no era suficiente para protegerme del frío que se esparcía por mi interior. Cerré los ojos por un momento, tratando lidiar con el dolor de cabeza de tener que procesar tantas cosas. Todo era tan confuso...

En la Sombra del Olvido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora