En la Sombra del Olvido ©

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BETH

—No sé ni por qué me molesto en hablar —murmuré, viendo cómo mi primo desaparecía por la puerta después de haber dicho claramente que le dejaran espacio a Jules.

Tampoco esperaba menos de él, la verdad. Siempre había sido así de protector con ella, y aunque no se recordaran, había cosas que simplemente no podían cambiar.

Morgan y Landon se habían puesto en pie, y ahora conversaban con William. Posiblemente sobre todo lo que nos había estado explicando, a juzgar por sus rostros tensos. Me acerqué hacia Margot, Nils y Steve, quienes habían formado una especie de semicírculo al otro lado del salón. Alyssa aprovechó para llevarse a Renata a la cocina con tal de que pudiésemos hablar los adultos.

—¿Os creéis a ese tío? —escuché que decía Steve, justo cuando llegaba a ellos.

—¿A William? Sí, ¿por qué no íbamos a creerlo? —preguntó Nils.

—A estas alturas no hay que fiarse de nadie —respondió la pelirroja.

—Eso suena casi irónico viniendo de tus labios —repliqué.

Margot soltó un bufido.

—Eres una pesada.

—Y tú una hipócrita —contraataqué.

—Mi tío lo conoce, es de confianza —saltó Nils en defensa, volviendo al tema.

Steve frunció el ceño, no muy convencido por el argumento.

—Eso no significa nada, podría haber engañado a todos, incluso a tu tío. ¿Nadie se ha preguntado por qué Alyssa y ese detective se conocen?

Ahora que lo decía, tenía la misma pregunta que él.

Todos dirigimos nuestra mirada hacia la rubia que jugaba a las palmadas con la niña. Era cierto que ninguno de los dos había mencionado cómo se conocieron, y ahora que lo pensaba, su llegada había sido demasiado... oportuna.

Aunque, en realidad, tenía muchas preguntas.

¿Cómo consiguió Alyssa llevarse a Renata de ese psiquiátrico? ¿Y por qué lo hizo? Recuerdo la forma en que Renata reaccionó al verla entrar a la habitación; fue una mezcla de confianza y alivio, algo que debería haberme hecho sospechar que no se trataba de Lily, especialmente porque Renata la había visto disparar a Adler.

Alyssa giró la cabeza hacia nuestra dirección, como si hubiese notado que la estábamos mirando. Sorprendidos, todos desviamos la vista casi al instante.

—Sinceramente, hay algo que me preocupa más —hablé, bajando un poco la voz—. Jules ha recuperado los recuerdos que tenía con Adler, lo sé porque recuerda el día en que lo vio morir. Por eso ha tenido que salir para tomar el aire. Pero Nolan y ella siguen sin acordarse el uno del otro. Pensé que, tal vez, si se reencontraban con Renata, les despertaría algo en su interior. Pero está claro que la ven como a una desconocida, al igual que a todos nosotros.

Margot bajó la cabeza, cargada de culpa.

—¿No vas a decir nada? —espeté.

Sacudió la cabeza.

—Ya os lo dije, no sé cómo arreglar esto. Ojalá pudiera ayudaros.

No pude evitar gruñir en señal de frustración.

—¿No se te ocurre nada? —insistió Nils.

Pero ella negó con la cabeza.

—Mencionaste que los poderes están vinculados a las emociones —dije, haciéndole memoria—. Aún no sabemos si Jules ha recuperado los suyos, pero Nolan sí, y sigue sin recordar. ¿Qué coño está pasando aquí?