Capítulo 72

12 1 1
                                    

-BF

El día ha llegado y yo tengo los nervios a flor de piel y sé que no debería porque la boda es algo íntimo, solo nuestros familiares más cercanos, pero quizá sea el hecho de pensar que Jared me verá con mi vestido y quiero que lo ame, que me vea y piense que soy la novia más hermosa que jamás haya visto.

Decidimos celebrar la boda en Malibú, una ceremonia en la playa. El clima es perfecto, no hace tanto calor y el viento parece estar tranquilo.
Todo a mi alrededor son murmullos, la mamá de Jared platicando con la mía, mi hermana diciéndole algo al maquillista, la coordinadora explicándome mi entrada. "Ayer lo ensayamos, todo saldrá bien" me repito.

Tocan la puerta. Mi hermana abre mientras me colocan unos broches en el pelo.
—Bliss, Jared quiere hablar contigo...
Volteo a ver hacia la puerta sorprendida.
Es Shannon el que está parado ahí viéndome con una enorme sonrisa.
—Estás hermosa Bliss —me sigue sonriendo— está todo bien —me tranquiliza— solo se puso cursi.
—Pero no puede verla —dice mi mamá rápidamente.
—Esos son puros cuentos —les digo.
—No mamita, por algo existen las supersticiones —dice el maquillista, se llama Luis, fue quien me maquilló con Mabel.
—Él tiene razón —dice mi hermana— te ve ¿y que tal que lo pones más nervioso?
—Se pueden tapar los ojos —ofrece mi suegra.
—Tienen 10 minutos —dice la coordinadora.
—Yo se los tapo—ofrece Luis.
—Ok, voy por Jared y lo traigo con los ojos tapados—dice Shannon y cierra la puerta.
Todos asentimos.
No sé por qué Jared quiere hablar conmigo, eso me pone más nerviosa.
Luis me tapa los ojos y me tranquiliza al ver que no dejo de caminar de aquí para allá.
La puerta se vuelve a abrir y yo me paro en seco.
—Aquí te lo dejo —dice Shannon tomando mi mano para depositar la de su hermano.
—Gracias —susurro.
—Sin hacer trampa, eh! —dice el maquillista.
—Jamas —dice Jared y se escucha bien.
—Los dejamos.
Escuchamos la puerta cerrarse.
—¿Estás bien? —pregunto acariciando su mano.
—Sí, ¿y tú?
—También, o sea estoy nerviosa pero bien.
—¿Estás segura de este gran paso que vas a dar?
—¿Tú no?
—Te pregunté a ti —susurra.
—Muy segura, ¿por qué? —pregunto extrañada.
—¿No tendrás remordimientos dentro de veinte años por haberte casado conmigo?
Aprieto sus manos.
—Seré la más orgullosa, ¿que me podría remorder? ¿Me la pondrás difícil?
—Trataré de ser el mejor para ti... Es solo que, ¿y si un día me ves y piensas que estarías mejor con alguien más? O que estés pensando ¿qué hubiera pasado si?
Niego, tanteo su rostro hasta tomarlo con ambas manos.
—¿Estamos hablando de Angel?
Lo siento asentir.
—Ok, dos cosas, yo te amo a ti y a nadie más, tú sabes que han pasado tantas cosas que la persona que él era antes ya no está y yo tampoco soy lo que fui en ese entonces, y te prometo que lo que siento por él solo es cariño, y dos, tú y yo nos conocimos en el momento indicado, Jared por ti siento lo que no he sentido por nadie más, te quiero tener en mi vida toda mi vida porque eres lo más bonito y especial que tengo, y también sé lo que es no tenerte y no puedo con eso, te volviste mi mundo, no quiero una vida sin ti.
Me toma del rostro y justo me va a besar cuando abren la puerta y alguien suelta un grito.
—¡¡No se te ocurra!! ¡Le arruinarás el maquillaje!
Saltamos del susto.
Es Luis, el maquillista.
—Si terminaron le pediré a tu hermano que te saque de aquí antes de que arruines mi obra de arte.
Escuchó a Jared reír.
—Había olvidado que estoy a punto de casarme con el amor de mi vida.
—Si, bueno, no se podrá casar si la dejas toda chorreada de labial —regaña Luis.
Suelto una risa.
—¡Shannon, ven por tu hermano! —grita el maquillista.

Se escuchan unos pasos por lo cual supongo es Shannon entrando por Jared.
—Te veo en el altar —me dice.
—Ahí estaré —sonrió.
Cuando se ha ido Luis me quita la mascada de los ojos.
—Gracias —le sonrío.
Veo entrar a mi papá con un traje negro clásico, con una sonrisa nostálgica al verme.
—¿Lista? —me tiende su mano.
Asiento.
—Te ves hermosa hija —estrecha mi mano— ¿eres feliz?
Vuelvo a asentir.
—Mucho, pa.
Me sonríe.
Caminamos hacia afuera.
—Hija... —volteo a verlo y continúa— les deseo lo mejor a ambos, que sean muy felices, que sepan afrontar los tiempos difíciles y que Dios les dé mucha sabiduría, amor y paciencia.
—Gracias papi, te amo —le doy una sonrisa.
—Y yo a ti hija —sonríe y veo la nostalgia en sus ojos— sabes que siempre vamos a estar para ti cuando nos necesites y que la casa siempre tendrá las puertas abiertas para ustedes, pero sobre todo para ti, nunca olvides que nos tienes a nosotros.
—Gracias pa —aprieto su mano mientras respiro hondo para no llorar.
—¿Lista? —pregunta cuando nos abren las puertas que dan al lugar de la ceremonia.
—Sí —asiento.
Estoy nerviosa.
Mis damas de honor caminan frente a mí tan hermosas y sonrientes.
—Vamos —susurra mi papá.
Camino súper agarrada a su brazo.
Cierro los ojos un instante agradeciendo por todos y cada uno de los instantes que me hicieron llegar a este momento y por todas las personas que se fueron y las que llegaron a mi vida y aún permanecen y están aquí.
Doy un paso hacia el comienzo de la tarima del altar.
El piano comienza a sonar con "Stay" de Rihana, Tommo está ahí tocando y sonriendo mientras hago mi entrada.
Todos se paran de su silla, veo de reojo varias sonrisas, todos me están viendo, pero yo solo busco mi lugar seguro, la calidez de esos ojos azules, y al encontrarlos y ver como me sonríe le sonrío de vuelta.
La cara de Jared no puede estar más llena de emoción, veo como su hermano palmea su hombro.
Aguanto el impulso de salir corriendo a sus brazos.
Trato de caminar tan lento como en el ensayo.
Cuando al fin llegamos veo a Jared acercarse ofreciéndome su mano.
Le sonrío tomándola.
—Jared, tienes un gran tesoro que cuidar —le dice mi papá cuando me entrega.
—Le prometo cuidarla siempre —le dice estrechando su mano.
Mi papá asiente para después ir a su lugar a lado de mi mamá.
—Te ves hermosa mi amor —susurra besando mi mano.

La ceremonia inicia.
Lo único en lo que me enfoco es en Jared y nada ni nadie más.
—Yo, Jared Joseph Leto, te tomo a ti Bliss Fernanda Fernández Andrew, como mi esposa, me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida —repite después del padre.
Le sonrío amplio al ver su emoción.
— Yo, Bliss Fernanda Fernández Andrew, te tomo a ti Jared Joseph Leto como mi esposo, me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Me sonríe y yo no puedo más que hacer lo mismo mientras limpio una lágrima que amenazaba con caer.
—¿Algunas palabras que quieran decirse? —dice el padre.
Jared carraspea y toma el micrófono.
—Mi amor, llegaste sin ninguna advertencia, sin avisar, sabes que ni siquiera te esperaba pero en el día más triste ahí apareciste tú y entonces justo en ese momento yo supe que algo, o alguien, más grande que tú y yo nos había puesto ahí por una razón, en ese instante creí en tu Dios y le agradecí porque tu llegada me salvó y cambiaste toda mi vida para bien y para siempre. Gracias por abrirme tu corazón y tu vida, te prometo que haré todo para que nuestro por siempre dure el resto de nuestras vidas. Te amo.
Las lágrimas caen por mis mejillas. Traté pero no pude evitarlo.
—Te amo —susurro— te amo y te amaré toda mi vida —lo abrazó con fuerza.
El padre carraspea por lo cual nos separamos sin muchas ganas de hacerlo.
Él nos sonríe.
—Jared, es muy complicado expresar en palabras lo que me haces sentir y lo que siento por ti, pero te diré que no puedo amar a nadie más que no seas tú, no me puedo enamorar de nadie más y es que mientras más pasa el tiempo descubro que más indispensable y más importante te vuelves para mí. Quiero hacerme pasita solo junto a tu lado.
Me sonríe amplio.
—Te amo —susurra.
—Habiendo dicho esto solo queda preguntar, Jared Joseph Leto, ¿aceptas como esposa a Bliss Fernanda Fernández Andrew?
Esos ojos azules me ven y una sonrisa los acompaña.
—Sí, acepto.
—Bliss Fernanda Fernández Andrew, ¿aceptas como esposo a Jared Joseph Leto?
—Sí, acepto —le sonrió amplio.

— Que el Señor confirme este consentimiento que han manifestado ante la Iglesia y cumpla en ustedes su bendición. Lo que Dios acaba de unir, no lo separe el hombre. Los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.

Toma mi rostro y con una sonrisa le digo:

—Quédate a mi lado para siempre Boo.
—Para siempre pequeña.




Fin.

Stay (Jared Leto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora