Narrador Omnisciente.
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Pronto, la casa de los Cullen fue siendo poco a poco convertida en una guarida para todos los vampiros que comenzaban a llegar de todas las partes del mundo.Desde Texas hasta la mismísima Irlanda, todos los amigos de Carlisle que habían aceptado conocer a la pequeña Renesme, se habían quedado para dar sus testimonios acerca de la antinaturalidad que esa niña significaba, y lo asombroso que era ello.
Reese había pasado algunas veces por los alrededores, pero la manada le había exigido que se mantuviera alejada de los vampiros, pues su olor a Canela debido a su magia, podría llamar su atención.
Mientras, Jacob iba una vez al día para comentar las novedades con respecto a la situación, dejando atrás a Reese en algunos detalles.Parecía ser que entre ambos enamorados los secretos seguían acumulándose, junto a sus planes ocultos. Y Reese ya había comenzado a notar aquello.
Por eso es que, tres días después de que llegara el último Cullen que faltaba, hizo un plan.
Distrajo a Luna por la mañana hasta que ambos tuvieron que irse a Seattle para recibir a su familia, la cual se transportaría a su hogar después. Una vez supo que estaban sumergidos en la carretera, revisó el horario de Jacob en el taller, sonriendo aún más por saber que estaba allí ahora mismo, hasta por lo menos las seis de la tarde.
Acomodó el pequeño bolso en su hombro, mientras se aseguraba que su suéter cubriera su cuello lo sufciente. Estaba nevando afuera, y no quería enfermarse a solo semanas de la gran pelea.
Sabiendo que estaba todo en orden, y que nadie la detendría, hizo un hechizo de aparición hasta la casa de los Cullen, enfocándose en cada detalle de su cuerpo, para evitar que algo malo sucediera a su bebé.
Cuando sintió el piso nuevamente bajo sus pies, abrió sus ojos, deleitándose con la hermosa casa, rodeada de varias miradas rojas y amarillas que la observaban con curiosidad.
-. ¡Reese!
La primera en acercarse fue Renesme, que se envolvió a sus piernas lo máximo que sus pequeños brazos se lo permitieran. Reese sonrió emocionada por volver a verla.
-. ¡Pequeña vampirita! Te he extrañado mucho.- Acarició su cabello castaño e identico al de Edward, mientras sentía a los Cullen acercarse.
-. El viento nos trajo una bruja desobediente.- Emmet fue el primero en recibirla, envolviéndola en sus brazos.- Supongo que el chucho no sabe que estás aquí, ¿verdad?
La pelirroja solo se encogió de hombros.
-. Está paranoico. Cree que tiene opinión solo porque cargo a su hijo.- Rodó sus ojos, haciendo reír a la familia.- Aparte, quería conocer a todos los nuevos.
-. Creéme, también quieren conocerte.- Murmuró Edward, leyendo los pensamientos curiosos de todos a la chica.- Ven, te presentaré a la familia.
Los primeros que conoció fueron los Denali. Una bonita familia de tres mujeres y un hombre, que compartía la misma dieta que los Cullen. No tardó en descubrir que ellos eran la familia de Irina.
-. Los Cullen nos comentaron muchas cosas de ti. ¿Es cierto que hay todo un mundo de magos?
Le echó un vistazo a los vampiros, maldiciéndolos por comentar cosas demás sobre su mundo, sin tomar en cuenta lo peligroso que ello podría ser para ella.
-. Bueno, el mundo es muy grande. Todo es posible.- Se encogió de hombros, tratando de evitar preguntas sobre el mundo mágico.
Sabía que tendrían que pelear contra magos tenebrosos, pero no había razón en su mente para involucrar todos los secretos de su mundo a desconocidos.
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Fascinated¹ | JACOB BLACK
Diversos"Eres mi universo, rojita. Lo eres ahora, y lo serás para siempre." Ella está huyendo de aquellos que asesinaron a sus padres, dejando a su familia atrás, y a todo el mundo mágico en el que vivió. El trata de mantener el equilibrio una vez más en Fo...