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GUIDOFue una noche tranquila, de sueños ininterrumpidos. Pensé que iba a costarme descansar del todo bien, pero había dormido espectacular. Aunque, ahora que lo pienso, era obvio: cama cómoda, lugar lindo, mi novia durmiendo encima mío... Me encantaba referirme a ella de esa forma: "mi novia". MI novia.
Me despertó la suave voz de Juli, hablándome de forma bastante insistente para que me levantara. Si había una chica increíblemente emocionada por recorrer París, esa era ella. Me ponía muy contento saber que había logrado hacerla feliz llevándola allá. Los ojos le brillaban.
—Despertateeee —dijo, zarandeando mi cuerpo.
Si bien ya estaba despierto, decidí hacerme un poco el dormido para ver hasta dónde llegaba su insistencia.
La escuché reír un poco, seguro sorprendida por lo pesado que era mi sueño.
Se sentó encima mío, quedando apoyada en mi cadera, y siguió insistiendo.
—Vamos a desayunar algo, dale...
Me conocía muy bien, sabía cuánto me gustaba comer, y usó esa información para convencerme de despertarme, como si ya supiera que me estaba haciendo el dormido.
Lentamente abrí los ojos y me los rasqué un poco mientras bostezaba. Apenas vi su rostro matutino, marcado por el sueño y la almohada, no pude evitar sonreír. Me hacía feliz estar con ella.
Era realmente increíble el buen humor que manejábamos esa mañana. Los dos muy risueños y con ganas de pasear por cuanto lugar se pudiera. Lo mejor de todo: íbamos a hacerlo estando juntos. Solo éramos dos boludos enamorados, disfrutando el tiempo compartido.
—Mirá cómo te despertás si te hablo de comida... Sos tan obvio —renegó, negando con la cabeza y mordiéndose el labio inferior, gesto que intentaba ocultar una risa.
—¿Para qué vamos a bajar a desayunar si lo que quiero comer está acá? —pregunté de forma retórica, jugando un poco, mezclando humor con un tono que buscaba provocar y seducir más que hacer reír.
Rodeé su cintura con mi brazo, la agarré y la tiré en la cama con delicadeza, quedando yo encima suyo.
Sin importarme el aliento que los dos teníamos por estar recién despiertos, empecé a besarla con desesperación. Estaba verdaderamente hambriento, pero no sé si era precisamente de comida.
Juli me abrazó el cuello y correspondió a mi beso, resultando en una conexión casi imparable.
Después de un rato de puros besos, decidí que era hora de levantarnos.
—Bueno, a desayunar... —me puse de pie frente al espejo mientras me ponía la ropa que iba a usar.
No por ser París iba a cambiar mi forma de vestir, así que me puse casi lo mismo que usaba en Argentina. Los buzos de la banda ya eran elementos indispensables.
Lo único que hice en el baño fue lavarme los dientes, porque iba a bañarme después de desayunar. Juli fue más viva que yo; ya se había pegado una ducha cuando llegamos al hotel. Tuve que haber hecho lo mismo.
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GANAS DE VERTE | guido sardelli - airbag
FanficEsta es la historia de Guido Armido Sardelli (35 años), y Julieta Parisi (24 años). Julieta es una prostituta. Tuvo que acudir a dicho "trabajo" por urgencias económicas, lo que la llevó a una cueva de sufrimiento, presión y ansiedad constante. En...