Epilogo

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Epílogo.

Fiesta de Año Nuevo.

Habíamos preparado todo para la cena de Noche Buena. Me recordaba a la Cena de Acción de Gracias. Como apenas me iba integrando al mundo del bien y del mal. Ya no solo era una Híbrida. Era una Evanesce. Hija del Cielo y el Infierno. Ahora los que eran como yo también tenían nombre gracias a Amy, la cual ahora era líder de los vampiros ya que otra víctima de la guerra fue Raphael y dado a que ella era la mas cercana a el, siendo creada por la mano derecha de este y haberse criado con ambos vampiros, le otorgaron el lugar de Raphael y ella lo aceptó gustosa.

Amy, al darse cuenta de que nosotros no éramos como ellos, ocupábamos un nombre, por lo que ahora no somos vampiros.

Somos Evanesce.

Estaba al fondo de la cocina, en el refri. Ravi se hallaba detras de ella, como usualmente estaba. Veía como Amy robaba uno de los pays que Leia había preparado y una cerveza de raíz.

"No deberías hacer eso" la regaño Ravi con una sonrisa. Llevaba un traje gris que resaltaba su piel morena. Debajo de este, llevaba una camisa color fiusha, el cual combinaba con el bello vestido con volantes que llevaba Amy.

"¡Que va!" Dijo, tomando una caja de galletas de la alacena. "¡Ya soy la líder de los Ev... Los vampiros! ¡Tengo mis privilegios!" Dijo y ambos se echaron a reír.

"Leia se pondrá como loca" dijo Matt, haciendo que ambos se sobresaltaran. Apareció por la puerta de atrás de la cocina. Acababa de llegar. Lucía un smoking negro, el cual le resaltaba su bella palidez y combinaba con el color de su cabello negro. Sus ojos zafiro la miraban de manera penetrante.

"Te ves hermosa, Amy" continuó con su mirada seria. Era extraño verlo así aunque admitía que el se lo había ganado.

"Gracias" musitó de manera seca.

Sacudi mi cabeza y me encamine a mi cuarto.

En mi cajón se hallaba un sencillo vestido de satín negro que se ajustaba a mi figura y me llegaba un poco mas arriba de mis rodillas. Me calce unos tacones de plataforma negros que me hacían parecer de una altura mediana. Recogí mis cabellos en una especie de trenza francesa o algo por el estilo, dejando unos cabellos sueltos alrededor de mi rostro. Me puse una sombra plateada en mis ojos y delineé mis ojos. Pinté mis labios rojos para quitarles el exceso de color para que se vieran algo pálidos con un rosa plateado para que no se viera tan cargado el maquillaje aunque aun se podían percibir un poco colorados como si fuera una chica que tenía los labios helados, buscando calor.

Baje a las escaleras y vi mi alrededor. El piano que estaba en el estudio de arriba se hallaba en un desnivel al lado de la sala y el enorme pino de Navidad. Sus esferas doradas quedaban bellísimas contrastando con las otras esferas plateadas y sus moños rojos.

Los ventanales reflejaban las luces de adentro de la mansión, pero aun así lograba ver la densa nieve blanca caer en copos al suelo decorando los pinos del bosque.

Mire hacía abajo y me encontré con la pulsera llena de tacsis aunque no importaba si la usaba ya que hace mucho que se había ido el sol en esta parte del mundo y regresaría hasta después de varios meses.

Faltaban quince minutos para que empezara la fiesta de Rachel. Estaba todo muy elegante, al estilo de Leia. Dorados por doquier pero le faltaba ese toque alegre y floral que le daba Rachel. Era todo tan diferente sin ella.

Vi en la sala a Patrice tendiendole un ramo de rosas rojas a Therese, la cual las arrojó al suelo en el momento preciso en el que ella las tuvo en sus manos, riendo a carcajadas mientras el la miraba atónito. Luego comprendió que se había pasado un poco y las recogió y lo beso mientras se sentaba en su regazo a prolongar aquel beso enamorado.

The Chosen Ones I : Evanesce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora