Capitulo 19

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Desperté.

Tenía un dolor punzante en la cabeza. ¿Que día era hoy? ¿Cuánto había pasado? ¿Dias? ¿Meses? ¿Años? No lo sabia.

Mis dedos tocaron la suave sabana de mi cama, ya hecha un desastre.

No me acordaba de nada, excepto de esa suave voz femenina que escuche antes de caer en coma.

¿Quién era?

Nunca había escuchado esa voz en mi vida.

Me pare lentamente, pensando que tendría los sentidos algo atontados por la siesta que me había parecido eterna.

Ser una Evanesce tenia sus ventajas ya que mis pies se pararon con una agilidad asombrosa después de no se cuanto tiempo de estar bajo algún tipo de hechizo que inyectaron en mi sistema.

Revisé mi celular solo para darme cuenta de que había estado inconsciente durante cinco semanas.

Era miércoles, 17 de Noviembre. La hora marcaba que eran las 5:30 a.m.

Mire la ventana y me di cuenta de que la suave brisa de los inicios de otoño se habían esfumado, dejando pasar ventarrones que dejarían a cualquiera helados. Estaba lloviendo, las nubes grisáceas lloraban, llevándose poco a poco las hojas color naranja de Octubre.

"¡Vaya!" Susurre.

Entonces caí en cuenta de que Amy y Luna habían estado conmigo ese día en que me hicieron dormir.

Corrí hacia abajo, viendo que Luna estaba en la cocina comiendo una barrita de cereal con fibra acompañado con una humeante taza de café. Amy no se veía por ningún lado.

"Hey, niña"dije y ella volteó con una alegría en los ojos.

"¡Niña!" Me abrazó. "¡Que bueno que estas bien!"

"Si, si. Estoy bien, pero ¿qué pasó?"

Ella torció la boca. "Las Hilkanians. Las dos amigas de Melissa, la afroamericana y la otra. Mataron a Amy. Le partieron el cuello y se la llevaron..."

Amy... Pobre chica. Si Matt estuviera..., pensé.

"¿Y tú estas bien?" Pregunté, dirigiéndome hacia el refrigerador con "mis alimentos". Saque dos bolsitas de AB+ y las mire con desagrado. ¡Como odiaba la sangre congelada! Hice una mueca y trague rápidamente, repitiendo el proceso con la segunda bolsa. Apreté los labios para aguantar las nauseas que me daba tomar sangre así. La prefería cálida, recién salida de la persona...

"Niña, si tanto te desagrada la sangre así..." Alargó el brazo hacia mi. Negué con la cabeza.

"Ni de broma"

Hizo una mueca. "Bueno, pues"

Tomé otra bolsa, la sed controlándome por completo. Hacia mas de cinco semanas que no había tomado nada y me sentía débil, hambrienta. Y si, el hecho de que Luna se encontrara aquí no ayudaba mucho.

Tome otras dos bolsas y la flama de la sed se apaciguó un poco.

"Ya no tienes sed, ¿verdad?"

"¿Porque lo dices?"

"Tus ojos volvieron a ser café"

"Ah"

No lo sé, me alegraba que volvieran a ser de ese color después de tanto. Me recordaba lo humana que era, que no debía dejar de luchar por lo que yo era: una humana, una Evanesce, una Elegida.

Asi que por puro capricho mas que nada, tomé una manzana roja y le di un mordisco, sintiendo como el jugo se salía por la comisura de mis labios. La acidez de la manzana ya no creaba esa sensación de delicia en mi boca como lo hacía de humana. ¡Como adoraba las manzanas en esos momentos en los que mi piel tenía un tacto cálido! Ahora ya no me sabía a nada, sentía como si estuviera comiendo una vela.

The Chosen Ones I : Evanesce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora