A la mañana siguiente, amanecí sin pensar en la sequedad de mi garganta por primera vez. Había tomado suficiente del elixir de la vida que todos los mortales portaban en sus venas y arterias.
Llegue al salón de historia y todo era normal. Pero Jules no se encontraba ahí...Era normal supongo, debería estar en el hospital despues de que lo hubieran atacado.
Me encogí de hombros y me sente en un pupitre al fondo del aula, intentando pasar desapercibida.
Tome una pluma de mi mochila y empece a garabatear en mi libreta de dibujo.
Entonces ese delicioso aroma a galletas que hacia que mi garganta se secara y despertaba al monstruo chupasangre que era, me golpeo en la cara, cosquilleando en mis fosas nasales, exhibiéndose."Hola" dijo suavemente
Mire hacia arriba y me encontre con los mismos ojos cafes que hacian que mi mundo se detuviera por un segundo en mi eterna existencia.
"Hola" murmure.
Damian se sento a mi lado e iba a abrir la boca en cuanto la puerta se abrio de golpe y entro el profesor Luke Donnovan, un profesor ya entrado a su tercera decada de existencia. Era de una estatura media baja y tenia un rostro simpatico e incluso algo atractivo, piel olivacea y cabellos castaños.
"Buenos dias, clase" dijo el profesor Donnovan. "Como he de imaginar... Quieren saber información sobre lo que paso ayer en la noche cerca de las 11 p.m. O porque su compañero Jules Kingman no asistió a clases el día de hoy" hizo una pausa mientras recorría el salón con su mirada. "Solo se que los señores Kingman, Gringmore, West, Park y Franklin rondaban por los bosques a esa hora, haciendo no se que cosas, y entonces una manada de osos descendió y los atacó" el señor Donnovan sacudió la cabeza. Entonces me miro directamente a los ojos. Mi piel se helo mas de lo que ya estaba. Esos fríos ojos grises me miraron durante un largo segundo y después cambio de dirección "Sea lo que sea es lo que ellos aseguran. Ahorita están internados en el hospital del Centro, por si quieren ir a verlos" hizo una pausa. Pero bueno... "Empecemos con el capítulo donde nos quedamos ayer. Decía que en la época de Hitler..." Y empezó a parlotear sobre Nazis y Judios convertidos en jabón en los campos de concentración...
Después de la interminable hora de Historia, me fui a Calculo que fue igual de encantadora. Despues de esa siguió Literatura, materia que al menos se incluía leer, uno de mis hobbies preferidos.
La campaña sonó. Hora del receso.
El receso era apacible, camine por un rato, fuera, en el área de bancas que raramente se usaba debido al frío que hacia en Juneau. Entonces vi a una chica en una banca, sola. Era de una piel olivácea y de estatura media. Llevaba un abrigo de color caqui y unas botas de color marrón. Su cabello era liso, terminaba en una onda en las puntas, era de apariencia sedosa color marrón.
Estaba algo triste al parecer.Me plante enfrente de ella y , por modales, tuve que preguntar.
"¿Te importa si te hago compañía?"
Ella me miro, tratando de reconocerme. Entonces, una chispa brillo en sus ojos.
"Ah, la novia de Damian, la nueva ¿no?"
La mire confundida.
"Vamos, tienes que notar que Damian se te pega cual chicle, no muy a mi gusto pero cada quien...""Damian y yo apenas y nos conocemos. No somos nada" asegure.
"Oh..."
"Si..."
"Bueno, realmente nadie nunca sabrá lo que un hombre tiene en la cabeza ¿cierto?"
Sonreí al comentario de la chica. Me recordaba a Tessie, mi amiga, a la que tuve que dejar de ver por su propio bien...
Alcé mi mano al aire y le dije "Soy Elizabeth Lee... Un placer..."
Ella tomo mi mano con una sonrisa. "Luna Ginger"
Luna termino siendo una de las mejores personas que he conocido en mi existencia. Si, era una chica adolescente , abrumada por problemas normales en los mundanos, pero tenia una actitud que le sonreía hasta al peor abismo...
La invite a mi casa en cuanto terminaron las clases para poder hacer un proyecto juntas, ya qué resultó que estaba en mi misma clase de biología...
Rachel obviamente se mostró recelosa ante mi nueva amiga.
"Entonces... Tu y Crimson, no hay nada..." Dijo mientras metía una galleta en la taza de cafe que tenia delante.
Negué con la cabeza.
"Apenas y lo conozco"
Ella me miro seriamente. "Pero si se ve que el chico esta bien coladito por ti... Te mira... Como Edward a Bella en crepúsculo "
Solté una carcajada, ante la idea.
"¿Tú crees?" Pregunte entre risitas.
Ella asintió con la cabeza mientras echábamos a reír de nuevo.
"Que lindo..." Dijo "que Damian haya encontrado a alguien y pues, no es de mi incumbencia, pero... Damian si es algo rarito... No es por ofender" hizo una pausa y dio un sorbo al café "pero nunca lo he visto acompañado con alguien... Ya sabes... Algún amigo o amiga... Nada... Siempre se la pasaba al final del aula, solo... Hasta que Jules llegó a esta preparatoria... Como lo vio tan aislado, tan vulnerable... Pues ya sabes que paso..." Calló y me miro a los ojos como si dejara pasar lo evidente.
"Empezo a abusar de el..." Terminé por ella.
Ella asintió.
"Golpes, robos, lo normal, aveces hasta humillaciones." Ella calló por un segundo. "Aunque la verdadera razón por la que lo hizo caer tan bajo fue que Damian antes era el tipico chico misterioso, porque en si, es muy atractivo..." Dijo mientras yo estaba imaginandome su fisico. Espalda ancha y brazos fuertes, protectores. Sonrisa perfecta aunque sus dientes no lo fueran, ojos que hacían que cualquiera delirara... Hermosos y sedosos rizos negros como la noche...
"Así que por eso, lo atormenta..." Dije, pensativa.
"Si... Y de hecho Jules es un patan de primera... Muy atractivo, si... Pero no alguien que lo valga... De hecho su novia, Paloma, estaba coladita por Damian, pero como este no le hizo caso, se fue con Jules..."
Entonces si me sorprendí. Damian, rechazando a una chica hermosa, rubia.
"Eso... ¿Es verdad?"
Ella asintió. "Por lo visto solo ha tenido ojos para ti, mujer"
Sin poder evitarlo, sonreí.
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The Chosen Ones I : Evanesce
FantasyElizabeth Lee despertó en una nueva realidad: ahora era inmortal y peor, su misma condición era un caos. Mitad hija de ángel y mitad vampiro. Hija de la luz y del infierno. Debido a su condición híbrida lo único que El Creador pudo hacer fue encarga...