La Hermana De InuYasha

Capitulo 34 | Un encuentro inesperado

Naraku un ser demoniaco, malvado, un ser que mandaba a sus demonios o manipulaba a personas para asesinar a sus objetivos, limpiándose las manos fácilmente, era demasiado cruel, por él InuYasha y Kikyo terminaron mal.

—¿No le dirás nada príncipe Sora?— Pregunto Naraku con sarcasmo al joven humano.

Sora se mantenía en posición de combate, no se inmutó a moverse o a hablar.

—¡No voy a escuchar más de ti Naraku!— Saqué mis dos abanicos y me puse en posición de combate de lado de Sora.

—Siempre tan ingenua Mizuki, desde que te conocí siempre he notado tu ingenuidad tal y como es tu hermano InuYasha. Es normal en los híbridos porque también lo soy, la gran confianza y afecto que tienen a los humanos. Onigumo me transmite ese estúpido sentimiento hacia Kikyo quien estuvo enamorada, eso hace débil a los demonios. También los humanos son seres crueles, son ambiciosos, egoístas, patéticos que también al igual que nosotros los demonios derraman sangre inocente, matan a su especie y harían cualquier cosa por obtener lo que buscan, ¿o no Sora?— Naraku soltó una pequeña carcajada y pude presenciar el nerviosísimo que rodeaba al príncipe.

—Basta de mentiras Naraku, solo quieres que yo te crea para que pueda asesinarlo pero ¡No será así!— Me abalancé hacia Naraku para atacar con Colmillo de Viento dejando a Sora atrás.

—¡Mizuki!— Gritó Sora.

Colmillo de Viento se transformó en una espada más grande, con mi mano derecha agite la espada para dar un ataque a Naraku pero el salto y retrocedió para después de su cuerpo salir unos tentáculos, iban directo a mi pero antes de que me atraparan fui más rápida que él que los corte. Una y otra vez iban saliendo, parecían una infinidad, y los cortaba de mi camino, el cobarde retrocedía y se reía.

—¡Pelea Cobarde!— Grite pero él solo me burlaba, me daba asco.

—¿Es todo lo que puedes hacer Mizuki?— Decía el infeliz.

—¡Lo mismo digo de ti!— Respondí con burla.

—¡Veamos si te puedes deshacer de esto!— Naraku dijo desanidante y con sus garras hace una gran ráfaga en su abdomen y expulsa lo que es un líquido morado.

El líquido morado se convierte en polvo y llega a mi, era parte de su veneno letal, caigo al suelo con una rodilla apoyada y dirigí mi brazo a mi nariz, era demasiado fuerte el olor, comencé a toser. El veneno que había arrojado se esparció a mi alrededor, parecía neblina, mis ojos me calaban. Se me ocurría utilizar a Colmillo de Viento para alejarlo.

—Muy bien aquí vamos— Retire mi brazo de mi nariz tomando a Colmillo en ambas manos, lo sujeté con mucha fuerza. La gran espada empezó a rodearse de una ráfaga de aire, la levante e hice un gran giro que solo al dar uní provocó una inmensa corriente de aire y mando a desaparecer la gran neblina de veneno.

En un instante mis reflejos me activaron alerta que sentí como una hoja de metal corto el mechón del lado derecho de mi cabello. Rápidamente levante a colmillo y choque contra otra espada.

—Mi..zuki— Quien me había atacado era Sora.

—¿Sora? ¿Por qué? — Le mire confundida por su entrada.

Me empujo cada vez más fuerte con su espada, su fuerza no era normal, no era la de un humano, algo le estaba dando fuerzas.

—¿¡Que haces!?— Grite pero en ese entonces pude es desviar la hoja de su espada a otro lado y lo patee en el torso haciendo que retrocediera. Sora se levantó.

Las heridas del príncipe habían sanado, es como si no le hubiera pasado nada. Pero sus ojos eran diferentes, están unos rojos con un brillo.

—¡N-no puedo controlar mi cuerpo!— Grito el chico con desesperación.