CAP.26

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ALEX

La mañana siguiente me levanté energética, me acicalé, me puse un vestido de campanilla verde y mis bambas de correr.

Lo sé, no pegaba ni con cola pero el chándal estaba para lavar y lo utilizaba únicamente para los entrenamientos así que no me quedaba otra.

Una vez lista bajé al comedor y desayuné con mi madre que me miraba extrañada.

- Alejandra, dónde vas con los zapatos esos?

- Voy a correr un poco - mordí un trozo de tostada y me levanté de la mesa - Volveré para la hora de comer vale? - ella asintió -

- Ten cuidado y no hagas tonterias.

- Nooo - resoplé, salí del palacio antes de que me enviara a Gabriel o Nizan para protegerme.

Corrí durante un buen rato y no me cansé, todo lo contrario, necesitaba correr más. Me encantaba sentir la brisa de la mañana rozar mi piel.

A lo lejos vi un acantilado que daba al río, esa sería mi meta y después volvería a palacio.

Las bambas me molestaban y me las quité, mis pies deseaban sentir la húmeda tierra.

Una vez descalza corrí sin parar a través del bosque que parecia que se abría a mi paso hasta que llegué a una pared rocosa, podía oír el sonido del río desde donde estaba. Escalé la gran pared hasta llegar a la cima.

Una vez arriba me maravillé con las visitas, podía ver casi todo el reino, bajo el acantilado pasaba el río de aguas cristalinas parecía profundo, pero demasiado peligroso para tirarme desde donde yo estaba.

Cerré los ojos para sentir lo que la madre naturaleza me regalaba y poco despues los volví a abrir.

Éste acantilado tendría que ser el punto más alto de Villa Esmeralda.

- Bueno, el punto más alto sería la cima de ése arbol...

No lo pensé dos veces y ágilmente lo trepé pero con la mala suerte que mi collar de lobo quedó enganchado en una rama y del tirón que pegué salió disparada acantilado abajo.

- Nooo! - grité -

Bajé velozmente del árbol y sin pensarmelo dos veces me tiré detrás de mi collar. Era una de las pocas cosas que conservaba de mis abuelos y no iba a permitir que desapareciera.

Sentí como el aire se estampaba contra mi cuerpo al caer.

- Ahora qué Alex? - me pregunté -

Cerré los ojos y abrí los brazos como si fueran alas, ya que iban a morir por lo menos que fuera con la sensación de estar volando.

Estaba esperando mi planchazo contra el agua pero no llegaba. Tenía tres opciones:

~ La primera, que el acantilado no tubiera fin.

~ La segunda, que ya hubiera muerto.

~ Y la tercera, que estubiera volando.

Abrí lentamente los ojos.

- Estoy volando! - grité riendo -

Noté un quemazón en mi muñeca izquierda y apareció un tatuaje sobre ella, era como una espiral.

- He desenvolupado otro don!

Me concentré en él, no creía que fuera muy diferente al de tierra y tenía que llegar al río a por mi pulsera como fuera.

Noté la presión de aire bajo mi cuerpo y intenté disminuirlo y funcionó! Poco a poco fuy descendiendo hasta quedar a un palmo del agua.

La corriente del río en esa zona era muy fuerte, pero como el agua era tan cristalina pude ver en lo profundo a mi collar atrapado entre las rocas. Pensé en qué hacer durante unos minutos.

- Lo intentaré!

Volví a concentrarme en las partículas del aire y intenté crear un remolino en el agua pero no funcionó, cuando llegaba a lo hondo remobía las rocas y atrapaba más mi collar.

Una lágrima cayó sobre mi mejilla, cerré los ojos mientras tocaba el agua del río.

- Porfavor, porfavor... dejame cojer el collar solo será un momento.

Un cosquilleo me invadió, sentí que mi cuerpo quedaba extendido sobre duras rocas, abrí los ojos.

- Guau! - grité -

Estaba bajo el río y no sabía como lo había echo! El río seguía su curso sobre mí pero sin mojarme, era como si estubiera dentro de una burbuja.

Sentí otro quemazón en el tobillo derecho y en él apareció otro tatuaje. Era una gota, sonreí.

Cojí mi collar, despues me concentré en el agua que corría por mi cuerpo haciendo que se uniera con la del río y logré separarla en dos para poder salir de él caminando por el medio, como izo Moisés.

- Guau! Todo eso a sido genial! - me dijeron cuando estube fuera -

Miré de dónde provenia la voz y me encontré con una chica elfa rubia, bajita y de ojos verdes en mitad del bosque, deduje que lo había visto todo.

- Quién eres? - le pregunté -

- Soy Amane, también domino el don del agua. Nunca había visto a nadie que obtuviera dos dones a la vez! - le sonreí -

- En realidad ya tengo tres - me miró asombrada - Disculpame Amane pero no me siento muy bien - todo comenzó a darme vueltas ella se acercó a mi preocupada -

- Amane que haces ahí? Te he estado... Oh! - dijo alguién -

No pude ver de quién se trataba, solo escuché los sollozos de Amane y despues todo se volvió negro.

UN NUEVO DESTINO (Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora