En El Momento Perfecto.

Capítulo 32. La final.

¿Sabéis esa sensación de alivio que se experimenta cuando has acabado algo? Sí, esa que te embarga cuando, después de mucho tiempo, has conseguido lo que esperabas con tantas ansias... Y es que, de una vez por todas hemos terminado el maldito curso y ahora, como se suele decir, toda la carne está en el asador. Las matrículas están mandadas y ahora solo queda aceptar las cartas. Yo solo necesito una, y espero que sea de aceptación.

Al acabar el curso todo el mundo está más relajado. Todos hemos sacado unos buenos exámenes y ahora toca disfrutar de un par de meses de paz, de tranquilidad. Louis y Maggi están mejor que nunca. Van juntos a todos lados, no se separan ni un segundo, Zayn sigue con sus planes de pedirle matrimonio a Kate. No sé qué va a salir de todo esto, pero espero que yo acabe siendo dama de honor. Por lo que respecta a Niall, últimamente se presenta con Carol en todas partes, aunque su relación extraña y falta de gestos amorosos sigue ahí... Y bueno pues, nosotros... Estamos bien, supongo. Liam está más calmado, no se pone histérico con cada uno de mis movimientos, pero miento si digo que es nuestro mejor momento. Por mucho que lo intente, las cosas no se solucionan del todo, pero no sé, supongo que sólo necesitamos tiempo... O al menos, eso espero.

Bueno, cambiando de tema, hoy es el día. Sí, sí, hoy es la final. Zayn y su equipo se juegan la liga y estamos todos preparados para celebrar la victoria. Sí, hemos quedado en ir a ver el partido, todos, sin excepciones. Yo iré con Kate, y la familia de Zayn. Niall se llevará a Carol y a Logan y Jenn. Después Louis, llevará a Maggs, Liam, Andy y Cat; y Steve, después de algunas quejas de Lou, se llevara a Lottie en moto. Y bueno, creo que estamos todos. Hemos hecho pancartas, pompones rojos, tenemos pinturas para la cara... Una especie de circo vamos. Todos estábamos esperando el día con impaciencia, porque ¿a quién no le gusta volverse loco celebrando un triunfo deportivo? A todos nos encanta pintarnos la cara y gritar eufóricos...

-¿Estás ya pesada? Que vamos a llegar tarde -. Llevo unos diez minutos esperando sentada en el sofá de Kate, mientras se cambia de ropa una y otra vez.

-Sí, este ya es el definitivo... ¿Te gusta este conjunto? -. Se asoma por la puerta con una ropa nueva que consiste en una camiseta de tirantes blanca y unos vaqueros negros cortos. Personalmente creo que hace un poco de fresco para pantalones cortos, por lo que yo me he puesto unos vaqueros oscuros ajustados y una camiseta roja de manga corta que, la verdad, me queda algo pequeña por lo que me aprieta considerablemente, con el emblema del equipo y unas vans negras.

-Estás perfecta. Y ahora vámonos o llegaremos tarde...

-Anda exagerada...

-Kate, los demás llevan allí diez minutos, y falta - hago una pausa dramática y miro el reloj a pesar de que sé perfectamente qué hora es -apenas media hora para que empiece el partido. Pero tu sin estrés... Tómate tu tiempo -. Al acabar la frase veo como empieza correr de un lado a otro metiendo cosas en el bolso y se precipita a la puerta en menos de dos minutos. ¡Por fin!

Las dos salimos de la casa cargando con la caja de cosas que hemos comprado y hecho y nos metemos corriendo en el coche. Ella da el contacto y arranca a más velocidad de la que parece posible y en apenas minutos nos incorporamos al tráfico.

Noto la vibración de mi móvil y veo un mensaje de la hermana de Zayn. Dicen que como tardamos mucho se han marchado en su coche. ¡No se puede ser tan impuntual en la vida Kate! Es que es demasiado presumida... Ahora me cambio, ahora me peino, ahora me pinto... Pesada, muy pesada.

Kate no para de meterse por calles estrechas y medio desiertas, alegando que "así llegamos antes" aunque no estoy del todo convencida de si vamos a llegar al estadio o vamos a acabar en Manchester. En fin, yo no puedo hacer nada así que mejor fiarse de ella. No tengo mejor opción. Después de lo que me han parecido mil vueltas a Londres llegamos a las afueras, al estadio del equipo de Zayn, donde se juegan el título. Miramos la hora y salimos despavoridas del coche, esperando que no hayan empezado ya. Al entrar vemos a todos en la grada que empiezan a reír y a aplaudirnos en plan sarcástico. Al momento me ruborizo viendo que la mitad de las gradas nos observa. No es muy grande, pero habrá unas seiscientas o setecientas personas o así. También me fijo en que el partido aun no ha empezado. Los jugadores patinan por la pista calentando y manejando los patines de una forma que parece incluso imposible. Cuando llegamos a nuestra zona todos nos aplauden de nuevo mientras nosotras nos ocupamos de repartir todas las pancartas y las pinturas que hemos traído. Kate se sienta al lado e la hermana de Zayn y le explica porque llegamos tarde, a lo que ella responde con una carcajada increíblemente sonora. Yo me dedico a buscar la mirada de Liam que es un tanto ausente, hasta que consigo que la cruce con la mía y empieza a sonreír, aunque de forma casi imperceptible. Me acerco despacio y paso mis manos por su cuello, mientras acaricio sus mejillas. Finalmente consigo que sonría y me rodee con sus brazos. Sin vacilar, pego mis labios a los suyos, casi agitada, y espero esa sensación de escalofríos que me recorrían de arriba abajo cada vez que nos besábamos, pero no llega. Es un beso frío, distante... Casi huidizo. Al separarnos los dos nos miramos a los ojos, pero no encuentro ese brillo inocente en su mirada, no veo esa expresión dulce y apasionada que me hacía creer que movería montañas por mí. Solo veo indecisión. Mis ojos pasean por los suyos, y sé que le miro suplicante, esperando una explicación que no va a llegar. Unos segundos después noto una palmadita en la espalda y al darme la vuelta solo puedo ver sus ojos azules y su sonrisa. Sin pensarlo dos veces me echo en sus brazos a abrazarle. Sí, puede que esto solo empeore las cosas pero necesitaba que alguien me estrechara entre sus brazos y si no va a ser Liam, necesito que sea Niall.