Capítulo 18.Party time.

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-¡Qué si! Ya me lo habéis dicho. Tendré cuidado, no haremos el bruto y no, no he invitado a mucha gente –bajo corriendo las escaleras con el bolso de mi madre en la mano – Pasadlo bien y cerrad el trato. Cuando volváis quiero una sonrisa enorme y un contrato firmado.

-Eso intentaremos. Te quiero mucho cielo, y por favor, portaros bien – mi madre me da el sexto beso de la mañana y se dirigen hacia la puerta.

-Que sí, que me porto bien… ¡Confiad en mí, pesados! – me acerco y le devuelvo el beso.

-Vale Lil, confiamos en ti, pero a regañadientes – mi padre bromea un poco. Últimamente está algo más contento, pero cada vez está menos en casa – Te quiero Lilita – me da un beso en la frente y coge el abrigo del perchero.

-No me llames Lilita, por favor… Parezco una niña pequeña – me río, no quiero que parezca una crítica.

-Antes lo hacía siempre – también se ríe, aunque a quién pretendemos engañar, esto va de echarse cosas en cara y podemos ganar cualquiera de los dos.

-Ya lo sé, lo recuerdo – mantengo el silencio un segundo pero lo rompo rápido para evitar que mi última conversación con mis padres sea una discusión – Te quiero papá – me acerco y le doy un beso – Y marcharos ya que vais a perder el avión. Adiós – abro la puerta y los dos salen. Siguen por el pasillo hasta el ascensor despidiéndose de mí con la mano. En cuanto se cierra la puerta voy corriendo a la ventana. Salen del portal y un taxi les está esperando en la puerta. Mi madre dirige la última mirada a la ventana y de nuevo agita la mano. Adiós mamá.

Por fin llegó. Aquí está el gran día: 31 de diciembre. ¡Hoy es noche vieja! La verdad, llevo toda la semana planeando cosas, de aquí para allá encargándolo todo, comprando cosas y pensándolo todo. He recorrido todas las tiendas de mi barrio para comprar bebidas, comidas, decoración y todo eso. Al final creo que lo tengo todo. A ver, es cierto que no todo lo he planeado yo. Obviamente todos estos han ayudado y han dado ideas. La fiesta es en mi casa, pero es como si fuera de todos.

Lo primero de todo fue elegir la comida y todo eso. Después de muchas ideas escogimos la que nos pareció mejor: antes de las doce, para los que estemos, que seremos pocos, hemos encargado unos panecillos rellenos de diferentes cosas que se sirven fríos. Y para después ya el tema patatas y ganchitos que es lo mejor. Además, luego la comida va a acabar por el suelo porque en las fiestas de instituto la gente hace de todo menos comer. Después hablamos de decorar un poco la casa y eso. Para eso hemos quedado un rato antes y así me ayudan para que no tenga que hacerlo sola. Vamos a poner guirnaldas de colores en las ventanas, decorar el árbol y hemos comprado unas figuritas de renos de luces muy monas. A ver, que volvemos al mismo tema, al final nadie se fija en eso, pero me apetece que mi casa quede bonita para que la mayoría de bocazas del colegio se callen y recuerden la maldita fiesta toda su puñetera vida.

El tema invitados ha sido algo difuso, porque hemos mandado mensajes a la gente más conocida de cada uno, pero al final se acabará presentando bastante más gente, y seguro que algunos no deseados como Stacy, pero no he pensado ni un por un momento que no vaya a venir, aunque sea solo a joder un rato. Niall, Carol y Logan invitan a sus compañeros de la facultad. Zayn a sus compañeros de Hockey (y novias, claro). Louis, Liam, Steve y Andy a  los del equipo de fútbol. Jenn a sus compañeros del módulo y luego la gente del instituto por parte de Maggi y mía. Ahora tendremos que ver cuantos se presentan inesperadamente que, serán la mayoría como pasa con estas cosas.

La “discusión” más amplia vino con el tema bebida. No sé si soy yo, o es que somos unos exagerados porque hemos acabado encargando un cargamento de alcohol digno de un ejército, pero, ¡qué más da! Es Nochevieja y toca pasarlo bien. Espero no tener que fregar muchas vomitonas por la mañana, aunque presiento que va a ser lo más probable. Tenemos de todo y para todos los gustos: vodka, ron, whisky, tequila, 43, ginebra, cerveza y Martini. Y por supuesto, todo en cantidades industriales. Esto puede ser un bombazo y por supuesto espero que lo sea. Quiero que todos hablen de lo genial que fue la fiesta de la tía rara, de la borde, de la estúpida. Y sí, van a cambiar de opinión solo por que han estado en mi casa y han bebido de gratis, pero por fin van a darse cuenta de que no soy nada de lo que creen.

En El Momento Perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora