En El Momento Perfecto.

Capítulo 25. San Valentín.

Es muy irónico que mientras unos rompen y tienen que alejarse, para otros llegue el 14 de febrero y celebren lo bien que les va todo. Bueno, exactamente la palabra no es “irónico”, la palabra es cruel y todos lo sabemos. Me siento tan culpable por Zayn… Pero bueno, en momentos como este, aunque duela, tengo que centrarme en celebrar lo bien que estamos Liam y yo. Sí, tenemos altibajos, como todas las buenas parejas, pero somos geniales, bueno él es genial. Si me hubieran dicho hace un año que a fecha de hoy estaría saliendo con Liam Payne y sería casi perfecto, seguro que les habría llamado locos. Las cosas van a pedir de boca y, aunque para otros no tanto, nosotros ya lo tenemos todo planeado. Otra vez, el plan corre a cargo de Liam que, sin duda, es el romántico en la pareja. Sin duda. Vuelvo a no saber qué vamos a hacer, aunque no es lo único que no sé hoy. Mi madre me ha dicho hace una hora “Me voy, tengo planes”. Cuatro palabras. Ni una recomendación como “Ten cuidado” o “No vuelvas tarde”, es más, ni siquiera un “pásalo bien”. La verdad, es duro darse cuenta de que las personas a las que más quieres, las que se supone que tienen que preocuparse siempre por ti y estar a tu lado, han dejado de interesarse por ti. Es difícil creer que ya no les importas nada. Pero, realmente, ya paso de todo eso. Ahora mismo es como si mis padres no existieran, no porque yo lo quiera, sino porque ellos mismos hacen que las cosas sean así. Mi madre, como se puede comprobar pasa de todo, y mi padre, por mucho que prometiera, también.

Lo único que sé de hoy es que va a ser un día con varias partes. Por la mañana, primero, tengo que ponerme algo cómodo, y después vamos a volver a mi casa para poder ponerme algo más elegante. Como la primera vez que salimos, no tengo ni idea de lo que vamos a hacer, es algo que a Liam le encanta. Ya he desayunado  y en apenas media hora Liam llamará al timbre. Para poder aprovechar bien el tiempo hemos decidido quedar pronto. Me paseo por la casa nerviosa, mirándome en cada espejo para comprobar que estoy bien peinada, vestida o pintada. Me he alisado el pelo y llevo lentillas. Me gustan mis gafas pero para cosas como esta suelen ser un poco incordio. Me he vestido sencilla: vaqueros claros, camisa blanca y encima jersey granate. En los pies, botines marrones con algo de tacón y un abrigo del color de los zapatos. Creo que estoy bien. Cojo algo de dinero y preparo mi regalo para Liam: una camisa de rayas blancas y negras finas. A mí me parece preciosa, espero que a él le guste. Guardo el regalo en el bolso y ya estoy lista. Unos segundos después suena el telefonillo, corro a la puerta para ver quién es, no me gusta hacer esperar a los demás.

-¿Diga?

-Hola Black. ¿Estás preparada?

-Sí, ya bajo – cuelgo el telefonillo y respiro hondo un par de veces. Me preparo y salgo corriendo escaleras abajo. AL llegar a la puerta me paro a recuperar el aliento y abro la puerta.

-¿Cómo es posible que estés más guapa cada vez que te veo?

-No seas cursi – me acerco a él y le agarro por el cuello para darle un beso – Feliz día de San Valentín.

-Feliz día – de nuevo nos besamos y nos quedamos mirándonos un segundo – Bueno, vámonos ya que no llegamos a tiempo – me agarra de la mano y echa a andar en dirección al centro – Me guataría pasear, pero hay que coger un taxi. Vamos a tardar un rato en llegar…

-Si estás planeando asesinarme en medio de un descampado vas a tenar que pagar al taxista para que no hable.

-Dios mío, me encanta cuando te poner romántica – le miro mientras me río a carcajadas. Son esas cosas, esos detalles lo que hacen que me gusta Liam. Solo a él se le ocurriría ese comentario. Bueno, a él o a mí, en realidad no somos tan diferentes- Bueno, que tal el día ¿nerviosa?

-No sabes cuánto – la verdad, me he propuesto no hablar sobre toda la mierda que me rodea durante toda la tarde así que no voy a sacar el tema por más que me pregunte.