En El Momento Perfecto.

Capítulo 15. Liam James Payne.

LIAM POV.

Pasan las semanas y las navidades se acercan. Las últimas navidades las pasé con Sophia y, para que mentir, fueron increíbles. Bueno, ella era increíble hasta que la burbuja reventó. Todo duró poco, pero miento si digo que no fue importante. Mis amigos me la presentaron y fue la primera persona que consiguió quitarme de la cabeza a esa morena tan especial y tan imposible para mí. Llevo toda la mañana en clase pensando en que puedo hacer con Lily estas navidades. Sé que el día veinticinco tenemos fiesta para celebrar el cumpleaños de Louis y que la idea de la fiesta de Nochevieja en casa de Lil cada vez toma más forma. El otro día habló con su madre y la respuesta fue positiva así que parece que medio instituto se va a ir de fiesta el día treinta y uno. Estamos en época de exámenes y se nota. Ya es día quince, las clases están a punto de terminar y nos quedan los últimos exámenes, lo que significa que casi no quedamos ni salimos por ahí. Últimamente pasamos muy poco tiempo juntos, aunque, generalmente nos llamamos por las tardes un rato.

Llevamos las tres primeras horas de clase de un miércoles interminable. Estoy harto de todo esto. Saco buenas notas y hago todo lo que me dicen. Estudio como un idiota curso tras curso para que mis padres ni presten atención porque están ocupados con el imbécil ese que se suele pasear por mi casa como si fuera el rey del mundo. Le tengo tanto asco que no sé si voy a poder aguantarle más tiempo.

-Liam Payne vuelve a la tierra - ¿eh? ¿Qué diablos pasa?

-¿Qué? - levanto la vista de la hoja vacía y veo como Mr. Jones me mira sonriente. Si hubiera sido cualquier otro profesor ya estaría expulsado de clase, pero este es diferente.

-Que salgas a la pizarra a hacer la ecuación - miro hacia atrás y veo como Maggi y Lily se ríen entre dientes... Que sonrisa más increíble tiene pero... ¡Liam concéntrate que te están hablando! Miro a la pizarra y por un momento me entra algo de pánico. No estoy escuchando así que no sé de qué habla. Me levanto y miro a la pizarra intentando encontrar entre todos mis conocimientos algo para resolver la masa de números sin sentido que veo ahora mismo - Vamos Liam que es muy fácil... Estás más despistado... - Y tan despistado, no tengo ni idea de que hacer. Mientras el profesor se agacha a mirar algo en el cuaderno de uno de los de la primera fila me giro y veo como Lily levanta un cuaderno en el que pone como resolverlo. ¡CLARO! ¡PERO SI ES FACILÍSIMO! Me pongo a escribir en la pizarra y en medio minuto hago el ejercicio. El profesor se gira y lo mira para corregirlo - Menos mal que has vuelto a la realidad. Buen trabajo y que no te vuelva a ver distraído ¿de acuerdo?

-Sí, Mr. Jones - me giro, miro hacia el sitio de las chicas y sonrío. Menos mal que ellas estaban atentas o me habría llevado una amonestación. Me siento en mi sitio mientras Andy se ríe de mí a carcajadas. ¡Será gilipollas! A ver si toca ya. No sé los minutos que llevamos de clase y ni si queda mucho o poco rato. Sólo sé que me aburro como una ostra. Me quedo de nuevo mirando a la pizarra embobado y cuando menos me lo espero suena el timbre. Por fin llega el recreo. Hacía mucho tiempo que no tenía tantas ganas de que lleguen las vacaciones. Quiero pasar más rato con ella, distraerme un poco, dejar los exámenes a un lado...

-¡Liam tío estás atontado!¡Despierta! - Vaya mañanita llevo...

-Sí, lo siento, estoy cansado - En realidad, el problema es que no me fio de nadie. Desde que Lily me contó lo de Niall estoy muy a la defensiva.

-Hola cielo - Lily se acerca a mí y me da un beso. Al mirarla, se me olvida todo lo que estaba pensando. Todo desaparece para quedarse en blanco. Vacio, sin nada.

-Hola - tiro de ella y se sienta encima de mí. Nos damos otro beso y mientras Maggi habla con Andy. Salimos de la clase y Louis aparece por el pasillo. Ella sale corriendo, entre la gente del pasillo y se sube encima de él. La verdad, hacen buena pareja y nunca había visto a Louis tan atontado con una tía. Le conozco desde hace años, muchos años, es mi mejor amigo, y aseguro que nunca había estado tan colado por una y en tan poco tiempo. No para de hablar de ella... Todo el rato y cada vez que van a los partidos mete tres goles solo para impresionarla, no porque quiera ganar... El amor, el maldito amor. Eso sí, pregúntale a él que no lo va a reconocer ni en un millón de años, sólo por cabezón, por mucho que se lo digamos todos. Llegamos al patio y ocupamos nuestro sitio de siempre. Estamos hablando y de repente, las dos se marchan corriendo hacia la valla. Miro hacia ellas y veo que Kate está fuera. La saludo con el brazo y ella me devuelve el saludo con una sonrisa. Los chicos me imitan y ellas se quedan allí hablando con ella.