Capítulo 13. Vuelta al pasado.

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No sé si soy yo o es que últimamente el tiempo en clase no pasa. Llevamos un par de días de semana y ya me quiero morir. Pasa toda la mañana y llega el recreo y se pasa en un segundo. Todo una mierda vamos. En cuanto a nosotros no hay mucha novedad. Liam y yo seguimos igual, pasándolo bien, riéndonos juntos y, la verdad, cada vez me gusta más. Y es que, aunque suene muy cursi decir esto y yo no soy para nada así, tiene una sonrisa que enamora a cualquiera. En cuanto a Maggi y Louis la cosa cambia: son la pareja más empalagosa que he visto, son muy monos y hacen una pareja perfecta pero madre mía ¡son cómo lapas!¡No se separan ni un segundo! Pero bueno, dejémosles, se han cogido con ganas. A mí me encanta verlos, me río mucho, la verdad, pero siempre desde el cariño. Pero eso va en gustos, nosotros les decimos que son unos pesados y ellos a nosotros que no tenemos sangre en las venas, que somos unos sosos. Yo creo que estamos bien, aun               que puede que las relaciones no sean lo mío.

Estamos en la terrible tercera hora del miércoles: matemáticas. Mr. Jones ya ha anunciado la fecha del examen final de la evaluación y la verdad, aunque matemáticas es una de esas asignaturas que siempre se me ha dado bien, hay algunas cosas que no entiendo, así que esta tarde iré a estudiar con Liam. Y me repito a mí misma, ¡ESTUDIAR Y SOLO ESTUDIAR!  Lily, que esto es importante. No queda mucho de clase, gracias a dios. Están explicando algo de matrices pero, que nadie pregunte que es porque, desde que empezó a explicarlo, no he entendido ni una palabra. Liam sale a la pizarra a hacer un ejercicio que, para variar resuelve con éxito. Empollón. Cuando va a sentarse me mira y se ríe. Idiota presumido. Aunque piense eso algo me hace sonreírle, gesto que no le pasa desapercibido al profesor, que pasea la mirada entre nosotros y también se ríe. Supongo que le gustará que salgamos, siempre ha estado ayudándome y sacando la cara por mí ante otros profesores, así que ahora que ve que Liam es un buen chico puede que piense que iré a mejor, y la verdad si lo piensa no le culpo, yo pienso lo mismo.

Suena la campana y Maggi suspira, de alivio supongo igual que yo. Mr. Jones se marcha y segundos después aparece Louis en la puerta. Maggi corre hacia él, se sube encima y se besan. Liam y yo nos miramos y nos reímos. Yo me acerco despacio a él y le doy un beso suave adornado con una sonrisa. Por nuestro lado desfilan Stacy y las demás cabezas huecas de mi clase y las miradas de desprecio llenan el ambiente. Después Stacy observa a Louis y Maggi y repite la mirada. Ahora resulta que no solo me odia a mí. Bueno, ya es algo más que tenemos en común la rubia y yo. Perfecto, más cosas que nos unen.

-¿Has visto cómo les ha mirado?

-Sí, la pobre se vuelve más tonta cada minuto – me río como una idiota por el comentario, pero más porque Maggi y Loius siguen enrollándose en la pared y no se han enterado de nada.

-Míralos, por favor… ¡Vaya dos hemos ido a juntar! No sé tú, pero yo empiezo a arrepentirme – lo digo en voz alta intentando que me oigan y los consigo.

-¡Cállate Lilian! - ¡qué compenetración! Los dos me gritan lo mismo y a la vez. Liam me agarra de la mano y tira de mí fuera de clase.

-¡Vamos pesados! – salimos corriendo y bajamos al patio. Normalmente hace frio pero faltan pocos días para entrar en diciembre y cada vez se nota más. El aire viene congelado y hiela la garganta. Menos mal que nos dejan salir del recinto durante el recreo, al menos para cambiar de aires por media hora. Los cuatro vamos a dar un paseo. En realidad vamos hacia la pastelería de la esquina a por una madalena caliente para desayunar.

-¿Vamos a la pastelería no glotonas? – ¡Louis nos ha descubierto! Maggi y yo nos miramos y nos reímos. Ella me guiña l ojo y justo cuando llegamos a la puerta toma la palabra.

-Sí, además, hoy invitáis vosotros. Dos muffins de chocolate negros con trozos chocolate blanco. Gracias – me agarra del brazo y tira de mí para llevarme a un banco a sentarnos. Ellos dos se quedan en la puerta con cara de lelos y mientras nosotras les observamos desde el banco riéndonos. Los dos entran y al momento salen con las dos madalenas y con dos cookies originales enormes. Tienen una pinta increíble, bueno, como todo lo que hacen ahí. Ponemos rumbo al instituto de nuevo comiendo los dulces. Ambas parejas compartimos los bollos que están exageradamente buenos. Risas, bromas, lo de siempre.

En El Momento Perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora