Capítulo 26. ¿Y tú quién eres?

730 12 6
                                    

Febrero se acaba y las cosas mejoran por un lado y empeoran por otro. A unos les va mejor y a otros peor.  No hay señales de que Kate vaya a volver y eso cabrea a Zayn, pero Maggi y Louise están mejor que nunca. Con Liam todo va bien, pero en la familia, si es que se pude llamar así,  la situación no hace más que empeorar. Mi madre pasa de todo. De barrer, de fregar, de hacer la comida, de estar en casa, de mí. Y mi padre… mi padre también.

Hace poco creía que la vida empezaba a mejorar, pero he descubierto una cosa: la felicidad completa no existe. Si algo va bien, ten por seguro que habrá otro algo que vaya mal. Y si todo va genial, asústate, porque dentro de poco cambiará tú suerte.

Pero bueno, a lo que estaba, mi padre está siguiendo una política de “ahora que no estoy casado voy a tirarme a todas las veinteañeras de Londres y alrededores”. Eso significa que cada vez que voy a su casa hay una chica distinta paseándose medio desnuda por el apartamento, cosa que no ayuda a volver a la normalidad. Hoy me toca ir y espero que no haya una de esas idiotas que  ven mis libros y no saben ni leer el título… En serio ¿de dónde salen esas tías tan idiotas? Y mi madre pasa de todas las funciones de madre y se va de fiesta cada noche. Siempre hay llamadas largas y misteriosas, con risas y coqueteos. Si lo analizo me siento enfadada, con ganas de romper cosas, pero si lo miro despacio, realmente, me da igual. He decidido que no voy a dejar que nada me afecte porque si no estaré todo el día de mal humor y eso no va conmigo. Puede que antes fuera así pero ya no, y no voy a dejar que nada ni nadie cambie eso .Los días de soledad y mal humor han acabado. Sí puedo vivir echando de menos a Kate, soportando las estupideces de Stacy, aguantando los absurdos (aunque ahora menos frecuentes) ataques de celos de mi novio, puedo soportar que mis padres se porten como críos.

-Entonces lo dicho. Para la semana que viene tenéis que hacer el trabajo sobre la primera guerra mundial. ¿Ha quedado claro? – todos decimos que sí a coro aunque me he pasado toda la clase sin atender ni un segundo. Segundos después suena la sirena, lo que quiere decir que acaba otro jueves interminable.

Salimos todos de clase en avalancha y bajamos al patio donde quedamos con los demás. Es la última semana de febrero y mentiría si dijera que no hace frío, pero se está bastante bien porque, inexplicablemente, hace sol. Entre la gente veo salir a Louis y a Steve, que ha salido el último de clase porque tenía que hablar con Mr. Potter.

-¿Queréis que os acompañemos? – Louis mira a Maggi y ella le devuelve la sonrisa coqueta. Liam y yo nos miramos y nos reímos de ellos.

-Pues como queráis pero luego no os quejéis de que llegáis tarde a los entrenamientos… - Sí, soy una borde pero siempre se están quejando de que les hacen correr por llegar tarde.

-Tiene razón Lou. No tengo ganas de pasarme el entrenamiento dando vueltas al campo-

-Bueno, pues venid al entrenamiento luego.

-Yo no puedo. Hoy estoy con mi padre… - miro a Louis y después me acerco a Liam y le abrazo – Lo siento, hoy no puedo. ¿Quedamos mañana?

-Claro – nos damos un beso y nos despedimos despacio – Luego te llamo – asiento, le doy un beso de nuevo y me despido de los demás.

-¿Vienes Maggs? – las dos vamos hacia el centro así que podemos ir juntas. Simplemente asiente y tras despedirse de Louis empieza a andar hacia mí. Las dos seguimos por la calle hacia su casa y después yo me desviaré.

Al principio andamos en silencio, cosa rara entre nosotras dos, hasta que ella rompe el hielo.

-Te pasa algo.

-No.

-Sí. No lo niegues. Creo que te conozco un poco como para saber cuando estás cabreada.

-No estoy cabreada… Es solo que estoy harta de que mis padres se comporten como idiotas – de repente todos los problemas que creía poder ignorar irrumpen en mi cabeza, todos de golpe – Maggi, es que estoy harta de encontrarme a una tía cada vez que voy a ver a mí padre. Estoy harta de estar sola en casa porque mi madre se va con gente desconocida y…

En El Momento Perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora