La semana pasa más rápido de lo que todos esperábamos. Las clases nos tienen ocupados toda la mañana y por la tarde intentamos mantener al día el temario. Resulta más fácil de lo que yo creía acostumbrarme a esta rutina. Ayudo a Aker y a Anna a repasar, ya que son los que menos acostumbrados están a estudiar y necesitan mantener el nivel, porque para nuestra sorpresa los últimos tres días nos han puesto exámenes de evaluación. Esto no sería un problema si no fuera porque en las urbes no se andan con medias tintas y en el momento en que suspendes una prueba, te expulsan inmediatamente. No les interesan los mediocres. El miércoles hicimos el primero y uno de los chicos del otro grupo de iniciados fue expulsado automáticamente.
Desde entonces hemos hecho dos más y por ahora nos hemos salvado. Con un poco de suerte, no tendremos ninguno más y podremos respirar tranquilos.
Es viernes por la tarde y seguimos encerrados en nuestro cuarto. Empiezo a tener cierta claustrofobia de pasar tantas horas entre cuatro paredes, pero es la mejor forma de evitarnos problemas. Sólo tenemos que sobrevivir al fin de semana y seremos parte de la ciudad.
Como todos los días, recibimos la visita de Caleb. A parte de la hora de ejercicio que compartimos por la mañana sólo le vemos en estos breves momentos en los que nos "obsequia" con su presencia.
—Bien. —Se sienta en la cama de David sin esperar a que este le dé permiso—. Los decanos están muy contentos con vosotros. Dicen que hace mucho tiempo que no ven iniciados con un nivel como el vuestro.
Anna sonríe pero creo que Caleb no lo ha dicho como algo bueno.
—No sé qué entendéis por pasar desapercibidos, pero esto es llamar la atención y mucho.
No puedo evitar saltar.
—¿Y qué quieres que hagamos? ¿Arriesgarnos a que alguno de nosotros suspenda y se quede fuera?
Se le escapa una risa sarcástica.
—¡Pero si estáis por encima de la media de los estudiantes de segundo año!
—Ya está hecho —añade David- así que no creo que sirva de mucho que nos hables así.
Oyéndole tengo la sensación de que su relación de hermanos siempre ha sido así de tensa.
—Vale, es verdad. Pero una vez estéis dentro, intentad ser más mediocres, por favor.
Algunos asentimos con poco entusiasmo.
—¿Sabes si nos queda algún examen más por pasar? —Gabriel tan práctico como siempre.
—Eso venía a deciros. En principio no tienen por qué haber más pruebas. Al fin y al cabo ya hicisteis un montón de exámenes antes de entrar. Esto sólo es la adaptación, por lo tanto si llegáis al domingo vivos, ya seréis habitantes oficiales de la ciudad.
—Entonces, ¿ya está? —pregunta Neo sorprendido—. No ha sido tan difícil como esperaba.
—Todavía no cantéis victoria. El domingo por la mañana hay una ceremonia de ingreso a la que debéis acudir. Hasta entonces tenéis libre. Eso sí, os aconsejo que busquéis ropa para la ceremonia. Ya sabéis, algo elegante.
"¿Algo elegante?". No me lo puedo creer. Nuestra cara de sorpresa lo debe decir todo.
—Tenéis una paga semanal. Id mañana al centro y comprad. Eso sí, tenéis que ir acompañados de un ciudadano.
—¿Tú? —Aker le señala extrañado.
—Ja. —Caleb niega rotundamente—. Tengo mejores cosas que hacer que cuidaros. Buscad a algún compañero que esté dispuesto a perder el tiempo con vosotros. Vale, me voy. Estaré fuera del campus hasta la ceremonia, así que a menos de que alguno esté a punto de morir, no me llaméis.
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Árboles de ceniza - Completa (Ya a la venta)
Ciencia Ficción*Disfruta de esta historia completamente gratis*. Distopía? ¿Ucronía? ¿Multiverso? Ari, una chica de diecisiete años llega a la ciudad dispuesta a pasar los dos meses de verano realizando un curso preuniversitario sobre "El sueño". En esa academia...