Nuestras voces deben de oírse desde dentro porque antes de golpear la puerta, esta se abre, y un sonriente profesor Walsh nos invita a pasar.
-Bien, ya habéis llegado. Siento haber interrumpido vuestra comida pero tenemos mucho de qué hablar.
Su sonrisa me tranquiliza y al entrar vemos que hay un tercer invitado. Neo ya está sentado en una butaca. En cuanto David le ve le cambia el gesto pero en estos momentos me parece que eso es lo menos importante de la situación.
El despacho es amplio, con grandes estanterías rebosantes de libros. Tengo costumbre de valorar a las personas por el número de libros que tienen. No puedo evitarlo. En un lado, hay una zona de despacho con una mesa perfectamente organizada. La verdad es que no esperaba menos de él. Al otro un enorme sofá de cuero ocupa gran parte del espacio además de dos butacas a juego y una mesita donde nos espera café y un apetecible plato de pastas caseras. Me recuerda a las visitas a casa de mi abuela.
Como Neo ocupa una de las dos butacas, David y yo nos sentamos en el sofá, pero aunque el ambiente parece distendido yo estoy tensa y no puedo evitarlo. Para colmo debe ser más que evidente.
-No estés nerviosa. Esta es una reunión informal. Importante, pero informal. -No me gusta cómo ha recalcado la palabra importante. Me sirve una taza de café aunque no me ha preguntado y me la acerca. También sirve el resto de las tazas, después coge una y se sienta tranquilamente. Nos mira mientras revuelve le azúcar y da un pequeño sorbo antes de empezar a hablar-. Supongo que ya os imagináis porqué os he llamado. -Otro sorbo-. He leído vuestras redacciones de esta mañana y doy por sentado que vosotros ya habéis hablado del tema así que me gustaría saber qué opináis.
El primero en hablar es David.
-Espero que no crea que se trata de un engaño. Yo soy el primero que tengo dudas sobre lo que está sucediendo y...
-¿Dudas de qué? -Neo ha saltado como un resorte-. No somos los primeros en tener sueños conectados ¿sabes?
El profesor fija su mirada en mí.
-¿Y tú, Ari? ¿Qué opinas de todo esto?
No sé qué contestar. Tengo la mente bloqueada y aunque seguramente haya una explicación sencilla para todo esto, no la encuentro. Ante mi silencio, insiste.
-Ari, piensa un poco. Tú mejor que nadie deberías saber lo que está sucediendo.
Ahora son tres pares de ojos los que me miran fijamente. No acabo de entender a qué se refiere.
-¿Qué sabe ella que no sepamos nosotros? -Neo se recuesta sin apartar su mirada de mí.
El profesor deja su taza en la mesa y yo aprovecho para hacer lo mismo. Estoy demasiado nerviosa como para seguir sujetándola sin derramar su contenido.
-Esto es un tema muy serio. Para empezar os diré que en ningún caso creo que me estéis engañando ya que mi equipo de investigación y yo estábamos esperando que algo así sucediera. -Hace una pausa y vuelve a dirigirse a mí-. Ari ¿recuerdas el trabajo que nos enviaste para entrar en este curso?
Apenas hace dos días estuve hablando de ello con David.
-Sí, claro. De cómo afecta lo que se sueña a nuestra vida real. Pero no entiendo qué relación puede tener con todo esto.
El profesor se acerca a la ventana y durante unos instantes parece ensimismado mirando algo que sucede en el patio, pero pronto pierde el interés y vuelve a dirigirse a nosotros, a mí.
-Ese trabajo no, el anterior.
Durante un breve instante no sé de qué me habla, pero de repente mi mente se aclara y cientos de detalles y recuerdos me sacuden. Comienzo a sentirme mareada y estoy segura de que he perdido el poco color que tengo en la cara.
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Árboles de ceniza - Completa (Ya a la venta)
Bilim Kurgu*Disfruta de esta historia completamente gratis*. Distopía? ¿Ucronía? ¿Multiverso? Ari, una chica de diecisiete años llega a la ciudad dispuesta a pasar los dos meses de verano realizando un curso preuniversitario sobre "El sueño". En esa academia...