Florida, clima perfecto, playas hermosas y gente increíble, eso dicen los anuncios, claro que nadie habla de el maldito tráfico!
Era sábado por la mañana y me encontraba en la carretera, atestada de autos con familias que salían de vacaciones y mi harley cargada de valijas, seguro parecía un motociclista que acababa de robar una tienda de ropa femenina.
Media hora después y muchos insultos más tarde, por fin llegué a la mansión de Connor, el odiaba que la llamará así pero era cierto.Mi amigo tenía una gran habilidad en cuanto a decoración y estilo, Scott no se quedaba atrás, él consiguió un gran terreno frente a la playa para construir su hermosa casa. Llevaban saliendo dos años cuando decidieron mudarse, yo como una escéptica en el amor, le dije que no lo hiciera ya que, la mayoría de las parejas se separan por esa razón, pero contra todo pronóstico mi amigo había logrado llevar la situación y eso me alegraba.
Desmonté mi tan amada motocicleta y caminé por el sendero de piedra, para no pisar el muy cuidado césped hasta llegar a la puerta y tocar timbre. Sólo tuve que esperar unos minutos para que Connor, muy emocionado me abrazará.
-No puedo creer que estés aquí Meg- él estaba a punto de llorar.
-Yo tampoco- dije mientras, le devolvía el abrazo -Para la próxima me avisas antes, el tráfico es una mierda en este lugar- él me soltó mientras reía.
-Extrañaba tu mal humor- una media sonrisa se dibujo en su pálido y aniñado rostro.
-Y yo tu escuálido trasero- desde que me mudé a Los Ángeles por trabajo, no nos veíamos muy seguido pero, siempre nos manteniamos en contacto. la confianza de la amistad que teníamos, desde los tres años, nunca se perdió -Vas a invitarme a pasar o me dejarás aquí hasta navidad?-
-No me tientes- se corrió dejándome pasar, cosa que hice, no sin antes tomar mis maletas.
Las horas se pasaron tan rápido que, cuando volví a mirar, ya era de noche. Connor se pusó a trabajar en la cena, diría que lo ayude pero, la verdad es que yo podría quemar hasta el agua si me lo proponía, así que solo me límite a darle charla y verlo trabajar.
Un rato después, se escuchó el sonido de la puerta y Scott hizo presencia en el lugar pero, para mi sorpresa, no estaba sólo su hermano, Chris, venía detrás de él.
Saludé a scott con un corto abrazó y le dije:-Felicitaciones, eres el hombre que ha tomado la peor decisión de su vida- todos reímos, a excepción de Connor, que con el ceño fruncido me dedicó el dedo medio.
-Idiota, suelta a mi bebé para que pueda saludarlo- solté a Scott y ví como esté, le daba un tierno pero apasionado beso a mi amigo.
-Para mi no hay saludo?- me volteé al escuchar la grabe voz de Chris detrás de mi -Es que estoy pintado o ya no me quieres?- me lancé abrazándolo con fuerza.
A pesar de vivir en los ángeles, no nos veíamos muy seguido ya que, yo salía de la oficina a las 5 y luego me iba a el negocio de tatuajes que tenía, y Chris se pasaba la mitad del año filmando sus películas, claro que no podia quejarme de eso. Tendrían que ver las caras de mis compañeras de trabajo, cuando les dije que a los 14 años había compartido carpa con él.
-Meg, sé que soy un bombón y no puedes alejarte de mi, pero, si me sigues apretando me vas a dejar sin aire- lo solté de inmediato y le miré enojada.
-En esta relación el bombón soy yo- él se puso serio y dijo:
-Lamento haberla hecho enfurecer, Mi duquesa- se notaba que el idiota era actor.
-Te perdonó, si me prometes comprarme un helado real más tarde- a nuestras carcajadas se les sumaron las de los pre-casados y juntos nos dirigimos a la mesa.
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La boda de mi mejor amigo
RomancePodríamos resumir la vida de Meg en una sola palabra "fracaso". Luego de recibir la llamada de su mejor amigo anunciándole su casamiento ella emprende un viaje hacia Florida para ayudarlo con los preparativos. Lo que ella no sabía es que estas vac...