Ellie, Cal y Dylan ya habían llegado y estábamos comiendo la pizza que mi amiga tan amablemente trajo sentados en el sillón mientras hablábamos.
-El viernes no volviste- dijo Dylan haciendo que me tensara, yo lo quería y no quería lastimarlo, pero ya había hecho mi elección -Dónde estabas?-
-Yo...- hice una pausa y respire profundo -Te parece si vamos a la terraza?- él me miró con la interrogación en su rostro, pero aun así asintió y fuimos a la terraza del edificio en el que vivía.
-Por qué me trajiste aquí Meg? Tengo que tener miedo?- preguntó con esa estúpida sonrisa que siempre ponía, tenía la esperanza de que él entendiera y que podríamos seguir como amigos, aunque era algo imposible.
-Para poder hablar en privado y no, no tienes que tener miedo- dije riendo mientras negaba con la cabeza.
-Muy bien, de que quieres hablar?- él estaba apoyado en la baranda de la terraza con actitud relajada viendo el paisaje nocturno y las miles de luces de la ciudad.
-Dylan tú me amas o sólo me quieres?- yo estaba mirando la calle a mis pies, pero aun así vi como él me miraba sorprendido y pensaba que responder.
-Es una pregunta difícil Meg- ahora yo también lo miraba -Sabes, no me había puesto a pensar en eso pero, no Meg, no te amo- al contrario de lo que el suponía que iba a pasar yo le sonreí.
-Yo tampoco te amo Dylan- él dudó por unos segundos y dijo con una media sonrisa mientras volvía a mirar el paisaje.
-Lo sé Meg, sé que te gusta Chris- ahora era yo la sorprendida.
-Cómo es que sabes eso?- él seguía con esa sonrisa.
-Porque cada vez que hablabas de él, se te iluminaban los ojos, fue bonito estar contigo y me divertí como nunca, pero no te amo- yo le sonreí y él me abrazo.
-Y ahora qué?- le pregunte separándome de él.
-No lo sé, amigos?- una sonrisa se dibujó en mi rostro.
-Amigos- le dije extendiendo mi mano, la cual él estrecho, estaba teniendo una racha de buena suerte al parecer, perdón mundo por haberte insultado antes.
Cuando bajamos y abrí la puerta, me sorprendí bastante al encontrar a Ellie sobre Cal en mi sillón
-Pero que mierda les pasa? Ese es mi sillón!- la vergüenza en el rostro de ambos hizo que Dylan y yo riéramos.
-Pensé que tardarían más- dijo Ellie sentándose mientras se acomodando su revuelto cabello negro -Está todo bien?-
-Sip, pero creó que ustedes están mejor no?- dijo Dylan a mi lado.
-Creó que es hora de irnos- dijo un Cal muy sonrojado, despidiéndose de mi amiga y de mí mientras arrastraba a Dylan hasta la puerta.
-Sabes, que tú no te hayas acostado con Chris aún no significa que yo no pueda hacerlo con Cal- dijo mi amiga refunfuñando.
-Puedes hacer lo que quieras con Cal, mientras no sea en mi penthouse y si quieres hacerlo aquí, por lo menos hazlo mientras yo no esté- dije riendo.
-Qué paso con Dylan?- dijo cambiando rotundamente de tema.
-Fue mejor de lo que pensé a decir verdad, él no me amaba y sabía lo que yo sentía por Chris desde hacía bastante- los ojos de Ellie no alcanzaban a expresar toda la sorpresa que sentía -Y ahora somos amigos-
-Bueno, eso es bueno no?- dijo con duda, inclinando su cabeza hacia un lado como solía hacer.
-Sí, es bueno- le dije sonriendo.
-No creó que a Chris le guste que sean amigos- dijo mirando la televisión al igual que yo -Parece un tipo bastante celoso-
-Tendrá que aceptarlo- dije sabiendo que eso jamás iba a pasar.
Ellie se quedaría a dormir esta noche, haríamos un maratón de películas.
Me despertaron los ruidos que venían desde la cocina y, con mucha fuerza de voluntad, me levante. Estaba por salir de la habitación, pero un cuchicheo del otro lado me detuvo, con quién hablaba Ellie? Pegué la oreja a la puerta y comencé a escuchar la conversación.
Narra Chris:
-Tú conoces bien a Meg no?- le pregunte a Ellie, la chica de pelo negro y radiante sonrisa me había abierto la puerta cuando llegue y me había explicado que Meg dormía, para variar.
-Claro- dijo poniendo un plato con waffles, crema y miel delante de mí -La conozco mejor que su propia madre-
-Entonces sabrás que es lo que le gusta?- ella se sentó frente a mí con su plato y sonrió.
-Depende de a que gustos te refieras- esta chica no era tan santa como aparentaba y comenzaba a caerme bien.
-En cuanto a lo que refiere a parejas- dije sonriendo por la manera tan parecida que tenían Meg y ella de comer.
-Bueno en ese caso no hay mucho que decir- dijo con la boca llena -A Meg le gustan los típicos chicos malos con tatuajes y motocicletas, no me preguntes que vio en ti porque no lo sé, no es de las románticas y prefiere que le compres helado y la invites al cine, antes que ir a un restaurante refinado y un ramo de flores-
-Bueno, tengo tatuajes y una motocicleta- dije riendo -Y lo del helado me quedó bien claro- ella río y siguió hablando.
-Le gusta que la abracen, pero sólo si ella te lo permite, no le gusta mucho el contacto, en cuanto a la cama bueno, Meg no es de las tranquilas- ella me miró con una sonrisa pícara y agregó -Si tiene la oportunidad en cualquier momento y en cualquier lugar ella te va a...- un estruendo se escuchó cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe y una Meg recién levantada apareció en la puerta, con el cabello revuelto y el pijama que tanto amaba, se veía hermosamente enojada.
-Creo que debo irme- dijo Ellie levantándose rápidamente, pero Meg fue más rápida y la tomó de la oreja arrastrándola a la habitación. Si Ellie salía de allí con vida, le daría una medalla a la valentía.
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La boda de mi mejor amigo
Roman d'amourPodríamos resumir la vida de Meg en una sola palabra "fracaso". Luego de recibir la llamada de su mejor amigo anunciándole su casamiento ella emprende un viaje hacia Florida para ayudarlo con los preparativos. Lo que ella no sabía es que estas vac...