Narra Chris:
Me había encantado la reacción de desesperación que tuvo Meg cuando tarde en desabrochar mi pantalón, estaba un ochenta por ciento seguro de que le había excitado y eso significa que sentía algo por mí, lo cual me hacía recordar el consejo que Chad me había dado "no la dejes ir" y eso era lo que iba a hacer, haría lo que fuera necesario para que me amara. Estaba enfrascado en mis pensamientos, hasta que la vi bajar junto con Connor por la escalera, decir que casi muero de un ataque cuando la vi vestida de policía, era poco. El traje consistía en una pequeña pollera azul acompañado de una camisa del mismo color con la placa de oficial, una corbata negra y una gorra, lo único que me decía que era ella y no mi imaginación, fueron sus borcegos y los tatuajes que tanto amaba sobretodo el de su pierna, que más de una vez había fantaseado en besar.
Ella se acercó a mí caminando lento, como toda una modelo mientras sonreía, pasó junto a mí y se paró detrás, colocó sus manos en mis hombros y los fue bajando por mis brazos, hasta llegar a mis muñecas las cuales, con un rápido movimiento, colocó detrás de la silla esposándolas.
-Pero que haces?- la curiosidad se mezclaba con mi excitación, sentí su aliento en mi oreja y susurro en ella.
-Has sido un chico malo y debes ser castigado- mi cuerpo se erizo ante sus palabras y a decir verdad, estaba dispuesto a recibir mi castigo sí, eso la incluía a ella. La oficial Megan dio la vuelta aún con una de sus manos en mi hombro y yo levanté la cabeza para mirarla, se paró frente a mí y comenzó a deslizar la pollera por sus hermosas piernas que tanto ansiaba tocar, malditas esposas.
Cuando término de sacársela, la arrojó a quien sabe dónde y pude ver unas bragas de encaje negro que, seguro eran del mismo tipo que el sostén de la otra vez, con una sonrisa de satisfacción en el rostro comenzó a desatarse la corbata y una vez hecho esto, se sentó a horcajadas sobre mi pasándola alrededor de mi cuello atrayéndome hacia ella, la excitación que sentía en ese momento era incomparable, ninguna mujer con la que había estado antes me había hecho sentir así.
-Te cuento un secreto?- dijo con una voz seductora, a lo que yo respondí con un asentimiento de cabeza ya que, no podía articular palabra alguna -Me encantan los chicos malos- si las estúpidas esposas no hubieran existido en este momento, la hubiera arrojado al sillón y le hubiera arrancado las bragas con los dientes.
Ella, sin perder la sonrisa, comenzó a desabrocharse botón por botón la camisa, haciendo que perdiera la cabeza, estaba seguro de que para ese entonces ella ya se habría dado cuenta de lo apretado que me quedan los jeans.
La camisa desapareció de mi vista dejándome ver ese sostén que tan bien le quedaba, acaso quería matarme? Intenté soltarme de las esposas que me impedían tocar su piel pero, fue inútil, lo único que logré fue que ella soltara una risita y me dijera muy cerca de la boca "se mira, pero no se toca". Se levantó como si nada y se quitó el gorro de oficial colocándomelo a mí.
-Ten Connor- se sacó de dentro del sostén dos llaves que supuse serían de las esposas y se las arrojó a mi cuñado, del cual me había olvidado por completo. Megan aún en ropa interior y con una media sonrisa se dio la vuelta para irse a su habitación, dejándome esposado a la silla desde la cual podía ver su redondo trasero y el tatuaje de su espalda.
Connor se encargó de soltarme y subí corriendo las escaleras esperando verla allí, pero mi cuñado había tardado demasiado en soltarme y ella ya estaba dentro de su habitación probablemente dormida. Como imaginaran me tuve que dar una ducha fría para intentar calmarme antes de acostarme, pero aun así no pude dormirme pensando en la oficial Megan.
Narra Meg:
Me desperté por unos gritos y golpes en la puerta, de mala gana me levante y la abrí. Connor pasó como si nada a la habitación.
-Sé que en las mañanas no te deben molestar, pero necesitó tu ayuda- parecía nervioso, él jamás me hubiera despertado si no fuera algo urgente, así que me asusté bastante -La familia de Scott ya está aquí y el hombre que anotó la reserva del hotel se confundió los días-
-Al grano- soné cortante, pero era temprano y no había dormido bien por pensar en Chris y en lo que sentía por él.
-Se van a quedar con nosotros miércoles y jueves, no tenemos tantas habitaciones para sus dos hermanas, sus esposos y sus hijos, sin contar a sus padres- genial esto iba a ser tan divertido, nueve adultos y cuatro niños en una casa.
-Y por qué me involucra a mi todo eso?- dije fastidiada.
-Porque tú y Chris tendrán que compartir habitación hasta que se vayan- porque el mundo estaba contra mí? Me había jurado a mí misma que desde ahora, intentaría alejarme de él y el mundo tomó mi juramento lo arrojó al suelo y lo pisó.
-Qué?-no podía creerlo -Sabes que mejor olvídalo, me iré a algún hotel-
-Claro que no!- dijo tomándome por los hombros y sacudiéndome -si te vas yo me quedaría solo, te necesito con migo o voy a perder la cabeza!- se notaba la desesperación en sus ojos.
-Pero, Connor...- él me interrumpió.
-Por favor- me estaba suplicando con esos malditos ojos de cachorro y no podía decirle que no, era mi amigo y debía ayudarlo además no podría ser tan malo o sí?
-Muy bien- dije poniendo los ojos en blanco.
-Gracias!- dijo abrazándome -Eres la mejor-
-Claro que lo soy- dije con una sonrisa -Pero seré mejor, si me esperas con un café en la cocina-
-Nunca vas a cambiar no?- dijo con una sonrisa, mientras negaba con la cabeza -De todos modos por qué tan preocupada por dormir con Chris?- no me esperaba esa pregunta.
-Yo emm... Bueno ya no somos niños y.... No lo sé yo... Sería incómodo - acababa de recibir mi título a la peor mentirosa del mundo.
-Qué me ocultas Meg?- Connor me miraba como si intentará leer mi mente.
No sabía que responder, él iba a abrir la boca para decir algo, pero un grito en la primera planta lo interrumpió.
-Esto no termina aquí Carter- dijo Connor yéndose de la habitación, me bañe y vestí para recibir a la numerosa familia Evans, mientras pensaba en que iba a decirle a Connor cuando volviésemos a tener esa conversación.
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La boda de mi mejor amigo
RomancePodríamos resumir la vida de Meg en una sola palabra "fracaso". Luego de recibir la llamada de su mejor amigo anunciándole su casamiento ella emprende un viaje hacia Florida para ayudarlo con los preparativos. Lo que ella no sabía es que estas vac...