La boda de mi mejor amigo

capítulo 19: malditos y sensuales Evans

Estaba mal estar ansiosa? Porque, no podía parar de pensar en la cara que pondría Chris cuando me viera en mi disfraz y al recordarlo, no pude evitar pensar en que él también tendría que hacer el striptease. Imaginármelo sin remera debería ser un pecado, porque pensaba esas cosas y desde cuando me importaba lo que estuviera mal o bien? Santo dios Chris era Chris y yo era su amiga, no podía imaginar su perfecto y marcado cuerpo, dios que me estaba pasando? Cuando Ellie me explicó con simples palabras lo que significaba el amor, se olvidó mencionar que no podría sacarlo de mi cabeza.

-Estas bien?- Connor conducía en dirección al hotel para dejar a Ellie.

-Sí, sólo pensaba en que tendré que ponerme auriculares para poder dormir esta noche por los ruidos que tú y, tu bebé van a hacer- él y Ellie rieron ante mi chiste, estaba mal mentirles a mis amigos pero, no iba a decirle a Connor que me había pasado todo el trayecto imaginado a su cuñado desnudo.

Llegamos y Ellie se despidió de Connor con un abrazo, cuando me abrazo a mí, susurro en mi oreja.

-Has que Chris no pueda dormir en toda la noche y disfruta al máximo- yo reí ante lo dicho por la morocha de ojos azules y está separándose de mi agregó.

-Si eliges mal, quizás sea la última oportunidad que tengas de verlo así- la sonrisa se me borró, mi amiga tenía razón, ese día en la cafetería ella me había hecho una pregunta que no había sabido responder, pero ahora sabía que él me gustaba y también sabía que si se lo decía nuestra amistad se iría al caño.

-Lo sé- dije segura, no se lo diría a Chris, escondería mi corazón en el congelador y lo dejaría allí hasta que se haya vuelto a enfriar. Chris me gustaba pero, prefería tenerlo cerca como amigo a perderlo pon unos estúpidos sentimientos que podrían durar un día o un año, porque así era el amor, en un minuto lo tenías y al otro ya no estaba más, dejando un vacío en su lugar.

Llegamos a casa y los chicos miraban televisión tirados en el sillón, Connor y yo dejamos las bolsas en nuestras habitaciones y bajamos.

-Quién va primero?- dijo Scott algo nervioso.

-Ustedes- dije con una sonrisa -Después de todo, lo mejor se deja para el final-

-Claro que no!- dijo Chris -Las damas primero-

-Primero, soy hombre y segundo, con más razón tendrían que empezar ustedes- amaba como Connor defendía al equipo y humillaba a Chris. Ellos refunfuñando, se levantaron y nosotros corrimos el sillón para poder ver mejor, nos sentamos y ellos se pararon frente a nosotros.

Scott estaba nervioso, pero Chris parecía muy seguro de lo que hacía y eso me hacía pensar en cuantas veces había hecho lo mismo. Escuchaba los gritos de mi amigo, cuando Scott se desabrochaba la camisa a cuadros que llevaba pero, no le preste atención, sólo tenía ojos para Chris.

Se quitó la remera blanca y ceñida, que marcaba sus musculosos brazos lentamente como todo un experto y yo estuve a punto de colapsar cuando me sonrió, estaba roja como un tomate y no sabía si era yo o la temperatura del lugar había aumentado.

Ya estaba descalzo por razones que desconocía así que, sólo quedaban sus jeans, los desabrochó lentamente alargando mi agonía mientras, me miraba aún con su sonrisa de satisfacción en la cara, le giñe un ojo y le sonreí de lado.

-No tengo todo el día Evans- dije mientras me cruzaba de piernas, no tenía ni la menor idea de donde había sacado la fuerza para decírselo sin que me temblará la voz de la excitación por tenerlo parado frente a mí, semi desnudo.

-Tan ansiosa estas?- dijo aún con las manos en la cintura del pantalón, levanté una de mis cejas haciendo que callará y continuará con su tarea, se bajó los pantalones y pude ver sus boxers negros, que se le ajustaban lo necesario para marcar su firme trasero y dejarme ver sus fuertes piernas. Se me seco la boca al contemplarlo allí y ni siquiera recordé que Connor y Scott seguían allí hasta que hablaron.

-Creo que es su turno- dijo Scott mientras se vestía lo más rápido que podía, maldito y vergonzoso Scott.

-Quiero ver que tan bien lo haces- dijo Chris subiéndose los pantalones.

Iba a contestarle que era un maldito egocéntrico, pero Connor me tomo del brazo y me arrastró hacia la habitación para que nos cambiásemos, no sin antes decirles a los chicos que se sentaran en una silla cada uno.

Con Connor ya habíamos planeado que hacer y cada uno tendría que encargarse de uno de los hermanos, por supuesto que me había tocado Chris, cuando termine de cambiarme me miré en el espejo y no pude evitar sentirme una puta pero, según Connor, esa era la intención además de dejarlos calientes. Antes de bajar la escalera juntos tomé las esposas y le di una a Connor, que me sonrió aceptándola con gusto.

La cara que pusieron los chicos al vernos no tenía preció y la perra que llevaba dentro no pudo evitar sonreír, iba a aprovechar esto al máximo y haría sufrir un poco a Chris, quería que recordará esto por el resto de su vida.