capítulo 3: recuerdos de los viejos tiempos

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Estábamos los cuatro recordando los viejos tiempos mientras, bebíamos las cervezas que Connor nos había traído.

-Recuerdas cuando te enojaste con Scott y le pegaste ese chicle en la nuca- dije mientras, miraba a mi amigo y reía, este asintió con lágrimas en los ojos de tanto reír.

-No es gracioso- Scott se había cruzado de brazos y miraba serio a su pareja -Tuvieron que raparme para quitarme esa cosa-

-Parecías un puto monje- Chris hizó que volviéramos a reír.

-Pero, eras Mi monje- Connor se inclinó sobre la mesa y beso a Scott, desde que nos habíamos sentado, no se habían soltado de la mano y se miraban con mucho cariño, me sentía muy feliz por ellos.

-Sí, claro pero, no olvidemos el día en que se conocieron- Scott sonrió con malicia, no pude evitar recordar ese día.

Flashback:

Acababa de mudarme con mi mejor amigo a Estados Unidos, con tan sólo doce años. Era el primer día de escuela en una primaria que no conocía, me senté en el banco de delante y espere a que comenzará la clase. Chris, el "chico popular", se sentó unos bancos detrás de mi y se paso la primera hora arrojándome papeles a la cabeza, mi paciencia llegó a el límite y levantándome, tomé mi silla arrojandosela, para mi mala suerte él fue más rápido y la esquivó. La silla golpeó contra una ventana, partiéndola en mil pedazos, haciendo que el profesor nos enviara a dirección. Desde entonces nos volvimos grandes amigos.

Fin del flashback

-Cómo olvidarlo jajajajajajajaja, ella casi me mata de un sillazo_ Chris no paraba de reír.

-Te lo merecías Evans- no pude evitar enojarme un poco con él, porque tenía que ser tan ágil?

-Qué fue lo que dijo el director?- me preguntó entre risas.

Me senté derecha, pusé cara enojada e intenté imitar la voz de aquel anciano -Señorita Carter, esa no es manera de comportarse su primer día de clases, estoy pensando seriamente en inscribirla al equipo de lucha, quizás así, aprenda a controlar su ira-

-Te conozco desde pequeño, y nunca entendí como entra tanta maldad e ira, en un cuerpo tan pequeño- dijo Connor secándose las lágrimas -Mamá casi te mata ese día-

-Bueno ya sabes lo que dicen, "lo bueno viene en envase pequeño... y el veneno también"- dicho esto solte una risa malévola.

Todo era risas y diversión hasta que, Chris arrugando la nariz dijo
-No huelen eso?-

-El olor a idiota?, Sí, lo huelo desde que entraste- esto hizo que Connor y Scott rieran.

-Ja ja ja, que graciosa, habló en serio no huelen a quemado?_ Connor se paro tan rápido, que todos nos sobresaltamos.

-La cena!- salió disparado a la cocina, como todo un ama de casa.

-Por suerte, no se a quemado- dijo cuando volvió con la comida, la sirvió y comenzamos a devorar toda la carne con papas al horno que había preparado.

-Dios, Connor, tienes las manos de un ángel para la cocina- dije mientras, me sobaba la panza con las manos.

-Por qué crees que voy a casarme con él?- dijo un sonriente Scott-Toma nota Meg, para enamorar a un hombre manten su estomago lleno y su corazón contento- fingí anotarlo en una servilleta y no pude evitar reír cuando Connor le golpeó.

Luego cada uno se fue a su habitación. Por suerte la casa era lo suficientemente grande como para tener más de una habitación de huéspedes así, Chris y yo no tendríamos que compartirla.
Me dormí con una gran sonrisa, estas iban a ser unas vacaciones increíbles.

La boda de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora