Cuando salí de la habitación me encontré a Chris en el pasillo.-Buenos días oficial Megan- dijo con una media sonrisa, que hizo que todo mi cuerpo temblará.
-Buenos días- le dije sonrojada, odiaba que tuviera ese efecto en mí -No me llames así, es mejor olvídate para siempre de que me viste así- el lanzó una tierna risa y dijo con un brillo especial en los ojos.
-Jamás podría olvidar lo bien que te quedaba ese conjunto de encaje- había visto esa sonrisa antes y era la misma que le daba a las chicas con las que luego se acostaba y no supé si sentirme feliz porque le había gustado, o si enojarme porque me había gustado que le gustase, tenía un torbellino en el pecho y me cerebro se había ido de vacaciones.
-Solo olvídalo y que quede claro que mi equipo fue el ganador- baje lo más rápido que pude dejándolo en el pasillo hablando sólo.
La mañana transcurrió tranquila, mientras ayudaba a Connor a acomodar las habitaciones para cuando la familia Evans llegará, él no mencionó nada sobre lo que habíamos hablado en mi habitación esa mañana y eso me tranquilizaba un poco. Mientras tanto con Chris las cosas estaban raras, él no perdía oportunidad de mirarme haciendo que me sonrojara y yo intentaba alejarme de él sin que lo notara, si esto seguía así me volvería loca.
Eran las 3 de la tarde cuando Lisa y Bob, los padres de los hermanos llegaron, los ayudé a llevar las maletas a su habitación y comenzamos a conocernos, eran bastantes divertidos y se notaba que Chris era muy apegado a su madre.
Dos horas después Carly y Shanna arribaron junto con sus esposos e hijos, los cuales comenzaron a correr por todo el lugar, la familia Evans era increíble y la pasé mejor de lo que esperaba al igual que Connor.
El padre de Chris era de esas personas con las que los silencios eran agradables y que te prestaban el oído para escuchar tus problemas. Su madre Lisa era muy simpática y amorosa, siempre con una sonrisa, Carly y Shanna eran súper graciosas y nos hicimos amigas rápidamente, en cuanto a sus hijos eran unos diablos, pero llegabas a encariñarte con ellos, después de todo yo fui igual o peor que ellos cuando era pequeña.
Eran las 8 de la noche, Connor, Carly y Shanna preparaban la cena, los niños veían la televisión y los demás jugábamos a las cartas mientras hablábamos.
-Estás haciendo trampa!- le grito Scott a su padre.
-Claro que no, acepta que eres mal jugador y ríndete- este hombre cada vez me caía mejor, comenzó una discusión entre todos, yo iba a decir algo a favor de Bob, pero un tirón en mi remera me detuvo.
-Hola Drew- dije saludando al niño rubio que tiraba de mi remera, tenía 6 años y era el peor de todos, su madre me contó que una vez se metió dentro del inodoro y comenzó a bañarse en él.
-Ten- él me entregó un dibujo y yo lo acepte gustosa, mientras lo sentaba en mi regazo, cuando desdoblé el papel una explosión de color apareció delante de mí.
-Que gran artista eres Drew!- le dije y él me sonrió en respuesta.
-Te dibujaría otro, pero se acabó el papel- dijo algo triste.
-Tengo una idea, trae tus fibras aquí- el niño salió corriendo y volvió con sus manos llenas de fibras de múltiples colores.
-Y ahora?- me quité la campera de cuero y dejé al descubierto mi brazo tatuado.
-Quieres pintarlo?- a Drew se le iluminó la mirada cuando vio mi brazo, y con una sonrisa en el rostro comenzó su trabajo.
No me había dado cuenta de que la discusión había parado, y de que todos estaban mirándome hasta, que levante la cabeza para seguir con el juego.
-Creí que no te gustaban los niños- Chris me miraba con una tierna sonrisa.
-No me gustan los niños berrinchudos y caprichosos- dije devolviéndole la sonrisa -Además yo era igual a su edad y me cae genial, no es cierto Drew?- el niño levantó la cabeza y levantó su mano para que chocásemos los cinco.
Todos reímos y seguimos con el juego, hasta que Connor trajo la comida. Cuando la cena término todos se fueron a dormir, excepto Connor y yo que nos quedamos limpiando, estuvimos hablando de lo increíble que era la familia Evans.
-Sí, su madre no es una maldita como la mayoría de las suegras- dijo Connor entre risas -En fin, qué es lo que me escondes Meg?- mierda, pensé que Connor se habría olvidado de nuestra conversación matutina.
-Nada Connor - sabía que no tenía sentido ocultárselo, pero valía la pena intentarlo.
-Megan Carter o hablas ahora, o iré y le preguntaré a Chris que mierda es lo que está pasando!-
-NO!- le dije con desesperación -Yo... Bueno yo-
-Sí dices yo una vez más, te golpearé- Connor estaba llegando a su límite de paciencia, solté un suspiro y comencé a hablar.
-Creo que me estoy enamorando de él y eso me está volviendo loca- la cara de Connor no tenía comparación, una sonrisa que el mismísimo gato de Alicia envidiaría, se dibujó en su rostro.
-Lo sabía! Tú y él son la pareja perfecta, ya me imaginó a los demoños rubios que serán sus hijos y....- lo interrumpí de inmediato.
-Connor, yo no voy a estar con él- su cara cambio de repente.
-Pero me acabas de decir que lo amas, porque no estarías con él?-
-Porque no quiero sufrir y no quiero que él sufra. Tarde o temprano ocurrirá, uno de los dos lo arruinará y no quiero perderlo- dije triste-
-Pero...- lo interrumpí de nuevo.
-Pero nada Connor, tú preguntaste y yo te respondí, él no debe enterarse y ya tengo mi decisión tomada- dije cortando la conversación y encaminándome para mi habitación, pero él me detuvo y mirándome a los ojos dijo:
-Tienes razón, no puedo decirte que hacer, pero si puedo decirte que si por un momento dejarás de ser tan cobarde y afrontarás que alguien, por una vez en tu vida, te quiere por algo más que una noche, te darías cuenta de lo que te pierdes- hizo una pausa para que asimilará lo que me había dicho -Sabes Meg, el amor tiene su parte buena también- y dicho esto me dejó seguir mi camino.
Cuando abrí la puerta vi a Chris durmiendo y algo se removió en mi interior, parecía un niño. Me acerqué y lo tapé con la sabana, para luego ir a bañarme ya que tenía que sacarme la fibra del brazo. Esa noche no pude dormir, pensando en lo que Connor me había dicho, quizás él tuviera razón.
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La boda de mi mejor amigo
RomancePodríamos resumir la vida de Meg en una sola palabra "fracaso". Luego de recibir la llamada de su mejor amigo anunciándole su casamiento ella emprende un viaje hacia Florida para ayudarlo con los preparativos. Lo que ella no sabía es que estas vac...