Llevaba un rato sin saber como hacer para prender el maldito horno electrico, que Connor no podía tener un horno normal?
Estaba apuntó de rendirme y pedirle ayuda a Chris cuando, se me ocurrió algo. Sin que nadie me viera, metí los fideos y la salsa dentro de la cafetera y la prendi para que se cocinaran. Cuando estuvieron listos, los serví y llamé a los demás para que vinieran a comer.
-Y tú dices que no sabes cocinar?-dijo Scott con la boca llena -Esto esta excelente-
-Tiene razón, de ahora en más tú cocinarás la pasta- dijo Connor.
-Si... No esta tan mal- miré a Chris, que tenía toda la boca manchada, y ya se lo abia terminado.
-Se nota- le dije riendo -Tú cara también lo disfruto.
-Porque no has visto la tuya- dijo él limpiándose, y yo hice lo mismo.
Cuando terminamos de comer, les conté a los tortolitos sobre el juego de los retos y estos, aceptaron sin pensarlo, Connor me dedicó una mirada de aprobación cuando le leí el último reto.
-Bueno, iré a limpiar el desastre, que seguro hisiste en la cocina- dijo Connor, levantándose y llevando consigo los platos vacíos.
-Se puede saber porque elegiste la carrera de cerdos?- dijo Scott con una sonrisa -Tengo cara de vaquero?-
-No, pero, Connor me a dicho que el traje te queda excelente- le dije con mi típica sonrisa, haciendo que este se sonrojara y que Chris, se atragantase con su bebida.
-Hermano creí que el que se disfrazaba era Connor-
-Ese día era su cumpleaños, y yo....-No llegó a terminar de hablar porque, un grito, se escuchó desde la cocina y mi amigo apareció hecho una furia, con la cafetera manchada en la mano.
-Megan Carter! Usaste la cafetera para preparar los fideos?!- Scott y Chris miraron a Connor, luego entre ellos y por último a mi.
-Emm..... Yo... Me están llamando, tengo que atender- mi amigo dejó la cafetera en la mesa y comenzó una persecución por toda la casa, mientras los hermanos reían.
Me volteé y enfrenté mi destino, como toda una guerrera pero, pise uno de los almohadones que Connor me había lanzado y resbalé callendo sobre Chris. Nuestras caras quedaron demasiado cerca, tanto que nuestras narices se rosaron.
-Lo que tiene que pasar, para que caigas en mis brazos- dijo con esa sonrisa que me sacaba desquicio pero, a la vez, me encantaba.
Iba a responder porque, claro, era Megan y jamás me quedaba callada pero, la silla hizo un ruido y se rompió, haciendo que ambos cayéramos al piso y comenzáramos a reír.
-Genial, primero la cafetera y ahora, la silla- dijo mi amigo, ayudándome a levantarme.
-No es mi culpa que me hayas hecho comer tantas tortas, creó que engordé unos 30 kilos, en dos horas- dije aún riendo.
-Tú no te negaste nunca- dijo él.
No sabía que responder, después de todo, él tenía razón.
-Santo dios, Chris, trae la cámara- Scott parecía sorprendido y burlón -Mi futuro esposo acaba de dejar sin palabras a la bocona de su amiga- todos reímos y sí, digo todos porque, yo también rei ante su broma.
-Juró que te pagaré la silla- le dije.
-Claro que no, ya es hora de cambiarlas- dijo Connor mientras, abrazaba a Scott y lo miraba con suplica.
-Vas a fundirme, lo sabes no?- dijo riendo.
Nos fuimos a dormir, no sin antes dejar en claro que mañana haríamos dos de los retos ya que, los chicos solo tenían que ir a hacer sus trajes a medida y nosotros, a la floreria, por lo tanto tendríamos tiempo de sobra.
Esta noche me costo más dormir, ya que mi cabeza no paraba de darle vueltas a lo que había pasado con Chris, últimamente me sonrojaba cada vez que él decía algo y su sonrisa, nunca me había puesto a pensar en ella hasta hacia unos días, cuando llege aquí. Sin mencionar que casi me tienen que internar por un paro cardíaco cuando caí sobre él. No tenía ni idea de lo que me estaba pasando y, a decir verdad, no sabía si quería averiguarlo.
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La boda de mi mejor amigo
RomancePodríamos resumir la vida de Meg en una sola palabra "fracaso". Luego de recibir la llamada de su mejor amigo anunciándole su casamiento ella emprende un viaje hacia Florida para ayudarlo con los preparativos. Lo que ella no sabía es que estas vac...