capítulo 4: guerra de comida

6.7K 329 15
                                    


Narra Connor

Estaba feliz, la noche estuvo excelente y con scott no dormimos en toda la noche, si las paredes hablasen.

Cuando baje la escalera, me encontré a mi Scotty, haciendo un intento de desayuno.

-Hola bebe- dije dándole un corto beso -Tú vas a limpiar todo este desastre luego?- dije mientras señalaba el enchastre de la cocina.

-Sí, claro- no se porque, no le creí ni una palabra pero, no podia enojarme con él y su media sonrisa.

Me sirvió el café, con tocino y huevos formando una sonrisa, era por esos detalles insignificantes que lo amaba tanto. El iba a decir algo pero, unos pasos lo detuvieron.

-Buenos días tortolitos- dijo Chris con el cabello revuelto y cara de dormido -Genial, hicieron una guerra de comida y no me invitaron- dijo mientras, se cruzaba de brazos, no pude evitar reír ante su comentario.

-Como si tu lo hicieras mejor Barbie- Scott señaló con la espátula a Chris y, este levantó sus manos en señal de rendición.

-Claro que lo haría mejor pero, tú nunca vas a admitirlo-

-Cocinas?- pregunté curioso.

-Porsupuesto que sí- su sonrisa de suficiencia hubiera sacado de quicio a Meg.

Y hablando de Meg, esta apareció como un espectro silencioso, tenía todo el cabello castaño con mechones rojizos revuelto, una remera de manga corta negra con el logo de supernatural, que dejaba ver su brazo izquierdo completamente tatuado, un short también negro con estrellas blancas, que dejaba expuesta sus piernas y un sexy tatuaje de una liga con un arma, pero, lo que más gracia daba eran sus pantuflas rojas con plumas.

Todos nos quedamos en silencio, ya sabíamos que no era bueno hablarle antes de que tomara su café, yo había aprendido eso cuando cometí el error de abrazarla, tuve que ir con el ojo morado durante dos semanas a la escuela.

Ella se sentó a mi lado y Scott, con mano temblorosa, puso una taza frente a ella. Meg se la tomó de un trago, nunca entendí como hacia para tomar tan rápido. Todos contuvimos la respiración cuando bajo la taza.

-Hicieron una guerra de comida sin mi?- solté el aire que tenía en los pulmones y me rei ante el comentario de mi amiga.

-En serio? Qué todo el mundo me odia?- Scott se fue a la habitación mientras, gritaba algo que sonaba como un "jamás vuelvo a cocinar".

-Dije algo malo?- Meg estaba confundida.

-No, es que mi bebé esta sensible- dije dedicándole una sonrisa, me miró aún confusa pero, asintió sin hacer más preguntas.

-Qué haremos hoy?- amaba el espíritu entusiasta de Chris

-Recién son las 10 de la mañana- dijo Meg mientras, masticaba una tostada quemada -Como puedes tener tanta energía?-

-Si no la gasto de noche, en la mañana me despierto así- dijo él con una sonrisa picara, haciendo que Meg se atragantase.

-Hoy iremos con Scott a ver la reserva para el salón y el registro civil- dije emocionado, no podía creer que iba a casarme.

-Tienen el día libre hasta las 2, cuando pase a buscarlos los quiero listos- señalé a Meg -Tú me ayudarás con el traje, las flores, los pasteles, etc- cuando dije esto último, la sonrisa de mi amiga se torno como la de un payaso psicótico, señale a Chris_Y tú acompañaras a tu hermano a ver los autos, invitados y la luna de miel-.

-Porsupuesto mi general- Meg se paro junto a Chris y, ambos hicieron un gesto de saludo militar que respondí alegre, para luego verlos correr escaleras arriba a cambiarse.

No entendía como estos dos no se habían dado cuenta de que eran el uno para el otro. Si meg sacara su corazón del congelador, y Chris intentará sentar cabeza, se darían cuenta de que van perfectos juntos.

-En que piensas lindo?- dijo Scott, parado junto, a mi con las llaves del auto en la mano.

-En nada- le besé, y juntos salimos de la casa pero, antes de cerrar la puerta, vi a los chicos bajar y grité -Diviértanse en todos lados, menos en el sillón-.

-Pero, ese es mi lugar favorito- dijo Chris haciendo puchero mientras, Meg se ponía colorada y largaba una risotada, de las que podían aturdir a todo el mundo.

Me fui con Scott, este iba a ser un largo día.

La boda de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora