Capitulo 24.

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Este cap es un regalo para todas las lectoras.

Me hubiera gustado llegar a +50 pero no importa estoy muy feliz por su apoyo espero que hayan disfrutado del maratón.LOS AMOOOOOO.

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No estaba preparada para eso ni mucho menos para responder. Me quedé en silencio mientras miraba los árboles que pasábamos. Sentí la mirada de los tres chicos en mí, quería salir del auto y correr por las oscuras calles.

-Martina... -dijo esa voz tan maldita mente ronca.

-Mamá, responde -susurró Diego. Iba a tomarlo del cabello y lo tiraría por la ventana.

-Bueno puedo esperar hasta que lleguemos -susurró Jorge.¿Cómo se atrevía si quiera a preguntar eso frente a los gemelos? ¡Qué vergüenza!

Agradecí que inconscientemente tenga unos minutos demás para pensar.

Los gemelos se sentaron y amarraron sus cinturones (petición de Jorge) miré a Jorge y su perfil estaba preocupado, podía notarlo. Puse mi mano en su pierna para que se relajara.

Los gemelos se habían dormido y los animales estaban en una caja, separados ¿Cómo no me fije en las cajas?

Bajé del auto y entré a la casa escuchando un bufido por parte de Jorge, yo no bajaría a los gemelos.

Entré a mi habitación y me cambie rápido, fue una mierda de noche. ¿Qué castigo le iba a dar a los gemelos de todos modos?

-¡No mientan! -se escuchó un gritó por parte de Jorge.

-No te estamos mintiendo -no estaba segura de cual de los gemelos había sido ¿No estaban durmiendo?

-¡Joder! -unos pasos se escucharon hasta mi habitación y miré la puerta, Jorge estaba de pie allí, me miró, dio media vuelta y se fue. Segundos después la puerta de salida sonó.

-Jesús -susurré. Camine hasta la habitación de León, estaban los dos allí.

-Mamá -murmuró Diego.

-Sin juegos, no fútbol y no salidas con Jorge.

-¿¡Qué!? ¡Oh mi dios! Mamá no lo hagas -León se levantó de la cama y corrió hasta mí. Me estaba arrepintiendo hasta que vi a esa serpiente en la jaula.

-Nada. Fue desconsiderado por parte de ustedes llevar a esos bichos a la cena, asuman las consecuencias.

-Pero esos son tres castigos -bufó Diego.

-Saquen uno del castigo -estaba siendo buena persona. Ambos se miraron y hablaron a la misma vez.

-Salir con Jorge. 

-Los juegos -extendí mi mano en espera de que pusieran allí los juegos- Pueden pasármelos todos, yo los guardaré -Diego hizo pucheros y León se levantó derrotado hasta el cajón- Los de Diego- Diego se paró molesto y a los segundos estaba con otros juegos en mi mano.

(...)

-No puedes pasar -Megan tomó mi brazo antes de que pudiera abrir la puerta del despacho de Jorge.

-¿Por qué? -Jorge no me había dicho sobre ninguna reunión.

-No lo sé, sólo tengo esa orden.

-Megan soy su novia -bueno, casi- ¿Puedes dejarme pasar? -después de una guerra de miradas, Megan abrió la puerta y entré. Jorge tenía un montón de papeles sobre el escritorio.

-¿Qué haces acá? -preguntó sin mirarme.

-¿Estas muy ocupado? Quería que fuéramos a almorzar juntos, es mi hora -sonreí, aún estaba en la puerta.

Papá por Accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora