Capitulo 3

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Acostar a León no era tan terrible como hacerlo con Diego. Partiendo por su maldita manía de dormir sin ropa.

-Diego ¿Puedes hacerme caso una maldita vez en tus nueve años? -exclamé ya cansada.

-¡Odio dormir con ropa!

-Ponte unos bóxer -me paré de la cama en donde ambos estábamos sentados y busqué unos en su armario.

-No me los pondré.

-No dormirás con Santa si no te los colocas.

-¡No lo haré!

-Bien, mira a ese perro -me acerqué a él y giré su cabeza hasta Santa- Dormirá solo hoy y pasara frío, tu no quieres eso ¿Verdad?

-Es verano.

-¿Sabías que los perros tienen frío en verano?

-Es verano -rió.

-¿Qué sabes tú? nunca te ha ido bien en la escuela y casi te expulsan en el preescolar por besar a las niñas.

-No recuerdes mi pasado -murmuró acostándose en la cama, podí ver su gloriosa masculinidad. JAJA.

-Diego, cariño has esto por mi, sabes que te amo -susurré tocando sus piernas.

-¡Vamos mamá! Amas más a León y lo sabes.

-¡No es cierto! -exclamé levantándome de la cama- Diego no tienes que pensar eso -me acerqué a su cara y besé su frente.

-Sí, sólo porque yo no te cuento las cosas ¡Hasta prefieres su equipo de Fútbol! admite que Liverpool es una mierda -dijo.

-No digas groserías -fruncí el ceño.

-Tu lo haces todo el tiempo.

-Sí, pero yo soy tu madre.

-Mamá -se sentó en la cama, yo lo volví a hacer.

-¿Qué?

-Tu sabes que no lloraré, no soy como León pero ¿Dónde está papá? el otro día cuando estábamos en la escuela, James comenzó a hablar de su padre y de lo mucho que le gustaba jugar a las luchas con él. ¿Nos conoció o sólo se fue para no estar con nosotros? Digo... no somos tan malos y tu nos amas así ¿Por qué él no?

-Diego...

-Está bien no lo digas -cerró los ojos, tomó los bóxer de la cama y se paró para colocárselos.

-Cuando sean grandes entenderán todo.

-Ya soy grande.

-Nueve años, Diego.

-¿Y? Antes tenía ocho y tampoco lo dices ahora que tengo nueve

-Te ves muy bien con bóxer. Eres sexy.

-¡Soy hermoso, lo sé! ¡Enamoro hasta a mi mami! -gritó riendo- ¿Puedo dormir contigo?

-¿Qué? -Diego muy pocas veces me habìa pedido eso.

-Dormir contigo, ya sabes... como León.

-Te amo tanto a ti como a León, jamás pienses que lo amo más a él ¿De acuerdo?

-Sí, sí ahora vamos -tomó mi brazo guiándome hasta la puerta- Vamos Santa -dijo. Lo solté y salió corriendo a mi habitación, pude ver sus pequeños músculos de la espalda contraerse mientras lo hacía.

Pase por la habitación de León y una tristeza tremenda me recorrió, lo dejaría solo hoy. Pero está bien dormir con Diego.

-La leche mamá -pidió bajo las sábanas, se veía pequeño en mi cama.

Papá por Accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora