Capitulo 7

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Me paré preocupada de la silla y odiando más que a cualquier cosa a Daniela. Su mirada seguía en mí y practicamente corrí hacia el baño de mujeres. Santo Dios, estaba más guapo que nunca. Su cabello estaba ahora hacia atrás , sin duda se veía mejor ahora. Estaba más alto y algo más flaco, no lo recordaba bien del todo pero ¡Joder! se veía caliente con ese traje Armani. Mojé mis manos y desée tirar agua a mi cara, lamentablemente arruinaría completamente mi maquillaje. Salí del baño aún nerviosa, Jorge ya no estaría ahí. Caminé a la velocidad de la luz hasta la puerta y fui hacia el auto, me apoyé en la puerta cerrada de éste y puse las manos en mi cabeza.

La música se podía escuchar desde aquí y pensé en lo genial que la fiesta sería si no tuviera que estar preocupada por dos gemelos con falta de neuronas que seguramente están comiendo como locos en vez de ver a su padre.

-¡Martina! -escuché el grito de alguien que venía desde la puerta de entrada.

-Diego o León, ni puta idea pero oh Dios - Daniela respiraba con dificultad y mi corazón comenzó a acelerarse.

-¿Qué paso? -dije arrepinitiendome por lo de gemelos sin neuronas.

-Ellos oh mierda cualquiera de los dos ¡Ésto es difícil! bueno pondré a León -su cara brillando por la confusión- Jorge salió del salón luego que los dos se miraron -levanté una ceja- Los miré solo ese tiempo ¡Lo juro!

-¿Qué tienen que ver con León o Diego?

-Salió corriendo y subió las escaleras, ni idea porqué pero las subió y al bajar se encontró con León y luego comenzaron a gritar ambos. El asunto es que León estaba algo raro y cuando comenzó a gritar perdió el equilibrio y se calló de las escaleras.

-¿Cuántos escalones?

-La mayoría -gritó.

-No es un plan para que vea a Jorge ¿Verdad?

-Tu hijo está tirado en el piso con Jorge encima de él y un niño igual a su lado ¿Qué otra cosa necesitas?

No hizo falta que dijera nada más y comencé a correr, no sin antes quitarme los tacones para poder hacerlo más rápido. Fui a una escalera pero no había nada, la fiesta seguía igual y comenzaba a dudar. Caminé hacia la otra escalera que había lentamente.

-¡Mamá! ¡Mamá! -gritó León, la voz lo delataba y las piernas me flaquearon.

-¿Dónde está Diego? -pregunté. León movió su dedo en una dirección y quedé helada. Jorge estaba sobre el dándole pequeños golpes en su mejilla- Si esto fue su maldito plan están muertos por siempre -gruñí.

-Nunca haría un plan que ponga en riesgo a mi gemelo -bufó.

Sangre.

Corrí hacia Diego. Esto había sido una mala idea desde el principio, lo sabía y sin embargo expuse a mis hijos. Llegué a un lado de Diego y tomé su cabeza en mis manos, mirando sus ojos cerrados y algunos rasguños en la cara, miré la escalera y las ganas de ser yo la que me caía en vez de él me envolvían. Jorge me miraba incrédulo y notaba algo de preocupación en su rostro. Lo miré y pegué fuerte en su hombro para que saliera de encima, me hizo caso con los ojos abiertos y me puse yo en su posición. Esto era realmente demasiado para mí, aún los temblores por ver a Jorge no se detenían y tuve que reaccionar para darme cuenta que si estaba perdiendo una una gran cantidad de sangre nada estaba bien.

Lo levanté del suelo en donde estaba tirado y lo tomé con cuidado entre mis brazos, lágrimas salían de mis ojos. Las manos me temblaban y un miedo terrible de que Diego se cayera de mis brazos me recorrió. Unas manos a demás de las mías tomaron a Diego com fuerza. Toqué su cabezá y sangre salía de esta. Joder.

Papá por Accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora