Papá por Accidente.

Fin

  ¡Feliz Navidad mis amores! Les deseó lo mejor en este día

-N-no creo que eso sea bueno -susurré alejándome de él.

¡Acababa de disculparlo y ya pedía esto!

-¿Por qué? Por favor, Martina.

-Porque... creo que hay que esperar unos meses -Jorge hizo una mueca- Acabamos de pelear, si no te hubiera perdonado, cosa que aún no he hecho por completo, estaríamos separados. Así que no. Aún no.

-Pero, ¿Es un sí a largo plazo?

-Un laaaaaaaaaargo plazo, Jorge.

-¿Te puedo dar un anillo entonces?

-¡Por favor! ¿De dónde iba a sacar un anillo a esta hora?

-Claro -reí. Vi a Jorge correr hasta el armario y sacó una caja. Grande. Imposible que el anillo estuviera sólo allí. La abrió y sacó una más pequeña. Dios mío. Él tenía el anillo.

-Entonces... Nos vamos a casar, pronto -asentí sin poder creerlo. Joder, lo tenía en mi dedo. El anillo estaba en mi dedo.

¡Un anillo en mi dedo, que alguien me traiga oxígeno!

-¿Y el tuyo? -pregunté.

-¿Mi anillo? -susurró.

-Sí.

-Lo tendré cuando nos casemos.

- Jorge falta mucho para eso.

-No tanto pequeña. Te doy un mes para que estés escogiendo fecha y vestido.

-Me doy un año.

-¿Un año? -preguntó con los ojos abiertos.

-Un año. Quizá un poco más. ¡Tenemos que ir a recorrer muchos lugares aún! -exclamé emocionada.

-Aw, Martina.

-Como Los Ángeles -sonreí y Jorge frunció el ceño.

-Como España.

-Pero aún falta para que los gemelos no tengan colegio -hice pucheros. Dios, ya me imaginaba con León en argentina o con Diego en Japón.

-No tanto -sonrió- podemos ir por un día.

-¿Estás loco?

-No -rió- tengo sueño.

-Yo también.

-Oye... ¿Va en serio lo de la abstinencia?

-Muy en serio, Jorge.

-Puta madre.

***

-Tienes que ir a trabajar -susurré en el pecho de Jorge.

-No iré.

-Tienes que ir -mandé.

-Es sábado, no trabajo los fines de semana -se dio vuelta y me dio la espalda.

-¡Pero tienes que trabajar! -me subí en su espalda y comencé a golpearlo despacio.

-Noo.

-Por favor.

-¿Es mi idea o no quieres que esté en casa?

-No es tu idea.

-¡Mamá!

Miré a Diego que venía con León en su espalda.

-Hola -sonreí.

Seguía en la espalda de Jorge y quería que fuera a trabajar. Hoy tenía que ser un día madre e hijos. Alice no cuenta porque siempre duerme en todos lados así que Diego, León y yo íbamos a tener una larga conversación hoy. Ellos tienen que explicarme porque se quedaron con Jorge.