— ¿Charly quieres ir a la sala de juegos?
— Que parte de, tengo que esperar a que llegue Kendall para matarlo, no entiendes? — le pregunté a Connor algo irritada.
Es la cuarta vez que me pide lo mismo.
— ¡La parte en la que no vienes a jugar videojuegos conmigo!
— ¿Por que no le pides a los demás?
— Porque se están tratando de sacar esto del pelo — dijo señalando la pintura rosa de su cabello y reí.
— Ya les dije que sólo duraba 24 horas, ¿Para que quieren sacársela antes?
— Porque se cansaron de que les digas algodones de azúcar — explicó y yo solté una carcajada.
— ¿Y tu? ¿Por que no te estas bañando como los demás, algodón de azucar?
— Porque a éste algodón le queda genial el color rosa — dijo meneando su cabeza a lo diva.
Rodé los ojos y me dispuse a seguir esperando al imbécil.
— Bueno, ya que todos rechazan mis invitaciones y me ignoran, iré a dormir una siesta — anunció y luego se fue.
En ese momento sentí el ruido de la puerta, salté del sillón y me puse de pie frente a la misma.
— ¿Donde mierdas estabas imbécil? — le pregunté a Kendall molesta en cuanto piso dentro de la casa.
— Con una chica — dijo como si nada mientras aventaba su campera al sofá.
— ¿No podias habernos avisado que te ibas a follar? ¿¡Sabes lo que te esperamos con los demás en el instituto bajo el rayo del maldito sol!?
— Nadie les dijo que lo hicieran, bebé.
Lo miré mal.
Es un idiota.
Odio que me diga bebé, y él lo sabe.
— ¡No me digas bebé! — le grité el su cara. — ¡Y TENDRÍAS QUE HABERNOS MANDADO UN PUTO MENSAJE! ¡¿PARA QUE CORNETAS TIENES EL MALDITO MÓVIL SI NO LO USAS?!
— Estas algo agresiva, cálmate un poco... bebé — dijo con burla y de un segundo al otro mi rodilla golpeaba contra su entrepierna con fuerza.
El cayó al piso y comenzó a retorcerse de dolor.
¡Ahí tienes mal nacido!
— ¿Te gustó eso, bebé? — le pregunté burlona.
— ¡CHARLY! ¿CUANTAS VECES TE HE DICHO QUE NO GOLPEES A TUS HERMANOS? — me gritó papá ayudando a Kendalla pararse.
— ¡¿Y tu de donde diablos saliste?! — pregunté molesta. — ¡Déjalo en el piso, el empezó!
— ¡Según tu, siempre son tus hermanos los que empiezan las discusiones y peleas!
Kendall se sentó en el sillón como si estuviese inválido más o menos y en cuanto papá se distrajo me hizo burla.
— ¡SIEMPRE LOS DEFIENDES A ELLOS! — volví a gritar.— ¡VETE AL COCHINO DIABLO!
Mi padre me miró enojado y salí corriendo para evitar mi posible muerte, obviamente el salió tras de mi.
— ¡Ven aquí pequeño monstruo! — dijo mientras me perseguía como desquiciado por toda la casa.
— ¡Alcanzame panzón! — era obvio que no me alcanzaría, no porque estuviese gordo o algo así, es que el es una tortuga, como Ashton.
Subí las escaleras a toda velocidad y me encerré en mi cuarto.
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Somos 7 rubios
HumorUna casa. Siete hermanos. Siete rubios amantes de las bromas, las fiestas y el skate. Siete alocadas mentes que siempre están pensando en hacer algo "no muy bueno". Siete adolescentes con una gran capacidad para meterse en problemas. Ellos...