Durante todo el camino a la casa de Nina no pare de reír y Daxon sólo me insultaba.Nos bajamos los cuatro del coche y nos juntamos con el resto.
— ¡Ni se te ocurra! — me advirtió pero lo ignoré y le mostré la foto a los chicos.
Todos comenzaron a burlarse y a reírse de Daxon.
— Que buenas nalgas, Dax — bromeó Kendall y Daxon lo fulminó con la mirada.
— ¿Envidia?
— No, las mías están más firmes — aseguró Kendall y rodé los ojos.
Caminamos hasta la puerta de la casa de los chicos y Ryan tocó timbre.
Después de unos minutos una Nina en pijama y totalmente despeinada apareció frente a nosotros.
Al vernos a todos abrió sus ojos como platos y nos cerró la puerta en la cara.
— ¿Qué pedo con esta? — pregunté confundida.
— Seguramente no quiere que la vean así — opinó Ryan y lo observé.
¿Por qué era más listo que nosotros?
— Pues creo que es tarde... Parecía un ogro — dijo Kendall.
— No estaba tan mal. Hay otras que parecen cualquier cosa y no precisamente porque recién se levantan... — Daxon me miró de reojo y estiré la trompa.
Esa era una indirecta para mi.
La dejé pasar sólo porque es verdad.
— Me estoy haciendo pis — se quejó Ryan después de un rato.
— Aguántate hasta que nos habrá — le dijo Kyle.
— Sabes que no puede. Tiene la vejiga del tamaño de un maní. Ve a unos arbustos, ellos creerán que fue un perro — Ryan me miró mal.
— ¡No voy a orinar entre las plantas! — me dijo.
— ¿Por qué no? Sólo tienes que p...
— ¡Cállate! — me interrumpió. — Dije que no.
— Pero te harás encima.
— Puedo resistir un ratito más.
La puerta se volvió a abrir y en ella apareció Nina. La Nina arreglada y bien vestida que vemos siempre.
— ¡Ey, pasen! — dijo como si no nos hubiese cerrado la puerta en la cara minutos antes.
Ryan le agarró las manos: — Tiene que decirme donde esta tu baño — rogó y reí.
— Por allá, es la única puerta que hay — Ryan asintió y salió corriendo en la dirección que le indicó Nina.
— ¡Gracias! — le gritó en el camino.
Nos miró.
— ¿Te preguntarás que hacemos aquí? — dije y ella asintió. — Vinimos a visitarlos...
— Ajá. Y ¿Por qué?
— No hacemos todo por conveniencia, Nina.
— Charly te creería si hubiesen venido; tu, Kendall, Connor y los mellizos. Pero trajiste a casi toda tu familia... Sólo faltó tu padre y el perro.
— Ahora todos son listos ¿no? — resoplé. — Pues sí, vinimos porque necesitábamos una... guarida.
— ¿Qué?
— Verás... Le hicimos una broma a papá y nos iba a matar si nos quedábamos. Entonces pensamos en tu casa... Y en ti, claro.
— No preguntaré más — nos hizo señas para que nos sentáramos. —, algo me dice que con ustedes es mejor vivir en la ignorancia.

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Somos 7 rubios
HumorUna casa. Siete hermanos. Siete rubios amantes de las bromas, las fiestas y el skate. Siete alocadas mentes que siempre están pensando en hacer algo "no muy bueno". Siete adolescentes con una gran capacidad para meterse en problemas. Ellos...