Capítulo 5

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—¿No sabes leer?.—me miró con extrema sorpresa.

—Estoy aprendiendo.—me defendí.

—Wow.

El auto se detuvo en las instalaciones de ese cabaret, Jorge se bajó el auto y luego me abrió la puerta para que yo bajara también.

—No quiero entrar allí.—dije con miedo.

—¿Quieres que entre a ver yo solo?.—me preguntó el amable Jorge.

—No quiero estar sola.

—¿Qué quieres hacer? ¿Esperamos aquí? Si Diego viene a buscarte estaremos aquí afuera y si está allá adentro algún día tendrá que salir y nos vera. ¿Te parece? ¿Estás de acuerdo?

—Sí.—dije.
Jorge y yo nos recostamos en su auto, él cruzó sus manos sobre su pecho y apoyó uno de sus pies sobre una de las ruedas del auto mientras su otro pie reposaba en el suelo. Su pose se acercaba a la perfección.

—¿Tú de dónde eres?.—me preguntó Jorge interesado, el sol radiante se reflejaba en su piel perfecta. 

—Soy de Argentina, pero desde que mis padres murieron Diego me ha llevado a conocer todo el mundo.

—¿Qué edad tienes?.—volvió a interrogarme.

—Diecisiete.

—Y... Tu novio, ¿Diego qué edad tiene?.

—Veintiuno.

—Mmm, lo imaginé.—me dio la impresión de que Jorge estaba diciendo aquello para él mismo.
Yo estaba a su lado recostada del auto, estábamos muy cerca pero sin tocarnos, él no me miraba pero yo si ponía atención a cada movimiento que él hacía. Yo solía confiar ciegamente en muchas personas siempre, y aunque había algo en Jorge que me aterrorizaba eso no quitaba el hecho de que yo confiara en él, me había preguntado un montón de cosas sobre mí y yo le respondí sin dudar y ni siquiera me molesté en preguntar nada sobre su vida, y ni siquiera me interesaba saberlo, lo único que parecía saber sobre aquel chico es que se llamaba Jorge Blanco , que al parecer tenía fama de peligroso y que era increíblemente apuesto y con eso me bastaba.

—¿Por qué me ves tanto?.—dijo Jorge al darse cuenta de que yo no apartaba la mirada de él, apenada bajé mirada al suelo y me quedé mirando mis pies descalzos apoyados sobre el asfalto caliente.

Jorge me miró y colocó su cuerpo justo frente al mío, mi cabeza llegaba justo a la altura de su barbilla, el hundió su cara en mi cuello como si quisiera morderme pero en su lugar aspiró aire profundamente.

—Hueles muy bien.—dijo Jorge intentando no tocarme pero el aire de su respiración en mi cuello fue casi tan potente como si estuviera tocándome. Mi corazón palpitaba con rapidez, estaba sintiéndome realmente extraña, era como si mi cuerpo se debilitara y mis piernas se tambaleaban.

—Jorge, aléjate, es incómodo.—él volvió a aspirar mi aroma respirando profundamente.
Se apartó lentamente. De pronto escuché...........


Enamorada de un Demonio (a d a p t a d a)「 J o r t i n i 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora