Capítulo 13

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Era la primera vez que un hombre me pedía un beso, todos los hombres que me habían besado lo hacían a la fuerza y sin preguntar, Jorge me hacía dudar de mi misma, me hacia titubear y no me dejaba pensar de manera lógica, me importaba un bledo lo peligroso que decía ser y cualquier otra cosa, para mí había sido mucho mejor que cualquier hombre que yo jamás habría conocido. Que me haya pedido un beso me llevó hasta las nubes.

—Puedes hacer lo que quieras.—le di el permiso que me estaba pidiendo incluso con créditos extra, le ofrecí más de lo que él estaba pidiendo. Lo vi esbozar su sonrisa con aquella picardía que lo caracteriza y el simple hecho de ver su sonrisa montada sobre sus labios me hacia tambalearme de gozo.

—No sientes como si... —empezó a decir Jorge con sus labios a tan solo milímetros de distancia de los míos—. Como si cuando nos tocamos hubiera algo como... no lo se... no sé cómo explicarlo... cuando te toco yo siento que no puedo detenerme, lo que siento es increíble, y siéndote sincero te empezaba a extrañar incluso cuando llevaba apenas dos minutos sin verte... Tú me haces algo que ninguna mujer ha logrado hacerme sentir.

Sentir sus labios tan cerca de los míos me dejaba hipnotizada, idiotizada y me hacía sentir cada milímetro de mi cuerpo revolotear, yo no se lo dije pero si estaba sintiendo exactamente lo que él describió con mucho parecido a lo que yo sentía, pero realmente las palabras se quedaban cortas para tratar de describir tales sensaciones. Jorge era el único chico que me haría sentir algo, había una inexplicable fuerza que me hacía sentirme atraída hacia él.

Podía sentir el fresco aliento que desprendía de sus labios cuando hablaba, no sé cómo logró mantenerse tan cerca de mis labios durante tantos interminables segundos sin besarme, porque yo estaba casi retorciéndome deseando que dejara de hablar y terminara de darme ese beso que me había pedido "¡Bésame de una vez!" pensaba yo casi sin fuerza de voluntad para contenerme de saborear sus labios. Mi cuerpo temblaba por el esfuerzo que estaba haciendo para no besarlo, yo quería que él me besara a mí, no pensaba volver a ser rechazada por él, así que aguardé con un inmenso esfuerzo.

Jorge pegó su cuerpo al mío, y cada contacto me daba una sensación placentera, tomó mi rostro entre sus suaves manos, mi cuerpo no paraba de temblar, el roce de sus manos acariciando mis mejillas hacia que me derritiera, era demasiado impresionante estar sintiendo tantas cosas al mismo tiempo y por primera vez, ahora sí que ya no podía mas con mi fuerza de voluntad, si Jorge no me besaba rápido yo saltaría a devorarme aquellos labios.

Tenía mi mirada fija en su pecho para no tener que mirar sus labios sabiendo que no iba a contenerme a besarlos, hasta que Jorge se animó a dar el siguiente paso y levantó mi rostro para mirarme a los ojos, fue acercándose con tanto desespero como el mío y al fin sus labios tocaron los míos.

El primer contacto lo hicimos ambos con los labios cerrados, y yo casi sufro un paro cardiaco al sentirme de forma tan inusual, me estaba derritiendo casi literalmente, mi cuerpo se debilitaba y empezaba a dejar de responder, su beso fue sobrenatural en absoluto. Me aferré a él como nunca lo hubiera hecho, una de mis manos haló su camisa a nivel de su pecho y la otra descansaba en su hombro, yo lo apretaba con fuerza temiendo caerme o desvanecerme por la debilidad que su beso le había causado mi cuerpo, mis piernas temblaban, el tocar sus labios con los míos fue incluso aún mejor que cualquier otro contacto, nunca nadie me había dado un beso siquiera la mitad de bueno, jamás podría compararse tal perfección. 

Jorge empezó a morder mis labios y luego se adentró hasta mi boca acariciándome con su lengua. Me aferré con más fuerza a su camisa cerrando mis puños aún más y clavando mis dedos en su fuerte hombro. Perdí los sentidos, mi corazón estaba enloquecido como jamás podría haberlo estado y latía tan rápido y fuerte que incluso podría decir que cualquiera podría escuchar esos latidos a metros de distancia, mi respiración estaba agitada y el movimiento de mi pecho al expandirse y contraerse delataba mi desesperación y mi falta de aliento.

Enamorada de un Demonio (a d a p t a d a)「 J o r t i n i 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora