Capítulo 51

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  Detrás de él vi una negra figura aparecer que luego tomó forma y noté con más claridad que se trataba de Facundo Gambandé. Venía a llevárselo? Quedé petrificada, se me pusieron los pelos de punta, pero entonces rápida y discretamente se avecinó a la espalda de Jorge, se puso a su altura y por detrás detuvo sus manos evitando que Jorge se hiciera daño. Solo entonces Jorge se percató de que allí estaba Facundo.

–no perdí mi tiempo en esta maldición para que acabes con ella tan rápido. –espetó Facu arrancándole de las manos a Jorge la daga.

Al diablo con la maldición. Pensé. Agradecí al cielo que Facundo hubiera aparecido en el momento preciso, la sensación de alivio me llenó.

–Facundo si fueras un mortal ya te hubiera asesinado. –anunció Jorge recuperando su compostura para que Facu no viera su vulnerabilidad.

–¡Tinitaa! –sonó la voz Hashton gritando mi nombre.

Cuando encontré de donde provenía su voz me di cuenta de él estaba de pie bajo el umbral de la puerta, su cabello largo escurría agua al igual que su ropa mojada de aparente agua de lluvia.

Sus ojos se posaron en Jorge, por primera vez había real odio en la mirada de Hashton. Nunca antes pensé que Hashton miraría de esa forma a su propio hermano.

–pensé que te perdía mi princesa. Sentí que morías. –Hahston se dirigió hasta mí y me rodeó con los sus brazos al decir esto–. Jorge no quiero que jamás vuelvas a ponerle una mano encima, quiero que ya te alejes de ella. Es que no ves el daño que le haces?

Jorge negó con la cabeza con aires de decepción.

–ella es mía, no puedes luchar contra la maldición. Si no pregúntaselo a Facundo.

–pero yo salvé su vida. –inquirió Hashton.

–y eso solo te hace ser su angelito de la guarda. –atestiguó Facu con tono sincero–. Que tierno no?

Hashton acariciaba mi cabello con sus dedos entrelazados entre las hebras como largas enredaderas. Sus labios tocaban mi cabellera espesa. Después él sostuvo mi rostro con sus dos manos pasando su dedo pulgar por encima de mi labio inferior.

–¿por qué sangras? –dijo Hashton mostrándome sus dedos manchados con sangre proveniente de mi nariz. Su rostro estaba lleno de preocupación.

–ya le ha sucedido antes. –siseó Jorge.

–¿que es lo que tienes? –Alegó Hashton con frustración en la voz–. Si estás enferma ya deberías haber sanado, te estoy tocando, te debes curar.

Facundo soltó una risita burlona que solo yo escuché. Se reía de mí? No lo supe nunca.

Incliné mi cabeza hacia atrás, había escuchado que eso era bueno para detener el sangrado y lo puse en práctica.

–Facundo , ¿mis dones ya no funcionan? –continuó la voz alterada de Hashton.

–Sí, obvio que funcionan. –rezongó bastante amable "la muerte"–. No funcionan con ella –hizo una pausa–. Por ahora. –agregó.

–¿por qué?

Facundo esbozó una sonrisa mostrando sus esplendidos dientes blanquísimos.

–parece que te has metido en un gran lio señorita. –anunció refiriéndose a mí y los rulos de su cabello se despeinaron cuando agitó su cabeza.

Mientras, yo tenía a Hashton limpiando la sangre de mi cara con sus dedos, mi mirada se volvió en torno a Jorge , él estaba colocándose su chaqueta, cuando Hashton se fijó que no le prestaba atención a él puso sus boca sobre la mía sellando mis labios.

Golpes fue lo que vi al segundo siguiente, Jorge se había abalanzado encima de Hashton lanzando puñetazos a todo su cuerpo, todo sucedía demasiado rápido, de un momento a otro los hermanos se estaban peleando a muerte, matándose uno al otro utilizando como única arma sus manos.

–¿cómo pudiste hacerme esto? Tú, tú y ella. –gruñó Jorge entre dientes al mismo tiempo que su puño se clavaba en el abdomen de Hashton que se encontraba ahora de espaldas a la pared marrón oscura.

Cuando miré a Facundo vi en él algo diferente, no movía ni un pelo al ver que los dos hermanos se rompían la cara el uno al otro pero tenía la mirada puesta en ambos chicos, esa mirada era la más triste y nostálgica que yo jamás hubiera visto, no se veía tan malvado como yo juraba que era.

–¿le harás daño no lo entiendes?-Hashton rompió la cara de Jorge con un golpe, Jorge ya sangraba y llevaba un moretón alrededor de su ojo izquierdo, Hashton a penas se había despeinado.

En mi consternación causada por la dramática escena me di un chance para preguntarme si acaso Hashton era más fuerte que Jorge, luego volví a frustrarme, las heridas que tenia Jorge me dolían como si las tuviera yo misma, casi podía sentir las contusiones en mi piel como si Hashton me estuviera golpeando a mí, la conexión entre Jorge y yo se comenzaba a ser tan profunda que podía sentir cada una de sus heridas en carne viva.

–¡¡No, no sigan por favor!! –aclamé a punto de sollozar.

Ellos fingieron no haber escuchado nada.

Me sorprendió lo increíblemente quieto que estaba Facundo , no movía ni un solo músculo y sus ojos seguían igual de desdichados.

Percibí los estruendos de los cuerpos de Hashton y Jorge impactando contra el suelo, paredes y destruyendo el lugar. De vez en cuando los hermanos se lanzaban maldiciones.

–¡ya no quiero que la sigas haciendo sufrir!. –al decir esto Hashton parecía realmente encolerizado, tomó el control y mandó a Jorge a volar, su cabeza golpeó contra los vidrios de una de las pequeñas ventanas, y quedó tendido en el suelo.

A través de mis venas sentí la sangre ardiendo, apreté la mandíbula y sentí como mis uñas rompían las palmas de mis manos debido a la fuerza con la que estaba cerrando mis puños, un amargo sabor se extendió a través de mis sentidos, quedé petrificada y demasiado conmocionada cuando vi que Jorge no se movía, no hablaba, no daba señales de vida y perdía cada vez más sangre que manchaba el suelo. Él estaba sumergido en un charco de su propia sangre y ni siquiera su pecho se movía para darme señales de que continuaba respirando, sus ojos estaban cerrados. Me llené de fuego dentro de mí, en ese momento odié a Hashton por haber lastimado a Jorge, lo odie demasiado.



Enamorada de un Demonio (a d a p t a d a)「 J o r t i n i 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora