Capítulo 18

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-Ruggero, esta tarde saldremos de viaje y vendrás con nosotros -comentó Diego aún con furia en los ojos.

Yo estaba en silencio observando la conversación.

-¿Para seguir enseñando a Tini? -preguntó Ruggero.

-En realidad necesito que vengas para que me eches una mano en algunos asuntos -explicó Diego -. Con respecto a Tini, yo preferiría que eliminemos eso de las clases.

-¡Diego, no! -exclamé-. Yo quiero continuar mis clases, te lo pido.

-Luego hablaremos sobre eso -me miró con furia extrema.

-¿Nos vamos de viaje? -pregunté para que Diego me diera una explicación.

-La cosa es que... -comenzó Diego-. Nos busca la policía -susurró para que nadie escuchara. Ruggero miraba a Diego con expresión ceñuda.

-Yo diría que te buscan a ti -dijo Ruggero con valentía-. Ni Tini ni yo hemos estado robando.

-Maldito niñito, deja de retarme, deja de decir tonterías, ¿qué no ves que estamos en un lugar público?—Supuse que si el lugar no hubiera estado repleto de gente Diego habría golpeado a Rugge por decir imprudencias.

Esa mañana Ruggero y yo fuimos a una librería en busca de libros para continuar con las lecciones de lectura, Diego nos vigilaba mirando desde afuera, estaba sentado en una acera atravesando con la mirada la vidriera de la tienda para no apartar su mirada de nosotros.

-¿Por qué sigues a Diego si sabes que puede involucrarte con sus negocios sucios -dije yo mientras examinaba con mi mirada la estantería repleta de libros y novelas-. Podrías ir preso.

-Por ti -contestó Ruggero-. Sé lo que te hace él, he visto como te trata y suele golpearte, ¿cierto? siento lástima por dejarte lidiando sola con ese salvaje.

-¿Por qué? -le pregunté-. A nadie le importa si alguien me hace daño, nunca a nadie le intereso.

-No entiendo como alguien podría ser tan inhumano como para dejarte seguir con Diego -ojeó un libro que encontró-. Sería muy insensible ver a una chica como tú sin intentar ayudarla. Es decir, tu vestuario era...

-No necesito caridad, Ruggero -comencé a sentirme ofendida, es que me sentí como si Ruggero me estuviera llamando "niña de la calle" al igual que todo el mundo.

-Lo siento, no quise decir...

-Está bien -lo interrumpí.

-¿Demonios entre las sombras? -preguntó Rugge al ver el título del libro que yo tenía en manos.

-Quisiera... Cambiar de tipo de lectura -me expliqué.

-Ten cuidado con lo que quieras leer... -me advirtió él-. Algunos libros como estos son reales instructivos sobre magia negra y enloquecen a las personas.

Dejé el libro sobre el estante nuevamente, y me concentré en otros libros.

-Ruggero... -dije en con voz de intriga-. ¿Has escuchado sobre un tal Jorge Blanco?

Rugge se quedó fijamente mirándome alzando una ceja y con una extraña expresión de sorpresa.

-¿Jorge Blanco? -me preguntó.

-Aja.

-¿Qué sabes sobre él? -me interrogó ahora él a mí.

-Yo nada -contesté-. Por eso estoy preguntándote, escuché su nombre un par de veces.

-Bueno... Se sabe que es un joven creo que de más edad que yo. Lo han visto golpear a bandas enteras de hombres él solo con sus propias manos, dejándolos a todos esparcidos por el suelo sin poder moverse, dicen que es realmente peligroso, que es un asesino que ronda por aquí por Roma, pero nunca nadie ha logrado comprobar que realmente ha matado personas, se le ve todo el tiempo en night-clubs y con toda clase de mujeres. Yo nunca lo he visto, realmente no lo conozco pero se habla tanto sobre él en estos días que me enteré de la historia.

Al cabo de haber hecho una mejor selección sobre gran variedad de novelas sobre demonios y presencias oscuras más algunas historias de amor salimos de la tienda luego de haber pagado los libros.

Mi obsesión por el tema de los demonios no cesaba. Ciegamente creí cada palabra que Jorge me había dicho, lo había visto casi convertido en un monstruo asesinar a esa mujer, y además yo todo el tiempo solía ver extrañas visiones de esos... fantasmas que nadie además de mí podía ver. Las cosas extrañas y aparentemente imposibles, increíbles y paranormales no me sorprendían.
Si Jorge había dicho que era un demonio yo no lo dudaría jamás, si alguien venía a decirme que existían todas esas cosas como... Elfos, hadas, duendes, hombres lobos y dragones yo lo creería. 

También estaba otra teoría aún más probable como por ejemplo que Jorge sea un asesino común y basto que me engañó para que yo me aterrorizara y pensara que era realmente un demonio. Quizá ver los ojos de Jorge cambiar de color había sido efecto de mi imaginación, tal vez la Jorge practicaba artes marciales y por eso saltaba de techos con tanta facilidad y bueno... Aún no le encontraba explicación al extraño asesinato de la mujer aquella pero lo más seguro es que sí existiera una razón científica para explicar los hechos.



Enamorada de un Demonio (a d a p t a d a)「 J o r t i n i 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora