Capítulo 54

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La mujer voluptuosa se acercó a Hashton y le rodeó el cuello con sus manos. Él se impresionó bastante pero no quería ser descortés y rechazarla violentamente así que decidió dar un paso atrás.

-¿que no piensas darme la noche que me prometiste? –preguntó la directora aproximándose más a él.
Sucio Jorge , pensó Tini al escuchar aquello.

–creo que me está confundiendo con mi hermano. –El chico dejó caer hacia atrás su capucha y mostró su cabello largo.
La señora Simmons estaba estupefacta.
–¿quien es usted?
–Hashton Guerña Blanco , para servirle.

Tini en ese momento emprendió a toser hasta ahogarse, Hashton ni siquiera alcanzó reaccionar ya que el siguiente segundo ella se desmayó debido a la falta de aire.
Ella despertó alterada en una habitación de hospital y nuevamente se sintió terriblemente decepcionada al ver que Jorge no estaba, sintió mucho resentimiento hacia él, pensó que a él no le importaba en absoluto como estuviera ella, pensó que a él nunca le importó su salud, que no la quería siquiera un poco pero aun así se molestó en preguntarle Hashton por ese chico.

–¿por qué Jorge no viene a verme? –preguntó con una vocecita aguda.
–él no está aquí, cuando se quemó la cabaña él partió.
-¿a donde partió? –la voz de ella manaba angustia.
–se fue del país. No sé a dónde exactamente.

Tini quiso impedirse llorar pero no tuvo éxito, las lágrimas le brotaron chorreando de sus ojos.

–¿por qué no me dijo que se iba? –balbuceó para ella misma tan bajo que a Hashton le fue arduo oírla.

Ella se sentía tan mal como nunca, ahora sabía que Jorge estaba lejos y que probablemente no volvería a verlo. Estaba muriendo por dentro y por fuera, había enfermado desde el momento en que Jorge había decidido alejarse de ella, y ahora ella se estaba literalmente muriendo porque no lo tenía a su lado, la maldición los unía en cuerpo y alma, nunca iban a dejar de amarse aunque mil vidas pasaran, el tiempo no era capaz de borrar ese amor, ningún otro hombre podría sustituir al suyo por mas que se pareciera. Sus lágrimas no cesaron y su corazón se encogió y se quebró como la porcelana. Sollozó y los fuertes brazos de Hashton la rodearon, él estaba incluso tan derrumbado como ella, la amaba y no toleraba verla llorar, no resistía tener que consolarla cuando ella lloraba por otro hombre, y no toleraba que su amor no fuera correspondido. Un médico no demasiado joven entró a la habitación y apreció la situación.

–no quiero desanimarlos más pero tengo los resultados de los exámenes y no son muy buenos. –dijo el doctor cerrando la puerta detrás de él a la vez que inspeccionaba unos papeles que tenía en las manos.
–¿que es lo que tiene doctor? –inquirió Hashton innegablemente aterrado.
–se está muriendo. –le respondió–. No es anemia, ella tiene leucemia y también neumonía.

Tini no entendía el significado de la palabra, a diferencia de Hashton que podía llorar por ella en cualquier momento pero se contuvo.

–¿es... Está se... Está seguro? –Tartamudeó Hashton con un nudo en la garganta–. Pero si... Ella estaba bien.
–la leucemia comenzó muy avanzada. –Aseguró el doctor–. No le quedan muchos días de vida.

Sobre la camilla Tini lloriqueaba pero aun por Jorge, la verdad no le importó demasiado tener que dejar la tierra, ella solo sentía lástima por tener que morir sin Jorge a su lado, y optaba mil veces por morir en una cama envuelta en los brazos de su amado que morir por una asquerosa y patética enfermedad. Quizá soy muy egoísta, yo debería de pedir que Jorge no me ame para que no sufra cuando me vaya pero sigo rogando por su amor. Pensó ella con lágrimas que le rodaban por la cara. La mirada de Hashton estaba puesta en ella, él trataba de no demostrar lo devastado y deshecho que estaba.

–pequeña, te amo, no me dejes, no te vayas, se muy fuerte favor. –le susurró el joven al oído con entonación ronca y quebrantada.

El Doctor se aclaró la garganta ruidosamente.

–lo siento mucho. –Dijo el hombre mirando al suelo–. Tengo que retirarme.

Al abrir la puerta se encontró con que Ruggero y el padre Gregorio estaban del otro lado con el puño enaltecido a punto de golpear la puerta de hierro para llamar a esta.
Los dos entraron al cuarto.

–Hashton creemos saber porque no puedes curarla. –explicó Ruggero.
–¿ves esto? –Señaló el padre mostrándole un trozo de papel–. Es parte de la profecía, la ha encontrado un amigo mío en un seminario de los Estados Unidos.
–¿que tiene que ver eso?
–¿pues Hashton tú le salvaste la vida a ella verdad? ¿Ella fue la primera mujer a la que salvaste la vida? –preguntó Ruggero.

Hashton asintió con cierta confusión.

–en esta hoja habla sobre ti. –habló el Padre Gregorio. - Tini está ligada a las dos profecías, a la tuya y a la de Jorge.

El padre Gregorio leyó las palabras escritas en la hoja traduciéndolas al español para Hashton.

–Salvará a la mujer que ame de todos sus males en el momento en que se unan en alianza bendita.
–eso significa...
–un matrimonio. –terminó Ruggero la frase.
–no estoy muy seguro, pero creo que si ustedes dos se casan ella sanaría. –añadió el padre Gregorio.

Tini jadeó y chilló cuando sintió un fuerte dolor en su cabeza.
En pleno silencio Hashton estaba analizando cada palabra y estrechando la mano de Tini a la vez.

–mi amor. –escuchó Tini que Hashton le susurró–. ¿Estarías dispuesta a casarte conmigo para curarte?

Un extraño estremecimiento la asaltó, y no creyó del todo las palabras de ninguno de ellos, sintió que todos se ponían de acuerdo para hacerla casarse con el ángel hermoso y por otra parte tampoco deseaba que su vida se la llevara una enfermedad.

Al fin y al cabo de pensarlo unos minutos ella se decidió.

Asintió para afirmar la respuesta a la pregunta de Hashton, no tenía nada que perder.

Ella iba a morir.

Una tos asfixiante quebró la voz de Tini cuando intentó hablar, escupió sangre al toser y cada vez se sintió mucho más enfermiza, cuando sintió que ya no podía sostenerse más, que no tenia mas voluntad, que ya era su hora de marcharse, que sus esperanzas estaban perdidas y que no soportaría un minuto más despierta quiso hacer feliz a Hashton que tanto se preocupaba por ella.

–te quiero. –dijo ella con sinceridad y con una voz apenas audible–. Te quiero muchísimo Hashton que no se te olvide, eres un gran chico, gracias por no abandonarme nunca.

A él se llenó el alma al escuchar que la chica que él amaba le decía al menos te quiero, pero también sintió un terrible dolor y vacio cuando vio que ella no resistía, ella se estaba muriendo justo en ese momento y él lo sabía, sentía como se destrozaba su corazón cuando a ella se le iba la vida de a poco, la vio cerrar sus ojos y osciló al sentir la repentina presencia de Facundo a sus espaldas.

–¿dejarás morir al salvador Hashton? –musitó la imponente voz de Facu.
–¿qué hago? –Hashton no pudo eludir las lágrimas.

Luego, al ver que ella se empezaba a perder en un abismo le dio un beso corto y lleno de amor en sus labios sin color alguno.

Enamorada de un Demonio (a d a p t a d a)「 J o r t i n i 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora