Capítulo 21 | En el momento correcto

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¿Sabes un secreto?

El amor puede estar cerca o lejos de nosotros, pero al final aparece...

Mateo estuvo el día en que salí del hospital junto a mis amigas, algo de la tranquilidad había regresado a nosotras y a los que nos apreciaban.

Ese día Mateo de forma amable me invito a tomar un café, pero al recién salir de ese lugar solo quise ir con mi familia y mi GRUPO. Él lo comprendió y yo tomé la decisión de no cancelar la invitación, solo posponerla...Además necesitaba saber como fue todo con exactitud.

Eran las 4 de la tarde y me encontraba en un café de la ciudad, era una época un tanto friolenta así que decidí usar unos jeans oscuros, una blusa blanca con un suéter celeste encima y una bufanda violeta. Ya había hecho mi pedido, así que lo estaba esperando, al igual que a él.

El sitio que escogí era en una esquina así que podía observar todo y a todos. La puerta del café se abrió y él se hacia presente. Era guapo, alto y con su cabello castaño ondulado y un tanto alborotado.Llevaba una casaca de cuero marrón y pantalones oscuros. Se paró unos segundos buscándome con la mirada con una expresión seria en el rostro.

Me encontraba sonriendo ante tal escena y decidí alzar mi mano haciéndole señas. Él me reconoció pero seguía sin dar un paso, en lugar de eso una sonrisa estaba en su rostro.¡Puedo apostar que fue una de las sonrisas mas lindas que pude haber visto! No sabia que hacer así que solo o seguí observando, entonces él empezó a caminar en mi dirección.

- Hola Cristina, ¿te encuentras mejor? - No dejaba de sonreírme, sí, porque esa sonrisa tenia que ser para mi supongo...

- Hola Mateo. Si, gracias por preguntar. - Me sentía un poco intimidada pero no incómoda, su mirada me transmitía paz.

Me quedé prendida en su mirada, esos ojos café claro que me miraban. Luego de un rato reaccioné y poco a poco fui descubriendo lo que en realidad había pasado.

Mateo andaba en su moto lineal por la carretera y vio a lo lejos humo y luces de coches, él se aproximó y nos salvó, pero se le escapó Viviana. En ese momento ella era lo de menos para Mateo, solo quiso ayudarnos y lo hizo, fue un ángel que llegó en el momento correcto.

El tiempo que pasé con él fue realmente agradable, llena de risas y bromas, por un momento sentí tranquilidad. No había preocupaciones o dolores, no pensaba en la loca de Viviana, en el dolor que aún sentía por los golpes del choque y sobre todo deje de pensar en Santiago junto a otra persona que no fuera yo. Si, estaba feliz por él pero eso no quiere decir que no duela. Duele y mucho, cada vez que me cuenta sobre alguien, sobre las cosas que dice o hace, duele pero no puedo decirle nada solo me queda sonreír. Aveces las sonrisas no son todas verdaderas, pero saber que él esta bien me hace sentir bien a mi. Un tanto masoquista lo sé, pero antes que nada Santi era mi mejor amigo, era uno de esos 4 revoltosos que amaba y la amistad es lo que siempre perdurará. La alegría de tu mejor amigo puede acabar con todo.

- Ya es tarde, tengo que irme.

- No hay problema, gracias por esta tarde. - Sonreía mientras daba los últimos sorbos a su tercer café.

- No hay de que y ten cuidado con la cafeína - mientras lo decía me reía...eran los efectos de mucha cafeína supongo.

- Ja ja ja. La que se está riendo sola eres tú. Yo voy bien - Mateo alzó sus brazos como si hubiera ganado algo.

Mateo decidió acompañarme hasta casa ya que era de noche y la cafeína me estaba haciendo reír como loca y a él también aunque lo negaba. Entre risas y más charla llegamos hasta mi casa. Las luces estaban prendidas, eso significaba que mis padres ya habían llegado.

- Bueno Cristina aquí es cuando me retiro, pasé una tarde muy agradable. Espero se repita, si tú así lo quieres obviamente.- Estaba delante de mi con las manos en los bolsillos de su chaqueta, la noche hacia que sus ojos resplandecieran aún más.

- Claro que si, hasta luego.- Y empecé a caminar hasta la puerta de mi casa.

-¡Cristina!- Me giré y le di una mueca de confusión- Lo siento la emoción, no debí hablar tan fuerte.- Me encontraba riendo mientras movía de lado a lado mi cabeza. - No te dije lo linda que estas hoy.- Me sonrió una vez más y se dio la vuelta para emprender su camino. Me encontraba otra vez sonriendo y algo sonrojada. Me agradaba Mateo, era un chico genial.


El sonido de mi celular me despertó, era un mensaje de Santi.

¡Despiértate dormilona. Ya sé, ya sé...es domingo, pero quiero salir a pasear con mi mejor amiga!

¡Te mataré Santiago! Te lo juro...

Ja ja ja, en una hora paso por ti. ¡Levántate de una vez! No vas a querer que te eche agua otra vez, ¿cierto?

¿Otra vez? Claro, ya lo recuerdo...Santi había llegado a casa temprano y mi madre le invitó el desayuno mientras yo despertaba. Claro está que nunca llegué a bajar y mi madre se fue al trabajo luego de servirle el desayuno a él. Santiago estuvo esperando a que bajara y como no lo hice, se fue a buscarme. Tocó y tocó la puerta hasta que decidió entrar por su cuenta...no echar seguro a la puerta no fue buena idea por lo visto. Fue a la cocina y trajo un vaso con agua y me lo tiró encima para luego reírse a carcajadas.

Te odio

Me levanté obediente y me arreglé un poco, Santi llegó y unos fuimos a una plaza. La mañana pasaba normal y alegre como siempre cuando estaba junto a él. Sus sonrisas y su sola presencia causaban algo hermoso dentro de mi...pero luego de escucharlo mi mundo empezó a tambalear.

- ¡Que tonto eres! Como tú no lavas mi ropa - Santi había hecho caer apropósito parte de su helado sobre mi polera negra, lo miraba fingiendo enojo mientras él solo se reía a carcajadas.

- Admite que es gracioso - No dejaba de reise, así que aproveché y empecé a hacerle cosquillas.-¡Basta!¡Basta, por favor! Esta bien, lo siento.¡Basta Cristi!

-Ahora quién es la niñita -Empecé a reírme como loca, pero me detuve cuando de sorpresa los brazos de Santi estaban a mi alrededor. Me hubiera caído al suelo por la sorpresa pero como ya estábamos en el césped me evité ese momento vergonzoso.

- Hay algo que debo decirte bonita.- Me soltó y se acomodó a mi lado.- Es algo que no había planeado y realmente nunca pensé que sucedería, mi futuro ya estaba planeado pero ahora todo cambió.- sus risas de hace unos minutos desaparecieron y en su lugar una expresión triste se dibujaba en su rostro.

-¿Que sucede? - Había logrado que me preocupara y sintiera intriga por saber que era eso que cambió todo y de que futuro hablaba. Miraba al frente, mientras él miraba a sus manos que estaban apoyadas sobre sus rodillas.

Se quedó en silencio por unos segundos, seguramente pensando cuales eran las palabras correctas para decir lo que tenia que decir. Dio una gran suspiro. -Mírame - no lo miré, no sabia el por qué pero tenía miedo a lo que diría.-Mírame Cristi- Una de sus manos se dirigió a mi rostro logrando así que lo mirará. Volvió a bajarla y ahora sus ojos me transmitían tristeza. Mi mente se puso en blanco y solo esperé a que él hablará.

-En unas semanas sale mi vuelo a España.

¿Sabes un secreto? [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora