Capítulo 3 ~ Una fobia a las mujeres y mi joven prometido.
- Señorita, la esperan en el salón – me dice Henry a través de la puerta.
No sé cuánto tiempo ha pasado desde que me encontré con el chico en el balcón, lo único que he hecho ha sido curiosear a través del cuarto y el baño y he colocado la maleta en el vestidor.
No me he cambiado de ropa, a pesar de llevar las bragas que mi amiga me regaló pienso que el vestido que llevo es lo suficiente elegante y veraniego como para no lucir exagerada.
- Ya voy – le digo mientras abro la puerta y me lo encuentro de frente, automáticamente comienza a guiarme por otro de los pasillos interminables.
Me estoy poniendo cada vez más y más nerviosa cuando me doy cuenta de que Henry se para y abre una puerta, ya hemos llegado.
El salón es muchísimo más amplio que mi habitación, y está decorado con un exquisito gusto y derroche de dinero. Si la habitación ya era más grande que mi salón esto es el doble que toda mi casa.
El centro lo corona una típica mesa que cuando estas comiendo no puedes ver a los demás de lo lejos que están distribuidas las sillas. En definitiva, un salón de pijos.
Hay una mujer en una de las esquinas hablando con el chico que me ha visto las bragas; genial, sí que va a ser él, James.
Notan mi llegada y enmudecen de golpe.
No sé si moverme e ir hacia ellos o quedarme donde estoy, el ambiente es incómodo.
- Tú debes de ser Alexa, encantada – me dice la mujer mientras se separa del chico y se acerca a mí con la mano en alto para estrechar la mía, se la doy. – Soy Susan Carter, creo que ya has conocido a mi marido.
Es una mujer muy hermosa; alta de constitución esbelta, con ojos grises y pelo negro; ya sabemos de quien ha sacado esos ojos él.
Lleva una falda de tubo y una blusa que le hace parecer elegante a la vez que sofisticada, a simple vista no se ve una mala persona. Nada que ver con el prototipo de la mujer fría y sofisticada que a la mínima te mira mal.
- Igualmente – le contesto mientras asiento a la segunda pregunta que me ha hecho; creo que he sido demasiado obvia con la repasada que le he dado porque cuando levanto la mirada ella me está observando con una sonrisa tierna en la comisura de los labios.
- Ven, te presento a mi hijo – me dice haciendo señas al chico del balcón. – Este es James – me dice con una risita.
- Hola, soy Alexa – le digo en un intento de simpatizar mientras alargo el brazo para estrechar manos.
Mirándolo de cerca no parece que sea muy mayor, puede que a lo sumo tenga mi edad. Es delgado y de mi altura. Tiene una cara mezcla de niño y de adulto, no sabría definirlo bien pero me atraía más de lo que imaginé.
Me mira y no se mueve. Me da un asentimiento de cabeza pero sigue sin moverse; debo de verme muy ridícula con el brazo en alto a la espera de que estreche la mano por lo que decido bajarlo.
- James – le llama la atención su madre. Él pone los ojos en blanco y por fin se presenta.
- Soy James – me dice mientras me retira la mirada; que chico tan raro.
- Bueno, hechas las presentaciones por que no os dejo un rato a solas para que os vayas conociendo? – ni siquiera nos deja contestar que ya está saliendo por la puerta y cerrándola.
- Que edad tienes? – pregunto, no me puedo aguantar la curiosidad, parece mucho más joven de lo que me imaginé.
-Siempre llevas bragas de Pocoyo? – me pregunta él a su vez mientras se dirige hacia el rincón dónde se encontraba antes con su madre. – Y qué edad tienes tú?
- 17 y fue un regalo de...
- No me interesa – dice mientras mira por la ventana, ajeno a todo lo que pueda pasar. – Y tengo 16.
- 16, vaya, eres más joven que yo – intento dar conversación ya que el parece que no lo hará. No parece que le imponga mucho el hecho de que yo sea más mayor que él.
- Es evidente – me contesta otra vez sin mirarme. Coge un libro que había en el alfeizar y se pone a ojearlo.
Me empiezo a sentir incómoda y me retuerzo las manos al frente de mi vestido sin saber que hacer a continuación.
- Que estás leyendo? – pregunto cada vez más cabreada e incómoda de que no me haga caso. Estaba intentando conocerlo mejor y ver si estaba en contra del compromiso y era un aliado o no. Pero me estaba resultando difícil por qué no me estaba haciendo ni caso, ni siquiera se esforzaba mucho por contestarme.
Bufa pero no me contesta. Sigue a lo suyo.
Cansada de que no me haga ni caso me dirijo hacia donde esta él para llamarle la atención.
Me coloco delante de él para que reconozca mi presencia pero ni aun así me hace caso.
- Oye! – le grito mientras le arrebato el libro de las manos, con la mala suerte de que lo tenía tan agarrado que no lo suelta y elevo su mano también al tirar.
- Q..qué?! – me cuestiona mientras me mira y automáticamente me rehúye la mirada. No sabe dónde fijarla y la acaba fijando en el suelo. – Estas muy cerca- me susurra mientras suelta el libro y se levanta deprisa yéndose hacia atrás.
- Cómo? Te estoy hablando sabes, al menos podrías contestarme – le digo cabreada mientras le sigo. Se está alejando, por cada paso que doy el da dos hacia atrás.
- Me voy – me suelta de golpe mientras se da la vuelta para irse por la puerta.
- Espera – le digo aún gritando mientras corro a por él y lo sujeto del brazo dándole la vuelta.
Se gira y por primera vez se me queda mirando, cara a cara. El brazo que estoy sujetando tiembla.
No me lo puedo creer, está completamente rojo, colorado, ruborizado. Sus mejillas, orejas y cuello han adoptado un inesperado y repentino color rojo. Esta... adorable.
- No soy adorable! No te rías de mí – me dice alterado, creo que lo he dicho en voz alta en vez de pensarlo.
Vaya ... esto no me lo esperaba para nada.
Puede que luego considerara lo que había descubierto pero en ese momento me quedé tan sorprendida que no supe que hacer, de manera que cuando intentó liberar mi agarre de su brazo simplemente lo dejé.
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¿Y por qué no?
Dla nastolatkówUn niño rico, una chica pobre y un compromiso de por medio. Típica historia? Ni de coña Alexa es una chica alegre y positiva de 17 años que a temprana edad perdió a su madre y desde entonces vive sola con su padre. James no es el típico snob, con un...