Capítulo 24 ~ Pillada infraganti

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Aquí empieza el maratón!

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Capítulo 24 ~ Pillada infraganti

- Le apetecen más patatas señorita? – me pregunta esa noche Henry.

- No, gracias – le contesto con una sonrisa para volver a mirar mi plato, llevo casi cinco minutos moviendo la comida de un lado a otro solo porque no me atrevo a subir la mirada y encontrarme con los ojos de James al otro lado de la mesa.

Miedo?

Timidez, es mi primer novio.

*

Definitivamente no puedo dormir.

Ya puedo decirlo.

Soy novia de James.

Una novia pervertida que no puede dejar de pensar en su novio desnudo, tirado en el suelo del baño, con las mejillas sonrojadas y la respiración alterada.

Tiemblo del deseo que me provoca esa imagen y noto como mi propia respiración se acelera y tengo que cruzar las piernas del calor que empiezo a notar ahí abajo.

Solo puedo imaginar el tirarme encima de él como una bestia y arrancarle la ropa a mordiscos.

Basta! Me digo mientras me levanto y me voy desnudando camina a la ducha.

Una ducha de agua fría, si a los hombres les baja el pajarito a mí también me quitará el calentón que me ha pillado de repente.

O eso pensé, pero el agua fría contra mis pezones tiene otro efecto sobre mí.

Me apoyo en la pared y no puedo evitar tocarme los pechos y gemir del placer.

Hecho la cabeza hacia atrás mirando hacia el techo con los ojos cerrados e imaginando que estoy junto a él.

Pienso que son sus manos las que tocan mis pechos y que es él quien recorre mi cuerpo hasta mis caderas para introducir sus dedos en mi interior en una cadencia rítmica que provoca en mí jadeos incontrolables.

No me reprimo, es una de las fantasías más salvajes que he tenido; muevo las caderas para que la fricción con el clítoris sea aún mayor, provocando un jadeo entrecortado que hace que me tiemblen las rodillas y por poco caiga al suelo.

Me corro tan fuerte que me muerdo el labio y me hago una pequeña herida.

Cojo aire y lo libero para intentar volver a recuperar la respiración.

- Dios mío – susurro con una sonrisa mientras me aparto el pelo de la cara que se ha mojado y abro la puerta de la ducha cuando de repente me encuentro cara a cara con la persona de mis fantasías.

El chico en el que estaba pensando mientras me corrí brutalmente en la ducha hace apenas un segundo.

Está de pie, plantando en medio del cuarto de baño con alguna de mi ropa que desperdigue previamente por el suelo.

Está completamente inmóvil, con la boca abierta y con un rubor que le cubre las mejillas y parte del cuello.

No hace falta que diga que tiene toda la pinta de haberme pillado masturbándome en la ducha.

Levanto una ceja, interrogante y consciente por primera vez de mi desnudez me paso un brazo por el pecho y con el otro me tapo el pubis.

- James? – pregunto.

¿Y por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora