Azul: Oh... - fue lo único que salió de mis labios. En realidad no sabía sobre estos temas, y no me imaginaba que a Luke le gustara alguien. Luke suspirò. – Y... ¿Puedo preguntar quién es?
Él me miró incómodo y nervioso. Lo observé con curiosidad pero de un momento a otro empalideció.
Azul: H... Hey Luke... ¿Estas bien? Perdiste tu col... - No logrè terminar y ya había vomitado en la alfombra - ¡LUKE! – dije hechandome hacia atrás. - ¡ABUELA TRAEME UNA BOLSA! ¡GEORGE! ¡CLAUDIA!
Rápidamente todos entraron en la habitación.
Claudia: Joder Azul. ¿Qué le hiciste?
Connor: ¡MI LUKY! ¿¡QUE LE HICISTE ENGENDRO DEL DEMONIO!? – dijo dramatizando.
Azul: ¡NO LE HICE NADA POR LA MIERDA! – Luke vomitó otra vez. George tomó a Luke y lo ayudo a caminar.
Apenas entró al cuarto vomitó nuevamente.
Abuelita: Voy a preparar mi tecito mágico para el niño – dijo dando media vuelta.
Clau y yo intercambiamos miradas con miedo. El "tecito" de mi abuelita... no era un "Tecito". ¡Era una maldita agua mortal! Joder, es en serio. La última vez que lo probé estaba enferma y vomité hasta mis riñones.
Mi abuela se retiró y me acerqué a Luke por su espalda y le sobé delicadamente.
Azul: Nanai – sonreí intentado tranquilizarlo. – Lo mejor será que mañana no vayas a clases.
Así estuvo un buen rato hasta que llego mi abuelita Agustina. Detràs de ella venía el Pato.
George: A no, tú te quedas conmigo – tomó al animal en sus brazos – Connor. Vámonos.
Connor: ¿Qué? ¿Y yo por qué?
George: Ven pa' acá o te tiro al pato – lo amenazó poniéndole al frente al ave.
Connor: ¡Ya voy! ¡Con el pato no mierda! – salieron corriendo.
El resto de la tarde fue normal. Luke sin despegarse de la taza del baño gracias al "agüita mágica". Connor amenazando al Pato con lanzarlo al agua caliente. George ayudándome a cuidar que Luke no se nos fuera de este mundo... Todo muy normal.
Al día siguiente teníamos clases así que preferí que cada uno fuera a su cama. Mis abuelos se despidieron y se fueron junto con Alex y Connor.
Azul: Claudia, ve a dormir, mañana te necesito con energía – la amenacé con el dedo índice – George tu igual.
George: ¿Qué vas a hacer tú?
Azul: Pues... Me quedaré un rato. Probablemente Luke ni siquiera salga del baño. Por lo menos esta noche – Volvió a vomitar este último.
Ambos asintieron con la cabeza y se retiraron. Me posicioné a su lado y le volví a sobar la espalda.
Luke: Joder... - dijo cerrando los ojos con fuerza – Llevaba tiempo sin estar enfermo. - Lo miré con una media sonrisa.
Azul: ¿Por qué no duermes un rato?
Él negó con la cabeza y se apoyó en la muralla.
Luke: Prefiero quedarme aquí... - asentí y este dio un suspiro.
No recuerdo cuanto tiempo tuvo que haber pasado, Luke vomitó un par de veces más solo saliva hasta que calló rendido en el suelo. Fui a buscar una manta a mi habitación en donde ya se encontraba Claudia durmiendo y volví. Me senté en el suelo y levanté la cabeza de Luke poniéndola sobre mi muslo. Le acaricié la cabeza, jugando con los mechones de pelo que caían por su frente y simplemente me dediqué a mirarlo.
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¿Dónde está mi hermano?
Novela JuvenilAcompaña a Azul y Luke en su nueva vida como hermanos. ¿Qué pasaría si de la noche a la mañana a tu madre le entra un ataque de instinto maternal y quiere otro hijo para que no quedes sola? Pero vamos, ¿tenía que ser un par de meses mayor que la pro...