VII

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Cuando llegó Hannah, se encontró con Allison en el estacionamiento. Al principio creyó que era solo su imaginación, pero en cuanto su vista en la noche se ajustó, supo que era ella. Parecía nerviosa.

—Pensé que te habían dicho que te mantuvieras fuera de esto –dijo Hannah, sobresaltando a la chica, que se recuperó al instante.

—Sí, bueno. No soy muy buena haciendo lo que me piden. –dijo tajante. Hannah sonrió burlonamente, puede que no quisiera ser amiga de Allison pero la chica definitivamente tenía actitud lo que hacía que fuera difícil odiarla.

—Entonces nos parecemos. ¿Los demás saben que estás aquí?

—Isaac me vio... pero no creo que diga nada. Aunque deberías de ir con los otros. –Hannah asintió. Allison dio la media vuelta, dispuesta a irse.

—Allison –la llamó.

— ¿Si?

-Mañana. Te entrenaré. –Allison intentó protestar, pero declinó al ver la cara de Hannah. –No acepto un no. Te mandaré un mensaje para ver una hora.


Y dicho esto desapareció, perdiéndose en la penumbra y entrando a la escuela.

➳➳➳➳➳


Hannah bajó a las calderas de la escuela, donde habían quedado en encerrar a Boyd y a Cora. Estaba bajando las escaleras cuando vio a Scott y a Derek correr y cerrar la puerta, dejando enclaustrados a los lobos. Derek intentaba contener la puerta, pero al parecer los chicos eran más fuertes. Sin decir nada, Hannah se posicionó a su lado, intentando ejercer presión. Momentos después, los lobos detrás de la puerta dejaron de intentar.

— ¿En serio funcionó? –preguntó Scott incrédulo. Hannah tampoco podía creerlo.

—Funcionó. –dijo Derek sin aliento. Lentamente quitaron sus manos de la puerta y Hannah se recargó contra la pared. Estaba cansada. Sus primeros días en Beacon Hills y ya había recorrido el pueblo de un lado para otro, probablemente incluso había corrido más de lo que hubiera corrido huyendo en todo el año. Si iba a permanecer allí más tiempo probablemente debería considerar comprar un coche. Aunque debía admitir que el simple hecho de pensar en quedarse más de lo planeado en Beacon Hills la hacía temblar. Alzó la vista y vio a Scott dudoso y para su mala suerte conocía bien esa expresión, estaba escuchando algo.

— ¿Qué escuchas? –preguntó Derek al ver lo mismo que Hannah.

—Latidos –dijo Scott. Hannah prestó atención, intentando escuchar lo mismo que Scott.

— ¿De ambos?

-De hecho, de tres de ellos.

—Dios, díganme que no fueron tan idiotas y verificaron que la escuela estaba sola –gimió Hannah.

—No puede ser posible –dijo Derek. Hannah se acercó a la puerta.

— ¿Qué haces? –le preguntó Scott.

—Cierra la puerta y mantenla cerrada, Scotty. Voy a entrar.

—No –dijo Derek sujetándola del brazo –iré yo.

—Sí entras ahí tu solo los matarás a ellos, o ellos te matarán a ti. –dijo Scott.

—Por eso necesito ir solo. Scott, no dejes que Hannah entre. –respondió Derek antes de abrir la puerta y entrar, dejando a Scott que la cerrara. Hannah miró a Scott enarcando una ceja.

— ¿En serio no me dejarás entrar? –Él asintió -¿Sabes que si no entro lo matarán, cierto? Conozco a Derek y sé que él nunca, nunca mataría a su hermana. Debo de ir con él.

Running /Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora