XXII

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-¿Cómo es que nada de esto te ha afectado?

-¿Qué? -dijo Hannah, distraída. Estaba sentada en la recepción del hospital, junto a Stiles, esperando a que llegara la policía.

-Scott se ha ido. Cora está al borde de la muerte. Mi padre y la madre de Scott están desparecidos. Deucalion probablemente llame a tu ex loco asesino psicópata para que venga tras de ti...

-Vale, ya, lo entiendo.

-¿Y? -Hannah se quedó en silencio unos segundos -Hannah, todos nosotros tenemos los nervios de punta, temerosos, y estamos histéricos, y tú estás sentada en esta silla como si nada hubiera pasado.

-¿Quieres saber la verdad? Me estoy muriendo de miedo. No sé qué hacer. Pero si no soy yo quien mantiene la compostura, ¿quién lo hará? ¿Derek? El tipo se rodea de adolescentes, por el amor de Dios, aún tiene la mentalidad de uno. ¿Peter? Saldría huyendo si no fuera por Cora. ¿Scott? ¿Lydia? ¿Allison? ¿Tú? Stiles, ustedes son niños. Somos niños. Por supuesto que estoy aterrorizada, pero necesito mantenerme fuerte para hacerles pensar que sé lo que estoy haciendo cuando la mitad del tiempo no tengo ni puta idea de lo que hago.

-Lo lamento, no pretendía sonar como si...

-¿Cómo si fuera una insensible? Ya he escuchado eso de tu boca, Stiles, cuando hablabas de Scott. Sí tengo sentimientos, como todo el mundo. Pero no los demuestro, porque perder el control de tus emociones es lo peor que puede pasarle a alguien como yo. Me duele haberle fallado a Scott, me duele que tu padre y la madre de Scott estén quién sabe dónde, me duele tener que atacar a gente que consideraba mi familia...

-Es por lo que me has dicho antes, ¿no? Piensas que los sentimientos te hacen débil.

-No lo pienso, Stiles. Lo sé.

-¿Entonces, nunca habría la posibilidad, no sé, de que te guste alguien? -preguntó Stiles torpemente, intentando lucir casual pero fallando notablemente. Hannah iba a responder, pero fueron interrumpidos por alguien entrando. Un montón de personas del FBI empezaron a hacer lo suyo, pero Stiles pareció reconocer a alguien, pues se quedó estático al instante. Hannah volteó a ver a quien veía, pero inmediatamente le desagradó. Cualquier persona que a Stiles no le gustara, se convertía en enemigo de Hannah.

-Perfecto -musitó Stiles.

-Dime quien es y lo mato en este instante -le dijo Hannah en un susurro, Stiles volteó a verla y no pudo evitar sonreír ante la sinceridad de la chica. Lo peor era que no dudaba de eso, sabía que si lo decía, Hannah saltaría sobre el Agente McCall sin dudarlo.

-Un Stilinski en medio de este lío. Qué sorpresa -luego, dirigiéndose a Hannah, le dijo: -¿Y tú eres?

-Lo lamento, no hablo con extraños -dijo Hannah sonriéndole burlonamente.

-Ya veo por qué son amigos ustedes dos. Soy el Agente McCall, del FBI.

-No, ¿en serio? -preguntó Hannah, mofándose de él, pues era lógico que era del FBI, por Dios, si tenía hasta la chaqueta de ellos puesta.

-¿Creen que podrían responder unas preguntas sin su habitual nivel de sarcasmo?

-Si tú preguntas sin tu habitual nivel de estupidez -Hannah se sorprendió ante las palabras de Stiles, pero no lo demostró. Al parecer, realmente no se agradaban ambos.

-¿Dónde está el Sheriff Stilinksi y por qué nadie puede contactarlo?

-No lo sé. Hace horas que no lo veo -Instintivamente, Hannah le tomó la mano a Stiles, quien se la aceptó al instante, apretándola.

Running /Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora