XVI

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Hay una pequeña historia que Hannah Mancini juró nunca revelar. Tenía unos 8 años cuando pasó y era la pequeña sombra de Derek. Y junto con Peter habían jurado no decirle a nadie. Lamentablemente, Hannah tendría que vivir algo similar años después. Esta es la historia de cómo Derek obtuvo sus ojos azules, de la única manera en que un lobo los obtiene... matando a alguien.

La madre de Hannah había decidido mandarla a pasar un tiempo con los Hale, su madre estaba considerando dejarle ya de enseñarle en casa y mandarla a la escuela con el hermano mayor de la niña, así que fue casi obvio que la mandara con los Hale para que aprendiera a socializar.

Hannah era una gran fan de ellos, en especial de Derek y Peter. Solía darle por temporadas, su favoritismo a uno de ellos, pero en esos momentos, Derek era la persona con la que el sol se salía y se ponía para Hannah. E incluso aunque él la considerara como a esa niña molesta que no dejaba de seguirlo, quería a Hannah como si fuera una hermana.

E incluso en estos momentos, su relación prevalecía. Aun cuando Derek había desaparecido a la mitad de la noche, dejando a Hannah sola, justo como ella había predicho. Ahora, la chica se encontraba con Cora y Stiles, escuchando a Cora recitar el principio una historia que ella había vivido por sí misma, como espectadora y más tarde reviviría. Los escuchaba discutir, como un murmullo molesto, sin prestar atención a sus palabras, demasiado encismada en el pasado.

-...cuando conocí a Derek, no era así. Algo cambió en él -escuchó decir a Cora.

- ¿Cómo era? -Feliz, pensó Hannah. Solía cargarme en su espalda llevándome a donde quiera que yo deseara, reír conmigo, molestarme...

-De hecho, se parecía bastante a Scott -dijo Peter de las escaleras, interviniendo de la nada. Hannah alzó la cabeza y le sonrió levemente. De todas las criaturas del planeta, Peter era el que más la comprendía -A la mayoría de los adolescentes. Era un romántico insoportable, con un profundo narcisismo. Solo tolerable para otros adolescentes. Y claro, para Hannah. Que adoraba todo lo que Derek hacía.

- ¿Entonces qué pasó? ¿Qué hizo que cambiara? -preguntó Stiles inocentemente.

-Lo mismo que hace que otros chicos cambien. Una chica.

- ¿O sea que una chica le rompió el corazón? ¿Por eso Derek es cómo es? -las palabras de Stiles provocaron algo en Hannah.

-No vuelvas a decir eso -gruñó ella, quien no había dicho nada hasta el momento -Es más que eso.

- ¿Recuerdan que Derek antes de ser un alfa, tenía ojos azules? -Preguntó Peter - ¿Saben por qué algunos lobos tienen los ojos azules?

-Sí, justo como los de Hannah, ¿qué tiene que ver? -contestó confundido Stiles.

-Peter, no -le rogó Hannah a entre dientes con los puños cerrados. Sabía que los chicos no pensaban lo mejor de ella, ya lo había escuchado en propias palabras de Stiles. Pero no creía que ellos supieran que ella había matado a personas realmente. No una, no dos, sino varias. Varias que la acosaban en pesadillas y que (la mayoría) era la razón por la cual huía. Y no quería saber lo que los chicos y Stiles pensaría de ella después de eso.

-Pensé que era por algo de genética... -dijo Stiles, mirando preocupado a Hannah.

-Si quieren saber qué lo hizo cambiar, tienen que saber por qué le cambió el color de los ojos. Lo lamento, Hannah -apuntó Peter, aunque en su voz no había rastro de lamento. Es más, podría decirse que había diversión en sus ojos.

-Está bien -admitió Hannah, con su fachada dura aunque por dentro estuviera al borde del llanto -pero yo también quiero contar la historia.

Running /Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora