Hannah estaba corriendo. Corría como cada vez que había estado al borde de la muerte, como cada vez que huía de sus persecutores, de aquellos que la cazaban y acosaban cada paso que daba. Aquellos de los que más temía. Corrió hasta que sus huesos le dolieron y el sudor se resbalaba por su frente al grado de no dejarla ver. Corrió, pero aun así no se pudo quitar la sensación de ser perseguida. Entonces se detuvo. Para ver que nadie estaba detrás de ella. Era solo su cabeza jugando con ella.
Además era imposible, había llegado a Beacon Hills apenas hace unos días, era casi imposible que él la hubiera localizado tan rápido. Aunque quedarse en Beacon Hills era un riesgo que nunca había corrido. Hannah siempre estaba huyendo de un lugar a otro, prologando su estadía no más de un mes, no siempre porque él la hubiera encontrado sino más bien por pura precaución.
Aun así, quedarse en Beacon Hills y es más, asistir a la escuela ahí era un riesgo inminente. Pero sus padres habían insistido en que intentara recuperar lo más posible sus años de preparatoria. Sus padres, quienes estaban ocultos en algún lugar lejano del planeta, ya que desafortunadamente para ellos Hannah los había arrastrado en su desgracia.
Eso era lo que Hannah hacía, dañar a las personas que se acercaran a ella.
Llegó al hotel donde se estaba quedando, solo por un par de días, pues un amigo de la familia iba a dejarla quedarse en su casa. Hannah había pensado que en el momento en que llegara a Beacon Hills se quedaría en casa de Derek Hale, hijo de la mejor amiga de su madre con quien había pasado los veranos desde que tenía memoria hasta que su madre termino distanciándose de su amiga cuando Hannah empezaba la adolescencia. La familia de Derek había muerto en un terrible incendio, sobreviviendo solo él y Peter, que para suerte de Hannah eran sus compañeros de veranos y podía aprender a volver a convivir con ellos. Derek había puesto un montón de excusas para que Hannah no se quedara los primeros días en su casa, como fielmente le había prometido a los padres de Hannah, aunque había dicho que hoy después de la escuela finalmente se mudaría.
Ugh, primer día de escuela. Y ser la chica nueva no lo hacía más fácil. Aunque Hannah no se encontraba para nada nerviosa. Tenía su plan firmemente trazado en su cabeza. Escuela y nada más. No quería establecer ninguna relación con algún compañero de la escuela, y al fin y al cabo no es que fuera muy buena haciendo amigos.
Se dio una rápida ducha y se cambió algo cómodo. No quería resaltar en la escuela, quería pasar desapercibida; así que se decidió por unos jeans negros, una blusa blanca y una chaqueta de cuero negra junto con unos tenis negros. Hannah nunca fue una chica de muchos colores, así como tampoco de arreglarse a morir, y realmente tenía que ser invisible en la nueva escuela. No se maquilló, pues sabía bien (sin ser vanidosa) que era bonita, por los genes lobo con los que había nacido, y el maquillarse solo provocaría delatar su aspecto y era algo que no quería. Quería ser invisible.
Recibió un mensaje de Derek diciendo que se encontraba afuera. La llevaría a la escuela, ya que Hannah no tenía coche. Nunca lo había necesitado, pues cuando huía generalmente viajaba en tren o en avión cuando era necesario. Bajó el ascensor y salió por la puerta principal del hotel, con la mochila colgando de un solo hombro. Entró a la camioneta e inmediatamente le sonrió a Derek. Solo lo había visto el primer día que llegó a Beacon Hills pero era imposible ver a Derek y no sonreír. Todas las memorias de los veranos con él llegaban a su mente; hubo un tiempo en que Derek, Hannah y Peter eran inseparables.
— Hola —dijo ella, mientras Derek encendía el motor de la camioneta.
— Hola, ¿lista para la escuela? —preguntó él.
— Claro —murmuró Hannah encogiéndose de hombros. Derek se le quedó viendo, pero no mencionó nada más en el camino. Sabía que tenía que decírselo, que no era la única licántropa en la escuela pero simplemente las palabras no salían de su boca.
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Running /Teen Wolf
FanfictionNo sentimientos. No relaciones. No amigos. Hannah estaba acostumbrada a huir y nunca se quedaba en un solo lugar. Todo lo que tocaba lo destruía. No confíes ni te encariñes con Hannah, porque cuando parpadees, ella ya estará corriendo. //// El 12/1...