XXV

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Hannah no estaba sorprendida al ver a Derek junto a Jennifer, ni tampoco que él rehusara encontrar su mirada con la suya. Scott, por el otro, lado sí lo estaba. Hannah había tenido poco tiempo para contarles lo que había sucedido, pues había llegado únicamente para posicionarse al lado de él y de Deucalion.

-¿Qué estás haciendo? -le preguntó Scott a Derek.

-Aunque sea difícil de creer, intento ayudarlos.

-Como hermano contra hermano. Es algo típico estadounidense. ¿Estás lista, Jennifer? -dijo Deucalion -¿Recolectaste tus hierbas? ¿Les rezaste a tus dioses antiguos y a tus robles? ¿Degollaste a un bebé, quizá? ¿Les mostramos por qué sacrificaste a nueve inocentes solo para enfrentarme? ¿O ya van doce?

Derek fue el primero en atacar. Se lanzó contra Deucalion, pero ni siquiera tuvo oportunidad de pelear. Jennifer fue en su rescate, pero era inútil. Pronto, él ya los tenía a su merced, agarrados del cuello y levantados sobre el aire. Los tiró al suelo, pero Derek se levantó al instante e intentó lanzarle un puñetazo pero fue hábilmente detenido y lanzado contra un montón de llantas. Deucalion tomó a Jennifer del cabello y la postró frente a Scott.

-Mátala -le gruñó. Hannah se puso entre ellos y miró desafiante a Deucalion.

-Scott no matará a nadie -dijo ella seriamente.

-Debe de hacerlo -entonces gruñó con fuerza, haciendo que el mero sonido tumbara a Scott contra el suelo. Hannah ni se inmutó, acostumbrada al sonido.

-No. Y si tengo que matarte y matarla a ella para impedir que Scott lo haga, lo haré con gusto.

-Eres todo amenazas, Hannah. Me lleva a pensar que solo eres eso, y no realmente un peligro. Hasta ahora no has presentado un peligro para mí, pero no quisiera que lo fueras y tener que llamar a ese ex novio tuyo. Los padres están muriendo. ¿Esa tormenta que oyen? Ella está enterrándolos vivos. Es su conexión con las corrientes telúricas. Mátala, Scott, y terminará.

-Yo la mataré. Con mucho gusto, de hecho -se ofreció Hannah.

-¡Quiero que Scott la mate!

-No terminará. No conmigo -lo interrumpió Jennifer -Te hará matar a todos los que ames. Es lo que hace.

-Están muriendo, Scott. Tu madre y los padres de tus mejores amigos. Mátala ya, y esto terminará. Conviértete en el Alfa que Hannah quiere que seas. Conviértete en el Alfa que naciste para ser. Conviértete en asesino.

Hannah se encogió de hombros y miró a Scott con una frialdad ensayada y la mirada que ya parecía característica de ella, y que decía claramente: "haré lo que tu me digas".

-No están muertos aún -dijo Scott.

-¿Y quién va a salvarlos? ¿Tus amigos?

-Mi manada.

Deucalion se lanzó contra Scott, pero Hannah lo interceptó y lo pateó en el pecho, lanzándolo un par de metros en el aire. Pero él se recuperó al momento y le torció el brazo a la chica, para después aventarla como si fuera una muñeca de trapo. Tomó a Scott del brazo y con las garras en alto, y lo jaló hasta donde estaba Jennifer.

-Quizá necesites que te guíe un poco -le dijo.

-Olvidé decirte algo que Gerard me dijo. "Deucalion no siempre es ciego". ¡Hannah, ya!

Entonces Hannah saltó de la nada, lanzando pólvora alrededor de Deucalion, provocando un montón de humo y chispas y cegandolos a todos por unos instantes, justo a tiempo para el eclipse. Y para que Jennifer se fuera.

Running /Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora