XXVI

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-Deberías de hablar con Stiles -fue la primera cosa que le dijo Allison a Hannah en cuanto la vio.

-Buenos días a ti también, solecito -dijo Hannah, ignorando las palabras de Allison mientras estiraba las piernas apoyada en una roca. Allison se recargó contra un árbol y miró desaprobatoriamente a la rubia.

-Ha pasado una semana y media y no has hablado con él desde que se besaron -Hannah gimió por lo bajo.

-¡Sabía que no debía contártelo!

-Hannah y Stiles, sentados en un árbol, se besan sus bocas, se tocan sus... -Allison fue interrumpida por Hannah, quien se abalanzó sobre ella tirándola al suelo y tapándole la boca con una mano.

-No, no somos Isaac y tú -dijo la chica con una sonrisa antes de pararse de un salto y continuar estirándose.

-¿De qué estás hablando?

-Vamos, todas esas miraditas, Ally... no soy tonta.

-Como sea -dijo Allison, rodando los ojos fingiendo estar molesta pero con una sonrisa en los labios. Un silencio invadió el bosque mientras las chicas continuaban con su calentamiento.

-¿Él te ha dicho algo? -preguntó Hannah, en voz baja, casi tímida. Allison estuvo a punto de responderle algo solo para molestarla, pero sabía cuánto le había costado a su amiga pronunciar esas palabras, así que solo suspiró.

-Scott lo hizo. No has devuelto sus llamadas, te mudaste de tu casa sin decirle nada, lo evitas en la escuela, cuando va a buscarte con Derek siempre le dice que no estás... Está preocupado, Hannah.

-Lo extraño -dijo Hannah finalmente -Dios, lo extraño horrores y solo ha pasado una semana y media. Pero Ally, no puedo hacerle eso. No puedo darle falsas ilusiones de un futuro cuando me voy a ir en cualquier momento y no puedo ponerlo en peligro si Víktor se entera de nosotros. Nunca me lo perdonaría si le pasa algo por mi culpa. Ahora deja de verme como si fuera un perrito atropellado al borde de la carretera y vamos a correr.

Se había vuelto una rutina para las chicas correr todas las mañanas. Allison quería entrenar y prepararse un poco más para futuras amenazas desde que ahora gracias al Nemeton, Beacon Hills era literalmente un imán de lo sobrenatural. Hannah, por otra parte, siempre había amado correr y esa libertad que te da. Además de que había aprendido que era su mayor ventaja frente a Víktor. En un principio, había considerado la idea de correr con Allison absurda. Primero que nada, era una humana. Vale, bien entrenada, pero aun así una humana la cual ralentizaría su paso. Segundo, correr era como su escape donde no pensaba, solo actuaba, donde podía estar sola.

Pero había aprendido que Allison era rápida. Y podía mantener su ritmo. Además, de que la mayoría de las veces, no hablaba mucho. Se limitaba a seguirle el paso, aunque lanzando de vez en cuando chismorreos típicos de chicas. Hannah nunca había tenido una mejor amiga, más que su hermana por lo cual no cuenta, y Allison era lo más parecido que tenía a una. También apreciaba a Lydia, sí, pero Lydia era la amiga con la que chismeas sobre tu novio, la perra que te cae mal o el cantante de moda. Allison era la amiga a la que ni siquiera tienes que expresarle con palabras lo que sientes, ella simplemente lo entiende.

Ninguna corría con audífonos puestos, a ninguna le gusta ese tosco aparato en los oídos que rompía con la tranquilidad del bosque. A pesar de que Hannah prefería usualmente correr por el borde de la carretera, Allison prefería correr en medio del bosque, esquivando piedras ocasionalmente pero siguiendo un sendero. Gracias a esos pequeños detalles, Hannah pudo hacer lo que hizo.

Running /Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora