XX

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Primero, estaba en la oscuridad.

Y después, todo se iluminó. Hannah identificó al instante que era un sueño, pues estaba en la casa de la manada de Víktor, mucho antes de que las cosas se pusieran realmente feas con él. Estaba en el cuarto que ambos compartían, después de que ella decidiera dejar a su manada. El cuarto entero estaba perfectamente ordenado, podía escuchar la ducha sonar a lo lejos pero lo que realmente captó su atención fue la ropa tirada al azar de un hombre y una mujer, que llevaba hasta el baño. Se sonrojó ligeramente. No debería tener estos sueños sobre Víktor.

-Hannah. Me alegra tanto poder hablar contigo finalmente -dijo una voz que al instante le heló la sangre a Hannah. Ahí fue cuando supo que no era solamente un sueño, no. Era algo más. De alguna manera él estaba con ella.

-Víktor -dijo volteando a verlo -Diría que es un placer verte, pero honestamente te preferiría muerto.

Estaba exactamente como lo recordaba. A pesar de sus raíces rusas, Víktor Sokolov era muy diferente al estereotipo de belleza rusa. Sin embargo, eso no le quitaba que fuera el hombre más atractivo que Hannah hubiera visto jamás. Era terriblemente alto, moreno, con ojos marrones que continuamente provocaban que Hannah se derritiera. Hannah tenía una debilidad por los ojos marrones. Tenía unas cejas ligeramente pobladas, una cara ovalada y masculina. La única diferencia que Hannah podía apreciar en él era que su cabello había crecido.

-Auch -dijo Víktor con una sonrisa, tocándose el pecho de manera dramática -Estás más hermosa incluso, Hannieh. El cabello corto te sienta bien.

-¿Cómo es posible que estés aquí, en mi cabeza? -dijo Hannah ignorando sus palabras.

-Fácil. Un chamán en Sudamérica me está ayudando de hecho. Solo tuve que esperar a que estuvieses lo suficientemente débil.

Hannah le sonrió irónicamente, aunque por dentro estaba muriendo. Diablos, estaba en América. ¿Cuánto tiempo tardaría en encontrarla? Él pareció leerle la mente.

-Oh, Hannieh. No puedes escapar de mí, ¿lo sabes? Voy a encontrarte -la fiereza de su voz había dejado atrás cualquier rastro de falsa dulzura -Te encontraré. Y acabaré con todo lo que te importa.

Víktor se acercó a Hannah y mientras ella se quedaba inmóvil, le tomó el cabello, colocándoselo en su hombro izquierdo. Se inclinó ante ella y le susurró: Nunca te dejaré ir, princesa.

🌙🌙🌙🌙🌙

Hannah regresó a la realidad despertándose de golpe. Estaba en el suelo en lo que reconoció, era la casa de Derek. Abrió la boca en busca de aire al mismo tiempo que habría los ojos, solo para encontrarse a Stiles, quien estaba agachado mirándola.

-¿Te encuentras bien? -Hannah estaba lejos de bien. Su ex novio quien la perseguía hasta el fin del mundo había dado por fin con ella, amenazándola. Estaba lejos de estar bien. Pero Stiles no sabía eso. Así que en lugar de responder a su pregunta, dijo:

-Lo lamento -su voz salió débil. Hannah odió esto, pero el chico no pareció notarlo siquiera.

-¿Por qué? -preguntó Stiles confundido.

-Por tu padre. Yo tendría que haber...

-Hannah, tuviste una contusión. No podíamos parar la sangre de tu cabeza; si hubieses sido humana, hubieras muerto en segundos -dijo Stiles escéptico.

Running /Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora