XXXI

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Si Hannah tuviera que citar a la persona más estúpida que conoce, Stiles Stilinski encabezaría los primeros cinco puestos.

Con cuidado, se puso una sudadera tres veces más grande que ella, propiedad de Víktor y unos jeans negros que encontró por ahí, probablemente Víktor los había dejado ahí a propósito para ella. Sin querer ver su imagen en el espejo, se cepilló el cabello con sus dedos y mojó un pequeño papel que frotó contra sus ojos en un intento de reducir la hinchases por llorar. Estaba a punto de salir cuando Roman la detuvo.

-Maquíllate –le dijo, tendiéndole una bolsa llena de productos –Víktor quiere que estés impecable.

O sea, que no noten los golpes. Hannah captó la indirecta y se encerró en el baño. Procuró hacer caso omiso de su aspecto y cuando estuvo presentable, bajó las escaleras para encontrar al pie de ellas a los chicos: Derek, Scott y... Stiles. Evitando la mirada de Scott y comprobando que Víktor no estaba en la misma habitación, no pudo evitar bajar y empujar con su mano el hombro de Scott con fuerza. El chico la miró desentendido.

-Tenías un solo trabajo –gruñó Hannah en voz baja –Proteger a Stiles y evitar que hiciera alguna estupidez. ¿Y qué haces? ¡Lo traes a la boca del lobo, literalmente!

-Él insistió en venir –tartamudeó Scott, sorprendido ante la agresividad de la chica.

-¿Crees que Víktor se quedará de brazos cruzados? Que hayan venido aquí solo ha despertado su interés.

Stiles solo miraba a Hannah sorprendido. Claro, no esperaba una bienvenida con los brazos abiertos, pero aun así... De repente, haber venido no le parecía una buena idea.

Hannah sintió su presencia al entrar, y tembló ligeramente cuando su brazo se posicionó sobre sus hombros. Víktor.

-Cualquier amigo de Hannah es amigo mío. Ahora, ¿cenamos?

A Stiles no le gustó nada la manera en la que Hannah se comportaba cerca de Víktor. Parecía tan pequeña...

Juntos, caminaron al comedor, donde una gran mesa de comida los esperaba. Hannah se sentó al lado de Víktor quien estaba en la cabecera del comedor. Enfrente de ella estaba Scott, a su lado Derek y al lado de Scott, Stiles. Comenzaron a comer en un silencio incómodo.

-Ahora, ¿qué los trae por aquí? –Preguntó Víktor, casualmente -¿Hannah no les dijo que se iba? Tranquilos, suele hacer eso seguido.

Hannah notó que Stiles abría la boca para hablar, seguramente con un sarcasmo tan habitual en él, así que intentando detenerlo, Hannah habló.

-Estoy seguro de que solo estaban curiosos, Víktor. Y que nos dejarán de molestar pronto.

-Oh, Hannah, no es ninguna molestia. Son amigos tuyos, ¿no?

-No. Meramente conocidos –mintió Hannah con facilidad, ignorando las miradas de los demás.

-¿En serio? Curioso, pensé que Derek y tú ya se conocían... -Víktor volteó a ver a Derek con una sonrisa, expectante.

-Algo así –farfulló éste.

-Eso no es lo que dicen mis fuentes. Pero bueno, lo que importa es que Hannieh ya está aquí, conmigo, donde pertenece.

-Hannah no es un maldito objeto –espetó Stiles. Hannah lo maldijo interiormente.

-Ah, el humano habla –dijo Víktor, con una sonrisa en el rostro pero con la mirada fría –Hannah no es un objeto, no. Pero aun así me pertenece.

Running /Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora