¡La vuelta a nuestro mundo! ¡En busca de un Conocimiento Profundo!

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«7 de la mañana»
Era la hora de ir al instituto.
Me desperté y me dispuse a vestirme, con mi cara de sueño.

Cogí mi móvil... Lo miré detenidamente, y recordé todo lo que nos había pasado.
Debíamos encontrar a nuestros compañeros y a los nuevos elegidos.
Salí de mi casa corriendo, ya que casi llego tarde.

«8 y media de la mañana»
La entrada al instituto.

Mi móvil, mi Poké-Power, empezó a reaccionar.
Supuse que había un elegido cerca.
Al pasar por la puerta de los baños, unos brazos salieron del baño de los niños, metiéndome en el...
Era un chico raro, alto, moreno y tenía gafas.

-Sé que tienes uno.- me dijo mirándome.

De repente me vino a la mente... Él era un elegido.
Entonces mi Poké-Power empezó a brillar.

-Eres tú...- dije sonriendo.

La cara del chico mostraba sorpresa.
Entonces de mi Poké-Power salieron el espíritu Pokémon de FightSteelix, y los espíritus digitales de Grumblemon y Gigasmon.

Un rayo de luz marrón salía del bolsillo del chico. Metió su mano, y no era nada más y nada menos que un Poké-Power marrón.
Estos espíritus se introdujeron en su Poké-Power.

-¿Qué es esto?- dijo gritando.
-Tsss, calla. Primero dime como te llamas- le dije sin miedo.
-Martín, ¿y tú?- prosiguió.
- Yo me llamo Pedro, pero me puedes llamar PJ.- respondí.
-Encantado.- dijo Martín sonriendo.

Era el momento de que le contara todo lo que significaba lo que acababa de ocurrir.

-Verás, debes saber que eres un niño elegido, cuya responsabilidad es defender el mundo. Pero no sólo tú, yo también y otros once niños más. También debes saber que tienes un compañero Pokémon.

La cara de Martín cambiaba poco a poco conforme le iba contando...
Cuando terminé de contarle todo lo que nos había pasado, Martín se armó de valor:

-¡De acuerdo! Os ayudaré a salvar los dos mundos y a rescatar a vuestros compañeros... También debo encontrar a mi compañero... ¡Y debemos derrotar a los tres últimos demonios esos!

Yo asentí sonriendo.

Entonces oímos gritos en el patio.
Al mirar por la ventana vimos a un Digimon en el campo de fútbol, dónde jugaban los niños pequeños.
Miré sus datos en mi Poké-Power:

Scorpiomon.
Nivel Perfecto.
Suele vivir en tierras áridas. Usa sus fuertes pinzas y su cola venenosa para atacar.

-Alaaah, Pedro, vamos a derrotarlo.- gritó Martín.

Asentí serio mientras sacábamos nuestros Poké-Power.
Martín saltó por la ventana del baño, iba a evolucionar...

-¡Espíritu Pokémon, evolución!
FightSteelix.

Martín se había transformado en un Steelix que tiene extremidades. Conserva la cola de un Steelix normal.

Martín, transformado, cayó al suelo de pie. Y se lanzó contra Scorpiomon.

Pensé ponerlo a prueba, así que le dejé que combatiera solo. Si se encontraba en apuros, entraría en escena.

Scorpiomon esquivaba todos sus ataques.

-Maldita sea, digievolucionaré.- dijo FightSteelix.

-¡Espíritu Digital, digievolución!
Grumblemon.

Martín, un chico muy alto, se había transformado en un enano con gorro.
Sin embargo Grumblemon golpeó a Scorpiomon con su martillo y volvió a digievolucionar mientras decía:
-¡Pedrooo, no te rías de mi apariencia!

-¡Grumblemon, cambio de digievolución a Gigasmon!

Gigasmon usó un ataque tras otro, hasta hacer que Scorpiomon se convirtiera en digihuevo.

Yo aplaudía desde la ventana del baño y dije:
-¡Aprobado con nota!

Martín reía.

Ya habíamos encontrado a un niño elegido, quedaban cinco...
¡Y nuestra aventura continúa!

Go Elements! Pokémon & Digimon «2.0.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora